martes, 1 de agosto de 2023

 

 

El imperio  y  su  continuidad 

Juan Alberto Remedi

Agosto 2023

Desde los   orígenes  el régimen económico social capitalista, junto a  la furiosa imposición de  preceptos, demostró   capacidad y plasticidad en  propia defensa,  generando un cumulo de iniciativas  sin afectar su esencia  la “propiedad privada de los medios de producción colectivos” generadora de la aun irresuelta contradicción capital- trabajo.   Recientemente  Jake Sullivan propuso un “nuevo consenso de Washington y  Janet Yellen en el mismo sentido,   expuso los lineamientos de la “economía de oferta moderna” como continuidad de iniciativas anteriores.

  Un  encuentro organizado por el  instituto de economía internacional   en Washington  año   (1989)    con la participación de los ministros de economía de varios países  Latinoamericanos, representantes de organismos  financieros internacionales  y del gobierno estadounidense,   posibilito   a  John Willianson (economista ingles)  la  presentación de  un documento titulado  “lo que Washington quiere decir por reforma de la política económica” identificando   un  conjunto  de reformas políticas económicas, conocidas  como: consenso de Washington,  recomendadas para América Latina,   no así para  Estados Unidos.

Desde mediados de los (80) A. Latina   comenzó a modificar la  estrategia de desarrollo  ensayando   respuestas  a la crisis internacional  de la  deuda externa  en gestación e inaugurada en el año (1982)  con    drástico crecimiento,   combinado  con una severa restricción  al ascenso del financiamiento internacional y un notable deterioro en términos de intercambio, dando vía libre a la   liberalización económica,  privatización de empresas estatales,  reducción de la intervención estatal  en los mercados de capitales y economía en general, sumándole recortes  de  gastos en la inversión pública.  El sistema de deudas profundizo   las desigualdades,  convirtiendo las   (deudas   financieras)   en uno de los pilares del régimen,  interactuando con las  públicas, privadas, sociales, climatológicas, ciudadanas, ecológicas y  coloniales,  ubicándose  en el centro   de la vida humana,  en el corazón  de la violencia estructural  del sistema patriarcal sufrido  por las mujeres, siendo un vector del racismo y colonialismo,  emplazado   en la medula  del sistema,  por lo cual, la lucha contra la deuda ilegitima es a la vez en favor de la vida. Nuestro país no se encuentra  al margen  de dicha objetividad, recientemente  finanzas de la nación publico el monto de la deuda externa bruta al 30 de junio (2023) en dólares y en pesos equivalentes a 403809 millones de dólares,   cuando hace un año y seis meses ascendía a 323065 millones de dólares.

El  consenso original conto con un conjunto de 10 medidas de reformas económicas consideradas “standars ” promovidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el Banco Mundial (BM) y el tesoro Estadounidense,  orientada a los países en desarrollo afectados por la crisis,  lo central  fue el “libre comercio” suspensión de aranceles y otras barreras, libre flujo de capitales y  mínima regulación  beneficiando la posición hegemónica del país del norte,  dando  un verdadero salto con la aplicación de  reformas macroeconómicas radicales  potenciando  al sector privado como eje central del llamado “proceso de inversión”  prometiendo  crear las condiciones hacia  una senda de crecimiento económico sostenido, la realidad confirmo  lo contrario.

La situación cambia significativamente   en  la década de (1990) en particular por el acceso de China  como potencia económica mundial rivalizando con el  amo del norte, junto al fracaso del modelo económico internacional  neo liberal  y neo clásico –  la pauta  neo clásica en  búsqueda del poder absoluto  y acumulación acelerada provoco   las dos grandes crisis económicas (1873-1929) dos guerras mundiales (1914-1918) y (1939-1945)  la revolución Rusa (1917-1991)  el ascenso del fascismo en Alemania (1933- 1945)  luego de (1980-1990)  la crisis económica mundial en la que vivimos desde  el  año (2008) agregándole  la posibilidad de un holocausto nuclear y climático, de modo singular  desde la gran recesión del (2009) y la larga depresión (2010) Estados Unidos y otras grandes potencias económicas integrantes del grupo de los siete (G7) Japón, Italia, Reino Unido, Alemania, Francia y Canadá) declinaron más rápidamente.

