El reciente pasado
antiguo
Juan
Alberto Remedi enero 2021
Paraná (Entre Ríos)
No siempre se acepta a febrero
del año 2020 como el “pasado” a partir del cual, la
irrupción del Sars.coV.2 comienza a
gestar un presente y futuro dominado por la
asociación de los estados con gigantes
tecnológicos, en un contexto de violentos
enfrentamientos por el control de la vida humana. Richard Horton director en jefe de la revista médica The Lancet, del Reino Unido, dio a conocer un
artículo con un título peculiar “no es una pandemia” sin portar una opinión
negacioncita del fenómeno, sostuvo el estar enfrentando a algo mucho más complejo y peligroso, una “sindemia”.
Sucesos vigentes en plena decadencia y
paroxismo del país del
norte con el
asalto al capitolio por agrupaciones
neo fascistas el día 6 de enero del corriente año, reflejando un conjunto de procedimientos acumulados,
a saber, la ruptura de los consensos posteriores a la
segunda guerra mundial, entendido como un compromiso de
obligaciones y expectativas entre:
estado, mercado y sociedad, resquebrajado hasta el desembocar en la actual situación,
haciendo prever el inicio de una fase más aguda de la
confrontación, capaz de generar en mediano plazo desintegraciones similares a la ocurrida en la Unión Soviética en el siglo XX.
El ir y
venir no deja de sorprender a los desprevenidos con “la cotización en la
bolsa de los derechos del uso del agua en California” afectando de cuajo a uno de los tres elementos
básicos sobre los cuales existe la vida humana (aire, agua y energía solar) por
lo cual, lo expuesto requiere retomar con
más fuerza el ejercicio de pensamiento
crítico acorde a los tiempos.
Richar Horton, ubica el Sarc coV. 2 (virus gestor del Covid
19) acompañado de una serie de enfermedades
no trasmisibles exponiendo dos elementos interactuando en el contexto
social y ambiental, la profunda
inseguridad social exacerba y el impacto de las enfermedades, conformando no una “pandemia” sino una “sindemia”. La valoración combinando (sinergia y pandemia) fue dada a conocer por el antropólogo Estadounidense Merrill
Singer en los años 90, para explicar la
situación de “dos o más enfermedades interconectadas, causando un daño mayor que la mera suma de
las dos” facilitado por condiciones sociales y
ambientales concurrentes.
El capitalismo imponiendo
en la naturaleza sus propias leyes
mortales, incide
de modo determinante en el emerger
de nuevos virus, nacidos
en los “laboratorios naturales” de las grandes granjas agropecuarias, trasmitidos a
sociedades humanas y poblaciones
urbanas marginales más expuestas a contactos de riesgos justificando aislamientos generales o
selectivos, discriminaciones adicionales
agravando las condiciones sociales y multiplicando los riesgos
de contagios globales pasando de “animales maltratados” a “seres humanos maltratados” en una
“sinergia” probablemente apocalíptica.
Examinar la situación desde la
lente de la “sindemia” permite pasar de la aproximación expuesta por la epidemiologia clásica sobre el rasgo de la trasmisión a una visión de la persona en el contexto
social, poniendo el acento en las “condiciones sociales”. Por ende, independientemente de la
efectividad de los tratamientos o los grados de
protección de las vacunas (sin quitarle importancia
a su elaboración y distribución)
la búsqueda de una solución puramente biológica esta llamada al fracaso, si los
gobiernos no diseñan políticas para
revertir desproporcionalidades profundas. No obstante el
Fondo Monetario Internacional (FMI) aprovecha las circunstancias para afianzar el control financiero en América Latina y el
Caribe, entre marzo y noviembre del año (2020) entrego 63740 millones de
dólares, convirtiéndola en la de
mayor concentración de llamado “financiamiento de emergencia” arrinconando sus soberanías e independencias, en una trama planetaria
donde más de 2000 millones de personas carecen del acceso regular a los
alimentos nutritivos, 690 millones
padecen hambre, miles de pequeños negocios cierran contribuyendo a la masividad
de perdidas empleos, mientras las grandes empresas y bancos
obtienen cuantiosas ganancias.
El suceso conduce
a revalorizar algunos argumentos, entre
otros, la tesis
expuesta por Carlos Marx (1818-1883)
señalando : la única vía posible y justa
de permitir al
pensamiento resolver el problema específico del conocimiento teórico del mundo
es “la elevación de lo abstracto a lo
concreto” las determinaciones abstractas
conducen a la reproducción de lo
concreto por la vía del pensamiento, permitiendo resolver un problema particular y
general a la vez “la transformación en conceptos de los datos proporcionados
por la intuición y la representación, impulsando dos formas implicadas mutuamente uniendo
orgánicamente en sí mismo, en un perfil más
elevado, el análisis de los hechos y de los conceptos. Así, la
superación de la concepción de pandemia por el de “sindemia” refleja el estudio consiente y la búsqueda
de una síntesis necesaria, originando fundamentos más cercanos a la verdad de un fenómeno complejo y peligroso en crecimiento.
