Lo nuevo en apariencias
Juan Alberto Remedi
Octubre 2024
El enfrentamiento ideológico centrado en el manejo de la mente humana por parte de las corporaciones financieras, no
da tregua, uno de los temas recurrentes es la visión indicando la desaparición de la clase obrera como consecuencia de los a adelantos científicos técnicos en la
industria o sectores de servicios de la ciudad y el campo, ante lo cual, no es apropiado desconocer las mutaciones sufrida en íntima relación a las efectuadas dentro del
régimen en cuyo marco se mantiene vigente. El
hecho de abordarlas no implica desconocer por acción u omisión la
contradicción fundamental existente entre el trabajo asalariado y el capital,
muchas veces camuflado en un juego de
palabra y “aparente nuevas realidades” con el objetivo de oxigenar la producción y reproducción del mismo, así en la medida en que la mano de obra se vuelve cada vez más
precaria y fragmentada, la solidaridad internacional y la propia unidad,
desarrollan sus improntas en la contradictoria y compleja época vivida.
Mientras el actual orden
siga vigente la clase obrera y
trabajadores en general no desaparecen, al respecto, un estudio de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) “perspectivas sociales y empleos planetarios”
para el año (2020) señala por un
lado, la caída
de los empleos y drástico aumento de la pobreza, con una pérdida del 8,8 % del total de horas
de trabajo a lo largo de un año, en un contexto la baja productividad (cuestión
siempre presente por estar ligada
directamente al ritmo de explotación y mayores ganancias) conformando
un universo en extensión en concordancia con las insuficientes normas
laborales, señala
a la vez, a quienes viven exclusivamente de sus salarios, oscilando entre un 44 y 55 % en los países avanzados, un 30%
en las economías emergentes y países sub desarrollados, conviviendo con los
desplazamientos internos en su composición, verificándose durante los últimos 30 años la duplicación de trabajadores del sector de servicios, un
crecimiento del 50 % de industriales y la disminución de agrícolas
en un 10 %, acompañado por la migración geográfica,
la desindustrialización de América del Norte, Europa y el crecimiento en Asia. Lejos de desaparecer refleja una presencia
concreta a nivel global y entre las naciones.
Lo expuesto no
significa desconocer la situación de las
organizaciones obreras tradicionales con
sus
tres
manifestaciones de organización
social - cooperativas, sindicatos y partidos obreros, debilitadas
por las transformaciones económicas y políticas de los últimos 40 años,
emergiendo como el fin
de un gran ciclo de más de dos siglos de duración. La confederación sindical mundial verifica en el año (2024) un 7%
de la fuerza de trabajo afiliada a un
sindicato, mientras un cuarto de los trabajadores se encuentran vinculados a la cadena de
suministros globales, signada por la migración Sur-Norte,
duplicada desde el año (1960) representando en la actualidad el 40% del
total - la baja sindicalización es solo un aspecto
de la realidad, sin llegar a ser
determinante en una supuesta
desaparición de la clase. Sin embargo, un hecho significativo es la precariedad
laboral en el llamado Sur Global , de carácter estructural, sobresaliendo las de
la India con jornadas de trabajo más extendidas que en China, Singapur,
Japón o las autóctonas en nuestra
provincia, con largas jornadas laborales con la modalidad de
trabajo a destajo o por tanto, en segmentos
de la recolección de arándanos, citrus, de peones rurales, hasta llegar a los trabajadores a distancia.
Las transformaciones
del capital contemporáneo supedito al sector
productivo al capital mercantil,
financiero y digital, redundando en un mayor crecimiento de las empresas trasnacionales, Amazon, Silicón Valley con sus
intentos de convertiste en el brazo
decisivo del poder imperial y la
aparición de nuevos bancos, aseguradoras de riesgos o empresas financieras como Blank Roch controlando el 7,7% del (PIB) de profunda participación en la economía Argentina
como el mayor acreedor privado, administrando acciones en (YPF), pampa energía, trasportadora de gas del Sur,
transener, loma negra, iarsa, exxon, chevron, mercado libre, tenaris,
telefónica y de los cuatro principales bancos (Santander-Rio, BBVA, Galicia y
Macro) secundado por el florecimiento de las sub contrataciones
y tercerizaciones, influenciando directamente en el debilitamiento sindical.