La internacionalización de la economía   llamada “globalización”  basada  en el rápido crecimiento   del comercio y flujos de capitales, genero mayor desigualdad entre naciones y en lo interno de cada país,   expresado en   mayor explotación y marginalidad, alentando  la supremacía de  mafias internacionales de todo tipo y color   conectadas a  las locales, aumentando    la  ilimitada voracidad de la propiedad privada a nivel planetario,  parasitismo financiero y  el asalto de los estados nacionales  por el 1% más poderoso de la población,   confluyendo   en el  estancamiento  económico y  amenazas a la hegemonía del dólar, existiendo diversas opiniones y hechos   al respeto  por parte de  las mayorías de naciones emergentes  o  en desarrollo,  cansadas   de sufrir presiones  económicas y políticas debido al control sobre  comercio internacional mantenido desde el año (1944) por la casa  blanca mediante el uso del dólar.

 Buscando soltarse de   las amarras,   el vice presidente de la cámara baja de Rusia Alexander Babokov abordo el tema relacionado al  grupo  de los (BRICS) integrado por  Brasil, Rusia, India, China  y  Sudáfrica, relacionado al desarrollando  de una  propia moneda con respaldo no solo en oro sino también en otros metales y materias primas, justo cuando 25 naciones piden el ingreso al bloque,  así mismo la organización de cooperación de Shanghái (OCS)  Rusia, China, Kazajistán, India, Pakistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán e Irán,  y,  la asociación  de naciones de Asia sudoriental  (ASEAN) marchan en el mismo sentido, refractando    el avance de   la desdolarización del sistema financiero internacional,   aunque    desechando las perspectivas de cambios bruscos de un día para otro -  sumándole los efectos de la pandemia y    la guerra en Ucrania   recrean      la necesidad de un nuevo consenso  a fin de seguir produciendo y reproduciendo las directrices  del régimen. 

En el marco de la continuidad de acciones defensoras del actual estado de cosas   Jake Sullivan asesor de seguridad de los Estados Unidos dio a conocer  recientemente los criterios  de la política económica internacional,  desplegando  el  llamado  “nuevo consenso de Washington” para la  política exterior,  planteando frente a las crisis acumulativas, estancamiento económico, polarización política y emergencia climática,  una “nueva agenda de reconstrucción” manteniendo la hegemonía con una propuesta edulcorada  de no prevalecer sino   sumar  las voluntades de otros a seguirlos, estableciendo claras condiciones en favor de sí mismo y la capacidad de establecer agendas, repitiendo   experiencias históricas inherentes al sistema,  en otras palabras,   cuando   un país se vuelve económicamente dominante a escala planetaria, impone el libre comercio y libre  mercado de  bienes y servicios, al ir perdiendo  esa  posición de relativa ventaja se vuelca por soluciones más proteccionistas y nacionalistas, impulsándolos (como en este caso) a proponer    un  nuevo consenso donde,   el libre comercio, los flujos de capitales y la no intervención gubernamental serán    reemplazados por una estrategia industrial con la intervención de los gobiernos nacionales subsidiando y gravando a las empresas en cumplimiento de los supuestos objetivos nacionales, imponiendo  más controles comerciales e  impuestos a los ricos,   reemplazando los acuerdos globales   por pactos  regionales  o bilaterales,  aplicando  la metodología de control del capital y mano de obra  a niveles nacionales, lo cual demanda  la imposición de nuevas alianzas militares partiendo de  las   bases militares fuera de sus fronteras   distribuidas en 80 países extranjeros,  es decir,  el capital trasnacional  impone las condiciones y los estados nacionales las ejecutan,  siendo necesario por lo tanto,   no  perder de vista al enemigo real “el capitalismo”  (las diferentes administraciones Estadounidenses respondiendo al capital trasnacional concentrado)  si bien la organización del Atlántico Norte (OTAN) es su brazo  armado,   quien fija las estrategias y da las ordenes pertinentes es sin dudas el “poder político”. 