En un arco reflexivo atrayente, Noami Clein (escritora y periodista
Canadiense) en “dispotia de alta tecnología para el pos corona virus” alega la existencia de un (nuevo pacto) ideado por
Erik Schmidt (Ceo de Google) referido a
las políticas de las corporaciones amenazando con la destrucción de todo el
sistema educativo y de salud pública con el pretexto de integración
tecnológica de todos los aspectos de la vida cívica - pone el acento en
la doctrina de “Shok pandémico” y
la aplicación de adelantos nunca antes alcanzados, no para salvar vidas, sino como laboratorio vivo para un futuro
permanente altamente rentable “sin contactos”
conduciendo (entre otras calamidades) a la reformulación del propio “hogar”
como espacio exclusivamente personal convirtiéndolo en
escuelas, consultorios médicos y si el estado lo determina en cárceles individuales,
entre tanto, la confabulación en marcha afirma
su disposición de lograr un “mañana” basado en la inteligencia artificial, aunque en la realidad
sea mantenido y unido por
millones de trabajadores anónimos escondidos en fábricas, almacenes, centros de
datos, granjas industriales y cárceles, sin protección social y de las enfermedades, acompañado por el rastreo de los movimientos de personas en base a la ampliación de la extracción de millones de datos, mediante acuerdos sin presentes
entre gobiernos y corporaciones.
Anteriormente a la irrupción existían preocupaciones sobre las riquezas y el poder amenazando las democracias, armonizando inquietudes bien fundadas
hasta febrero del año 2020,
cuando una ola de pánico e
incertidumbres, en un mismo espacio con tiempos
diferentes, disloca las
conductas de los seres humanos depositándolos decididamente en un pasado inmediato antiguo, al compás de vender nuevas promesas
exhibiendo a las tecnologías
de punta como la “única salida” protectora de las vidas ante la pandemia – sindemia, tratándose en definitiva de resolver quienes aplican la ciencia y la técnica, si los
“grandes oligopolios privados”
carentes de preguntas críticas, o si, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas
existentes favorable por ahora a la propiedad privada “los
estados naciones” actuando de manera
independiente (aunque muchos no consideremos a estos como el centro del horizonte emancipatorio) - mientras
el devenir sigue delineando
un futuro
diferente a lo que era y un pasado
sin chances de volver.
A pesar de la existencia de
claros indicios del surgimientos
de hechos de este tipo, los “tanques pensantes” del sistema impusieron la idea de lo inesperado, de la
sorpresa, adoptadas por diferentes
gobiernos de países centrales y
periféricos, implantando algunas incongruencias relacionadas a las
consecuencias del Covid 19, afectando a todos por igual, sin distinción entre mega ricos y pobres o de la responsabilidad colectiva del momento
vivido, revelando los primeros indicios de utilización por parte
de la burguesía del nuevo momento vivido.
En nuestro país (Argentina)
oficialistas y opositores a través de
las redes sociales y medio masivos de información, se
lanzaron en primera instancia a
difundir el acabose de las diferencias, creyendo haber encontrado la forma mágica de invisibilizar las
crecientes desigualdades, lo determinante de las acciones hizo tambalear los intentos
obligándolos al cambio de discursos y a
permanecer en el
lugar elegido afianzando un
orden social caduco, reflejado
en la negación de una auditoria de la deuda externa fraudulenta, las negociaciones con los acreedores privados
y con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) mientras la mayoría de los jubilados
en nombre de la solidaridad
siguen viviendo por debajo de los
niveles de pobreza, los salarios en caída libre, tarifados tras tarifados en combustibles,
alimentos y servicios, con el mirar para otro lado del gobierno,
acompañado por el silencio de
cementerios de los movimientos
sociales oficialistas y de la confederación general del trabajo
(CGT) reproduciendo en la sociedad consecuencias
contra sí misma.
Extinción de la luz en
la colina – dentro de las multifacéticas evoluciones, el instituto tricontinental de
investigación social, en (ocaso, la
erosión del control de EE.UU y el futuro multipolar) señala - con la llegada
de Cristóbal Colon al Caribe en el año 1492 la historia comenzó a dividirse en dos. Luego de esta fecha, las potencias Europeas comienzan a dominar el
mundo y desde finales del siglo
XVII la sumisión es organizada y legitimada en nombre de la
raza, un invento de consecuencias catastróficas para la humanidad, impulsor de permanentes resistencias, entre ellas, la no siempre recordada revolución Haitiana del año 1804 marcando el comienzo del fin de la época
colonial, osadía no perdonada hasta el presente por los sectores dominantes,
haciendo sentir al pueblo hermano quienes
mandan.