Dentro de las mutaciones sufridas, es
imprescindible visualizar los mayores grados de explotación utilizando nuevos métodos, en ocasiones más sutiles, dejando atrás las experiencias posteriores
a la segunda guerra mundial con el reforzamiento del denominado campo
socialista, dando lugar a una excepción en
un corto lapso histórico (1945-1970) denominada
“estado de bienestar” potenciado
como “estado de bienestar
universal” en tanto, los
segmentos más desarrollados del capitalismo global en feroz competencia imprimen un efecto de igualación descendente del nivel de
vida y condiciones laborales.
En lo universal del
tema es posible observar el desarrollo de una verdadera ilusión motorizada por algunos intelectuales intentando elevar al “precariado”
a una
“supuesta vanguardia” cuando solo constituye una de las características
actuales de los trabajadores en general induciendo al descarte del resto de la clase como agentes de cambios,
es una fantasía creerlos capases
de desestabilizar el régimen por propia
cuenta, en el mejor de los casos aportan a una labor colectiva del conjunto de
los afectados. Su grado de conciencia y
disposición son atravesados por los efectos de la crisis sistémica y falta de claridad sobre los objetivos a
lograr, la precariedad los obliga a buscar nuevas fuentes de ingresos para
subsistir, recorriendo un camino donde los ideales colectivos son suplantados por las acciones individuales
agudizando la tendencia de no participación en defensa
de los propios intereses.
Las diferentes cambios no
siempre comprendido en su real dimensión,
comienzan a desarrollarse apoyándose
en las tradiciones igualitarias previas,
las vivencias utópicas (1820-1840) impulsada por la rápida
irrupción del capitalismo, bifurcándose luego de la comuna de Paris (1848) con una fracción
luchando por una
sociedad alternativa y otra intentando transformar el estado para utilizarlo como un
medio en cumplimiento de sus planes. El
primer movimiento anarco y de
sindicalismo revolucionario primo en la década preexistente a la segunda conflagración mundial, el segundo encarnado en la social
democracia transformándose hasta llegar
a los partidos comunistas, brillo en las primeras décadas luego de la guerra mencionada, ninguno logro reemplazar al capitalismo por una sociedad más
igualitaria. Las nuevas peculiaridades surgen de lo realizado con anterioridad, siendo medular la implementación del internacionalismo revolucionario excediendo lo solidario simbólico, cualquier estrategia exitosa depende de la capacidad de sintetizar el
nivel trasnacional de las respuestas requeridas (economía global, ecología,
igualdad de género, seguridad social, cambio climático, salarios, sin ser las
únicas).
Como extensión de lineamientos encuadrados dentro del régimen, diferentes corrientes de pensamientos plantean la posibilidad
de combinar estrategias de los de “abajo” y de los de “arriba” sintetizando políticas de gobierno, autorganizacion y movilizaciones, es decir, una forma elegante de airear la conciliación de clase ¿todo un tema no?
ahora bien, no se llega a buen puerto repitiendo lo mismo aunque
sea presentado en un contexto de noveles ideas,
solo aporta más nubarrones a la tormenta ideológica desatada, potenciando a la vez el resurgimiento
de ideas tendientes a suplantar la contradicción fundamental del régimen (trabajo
asalariado-capital) por otra variante, apoyándose incluso en orientaciones del ideario marxista.
En relación solo como recuerdo, salvando la distancia, exponentes, motivaciones y metodología empleada, no se
visualiza nada nuevo, cuestión conducente
a considerar el debilitamiento del marxismo a consecuencias de falencias propias, ayudado por las irrupciones de la central de inteligencia Americana (CIA) junto
a otras agencias Estadounidenses, actuando por intermedio de la campaña cultural entre (1945 -1967) extendida
posteriormente en el tiempo, con epicentro en Paris (Francia) y orientada a la
captación de estudiosos
de la filosofía, hecho confirmado en un
documento de la (CIA) del año (1985)
titulado Francia, reflejando la defección
de intelectuales de izquierda en los marcos del lanzamiento del pos estructuralismo anti
marxista del año (1966).