La (OTAN)  definida como una alianza defensiva  no concuerda   con su   historial expansionista y    destructivo,  desde finales de la guerra fría al presente ha   duplicado   los  miembros  pasando de 16 a 31,  dedicándose a la devastación  de varios países, Yugoslavia (1999) Afganistán (2003) Libia (2011)  en la actualidad se propone ampliar la presencia en la región Asia Pacifico,  intentando frenar el ascenso de China,   la guerra en Ucrania le dio un nuevo impulso incorporando a países Europeos indecisos como Suecia. En la cerebración de la cumbre anual los días 11y 12 de julio en Vilma (Lituania) elaboraron un  comunicado  informando   el camino seguido por Ucrania  hacia la integración del bloque y la decisión de  escalar  la guerra contra Rusia,  colocando al mundo al borde de un colapso nuclear,   rechazando  al unísono los pasos de China   por considerarlos un ataque a  sus intereses,  seguridad y valores, mientras  flamean  la idea de representar no únicamente a los miembros de la (OTAN) sino a todo el orden internacional, avanzando en posicionarse como sustitutivo de la Organización de las Naciones Unidas  (ONU).

Conjuntamente  aparece un  ensayo de la teoría económica convencional introduciendo   lo denominado   (MSSE) economía de oferta moderna   (enfoque neo clásico opuesto a la economía  Keynesiana)  esbozado por la actual secretaria del tesoro Estadounidense  Janet Yellen,     básicamente activado  mediante subsidios gubernamentales  a la industria privada.  El “nuevo consenso de Washington”  y “la economía de oferta moderna” combinan la política económica nacional e internacional de las principales economías capitalistas en una supuesta “alianza de voluntarios” sin ofrecer nada a los países enfrentados a los aumentos nacionales de la deuda y  los costos de los servicios,  llevando a muchos de ellos a la suspensión de los pagos, al compás de orientar cada paso a la  refundación del  capitalismo Estadounidense en lo interno e imperialismo en lo externo.  

En la marcha,  lograron convertir a los estados nación en defensores exclusivos de los intereses económicos y políticos  del 1% más poderoso del planeta,  profundizando  la declarada guerra contra los pueblos por la   apropiación  de los  bienes comunes, utilizando los  aparatos armados del estado  legales e ilegales con el objetivo de frenar y disciplinar a la clase obrera, pueblos originarios, campesinos pobres, jóvenes,    mujeres   y demás sectores populares. Sin  ser  asimilado como corresponde  por los diferentes  participes de las protestas, los aconteceres muestran  al   neoliberalismo no siendo   menos estado,  sino mas estado en favor del  capital financiero internacional, conformando   un punto novedoso   invirtiendo   una    ecuación donde,   ilusoriamente  aparecía representando  los  derechos del pueblo,   pasando   sin ningún tipo de complejos a justificar  directamente  intereses  elitistas  generando  un cambio de situación.  La metamorfosis efectuada  con  el   paso de la acumulación ampliada a la acumulación por desposesión,  refleja la disputa existente en el continente por las tierras no controladas por el capital y sus socios autóctonos o no,   utilizando todo el poder  en el ablande de conciencias,  generándose (entre otras consecuencias)  una división de aguas  entre los llamados progresistas y las izquierdas revolucionarias  no reformistas.

La salida del atolladero   requiere la instauración de un nuevo régimen económico social donde la propiedad privada, explotación y marginación dejen de ser  sus bases sustentadoras, algunos lo llaman socialismo, otros colectivismo,   independientemente del nombre,  lo esencial es su basamento al  margen de la propiedad privada y la  orientación  potenciadora de los medios colectivos de producción en función de una vida digna y plena de las sociedades.

Lograrlo requiere  (entre  un amplio menú de cuestiones) avanzar en  la unidad de las izquierdas    encausando la lucha anti capitalista desde una perspectiva revolucionaria superadora del estancamiento   en el marco de un horizonte emancipador común,   dicha convergencia  más que un problema organizativo de lo disperso (la organización es una consecuencia directa del pensar y actuar de cada colectivo e individualidad)    es un problema político íntimamente relacionado a la   forma de pensar y actuar.    Desafío  instalado  en lo más profundo de las conciencias, cobijando  como ingredientes centrales al  menos dos grandes debates 1) el abordaje de lo  estratégico acerca de cómo avanzar hacia una situación revolucionaria y la puesta de la cuestión del poder en primer plano  2) la discusión de un proyecto integrando  las diferentes parcialidades  asumiendo responsabilidades anti capitalistas, anti imperialistas y anti patriarcales con todas sus consecuencias,  como un torrente único  en una perspectiva internacionalista de liberación,  siendo además indispensable el rescate de todo lo positivo de las tradiciones revolucionarias del pasado y la reflexión colectiva e individual    en voz alta  superando las contradicciones y  haciendo más eficaz las labores.

Remedijuanalberto.blogspot.com

 

 

 

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