La modalidad empleada fue clara y eficaz, mediante la crítica a la
“Unión Soviética atacaron directamente los fundamentos Marxistas – a la concepción
del capitalismo no como sinónimo
de decisiones políticas destinadas a beneficiar
a las clases dominantes, sino como un sistema específico de producción,
basado en la propiedad privada de las fábricas y creación de plusvalía, afirmando el
rasgo característico de la época donde la “fuerza de trabajo” adopta también
la forma de “mercancía” y el trabajo la de
“trabajo asalariado”, marcando así una diferencia crucial con el pasado, pues los trabajadores no venden los productos por ellos producidos por no ser de su propiedad, sino su
propia “fuerza de trabajo”. Difiere de
todos los modos anteriores de organización productiva, mostrando un
movimiento dual actuando en unidad, por un lado es un proceso de trabajo social
para la fabricación de productos y por otra valorización del capital o creación
de valor, identificando como impulsor del proceso al “valor de cambio y no al valor de uso. El análisis no se dirigió específicamente a las relaciones de
producción, incluyo una crítica global a la sociedad burguesa en la dimensión política, de relaciones sociales, estructuras políticas e ideológicas, concibiendo
al capital
como una relación social de producción
especifica perteneciente a una formación
histórica concreta de la sociedad que, por no ser eterna puede ser sustituida mediante la lucha de clase por
una organización socio económica diferente.
Los elementos expuestos devienen
de la existencia de régimen, teniendo a la mercancía como célula básica de
la sociedad y la propiedad privada de
los medios de producción colectivos como
basamento esencial, por ende, intentar suplantar la contradicción trabajo -
capital (independientemente de las
buenas intenciones) solo contribuye a la producción y reproducción del mismo
Desechada entonces la posibilidad de desaparición de los obreros y asalariados en general, vemos al país ubicándose dentro de las generales del movimiento, llevando
adelante (entre otras) la modalidad del mono tributo (desocupados transformados en emprendedores o
micro emprendedores) adquiriendo impulso en su interior el trabajo a
distancia y el no registrado, en un
arco de mayor desocupación y pobreza generado
por el actual gobierno, reflejados en datos suministrados por el Instituto Nacional
de Estadísticas y Censo (IDEC) indicando
una pobreza del 52,9 % de la población afectando a 24,8 millones de
personas (5,4 millones más que en el año
2023) alcanzando en la infancia un 66% -
la indigencia de 18.1 % abarcando a 8,5 millones de personas (tres
millones más que en el año (2023) generalizando la caída de salarios y jubilaciones vía
licuación por inflación, reafirmando un
inhumano ajuste contra quienes menos tienen, afectando la posibilidad de reponer fuerzas en base a la
alimentación, a las áreas de educación ,
salud, vivienda, sin ser las únicas.
Queda en evidencias
la histórica orientación burguesa de
utilizar la religión en defensa propia, cuestión repetida por el
actual presidente Javier Milei apelando a las
“fuerzas del cielo” - considerando al hombre como algo abstracto
instalado fuera del mundo, potenciando
todo lo ilusorio girando a su alrededor, proponiendo la realización fantástica de la
esencia humana sin adquirir ninguna
realidad verdadera a pesar de vivir en el mundo del hombre y mujer, del estado, la sociedad, siendo los verdaderos productores de la religión, potenciando en definitiva, todo lo
ilusorio girando alrededor del ser, mientras no gira alrededor de sí mismo. Establecer la verdad sobre el tema al margen de lo nuevo en
apariencias, es tarea inmediata de la
filosofía y de los pueblos, a fin de impedir a las “fuerzas del cielo” desvanecer las fuerzas
de la tierra, desechando al unísono al nuevo dios digital intentando manejar nuestras vidas.
Remedijuanalberto.blogspot.com