Posterior a la segunda guerra mundial (1939 -1945) con los
contendientes seriamente debilitados Estados Unidos asume el control neo colonial y a finales del año 1940, el
equipo de planificación de políticas del
departamento de estado hizo
circular un memorándum exponiendo, “buscar un poder no preponderante seria optar
por la derrota. El emerger como la
economía más poderosa y una formidable fuerza militar detentando la
“bomba atómica” le permitió establecer
una serie de instituciones políticas multilaterales actuando bajo su mando como,
las Naciones Unidas (ONU)- económicas
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)- de
seguridad regionales con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) e
instituciones de políticas regionales como la Organización de los Estados
Americanos (OEA).
La Unión Soviética y demás estados socialistas
junto al ala radical de las fuerzas
anticoloniales del denominado “tercer mundo” operaron como un freno parcial de
las ambiciones de Washington, con la debacle en el
año 1990 el escudo se fragmento, poniendo
al palo el acelerador de la primacía Washington.
En
el año 2000 el proyecto para un nuevo siglo Americano propuso la “reconstrucción de la defensa de
las Américas” señalando “la primacía
de Estados Unidos debe tener en cuenta la
incuestionable superioridad militar” luego del 11 de septiembre del año (2001) los gastos
en el área mostraron considerables
aumentos, en tanto, la estrategia de
seguridad del presidente George W Bush
expresaba “nuestras fuerzas son lo
suficientemente fuerte como para disuadir a potencias adversarias de llevar a
cabo su expansión militar con esperanzas de igualar a nuestro país” una serie de intervenciones e invasiones de distintos países, golpes blandos e institucionales (guerras de
cuarta generación) muestran su poderío, contando con
la complicidad de los socios
fuera y dentro de diferentes gobiernos. A
pesar de la capacidad destructiva ya no le
es posible seguir subordinando a todos
los estados naciones, más en un momento donde el fantasma de la secesión siempre latente en
el poder federal constituido reaparece agravado, en un país
donde abundan las armas legalizadas en manos de civiles y fuerzas armadas regulares o mercenarias luciendo divididas.
Su crisis interna tensada por la aparición del Covid 19 generando en los tres primeros meses
de presencia más de 100 mil fallecidos, cifra mayor a la
suma de los decesos en las guerras de
Corea (1950-1953) y Vietnam (1965- 1975) donde pereciendo 93 mil soldados y el convulsivo proceso electoral del año (2020) retroalimentándose determinan una
profunda fractura al interior de las elites capitalistas, suscitando fuertes estremecimientos en
los vínculos entre los estados con la
unión y la declinación de su potestad
en lo externo de sus fronteras,
rebasando las disimilitudes tradicionales entre “demócratas” y “republicanos”
(ambos instrumentos del gran capital) presentadas de modo esquemático por el general Francés Dominique Delawarde como “soberanistas” y “globalitas”. Sería importante
en este punto, considerar la
parcial división insinuándose a
primera vista como fundamental, centrándose
en una cuestión medular, ambos bandos representan
la ideología preponderante en el
planeta “la burguesa” encontrándose divididos
circunstancialmente por defender distintos intereses económicos globales y sus terribles consecuencias.
La senda desintegradora
conduce al ex presidente Donal Trump a escoger públicamente su
bandería “soberanista” expresión del
nacionalismo neo fascista, declarando al
mismo tiempo la guerra a los “globalitas”
gestores y beneficiarios del poder corporativo trasnacional sin patria,
conformando un verdadero poder supranacional, confirmándose
la defensa de los intereses económicos concentrados refractados en el
conjunto de las administraciones - las de Bill Clinton y Barack Obama, arrojaron
más bombas, invadieron más
países, mataron a más personas en el
mundo y retiraron menos tropas del
exterior que Donald Trump, uno de los suyos,
ubicado en las antípodas de la defensa
de la democracia occidental.
En relación , Thierry
Meyssan París (Francia ) apunta
- a casi un
siglo de dominación, el mundo sigue sin conocer
a Estados Unidos, ignora que la constitución
se escribió con la intención de instaurar un régimen inspirado en la monarquía Británica,
solo más tarde fue regularizada con la incorporación de diez enmiendas orientadas
a garantizar derechos. Desconoce deliberadamente el sufrimiento de su antigua clase media, el descontento de los miembros de la pequeña burguesía viéndose masivamente desechados como resultado
del éxodo de empresas hacia el exterior, los reagrupamientos poblacionales por
afinidades culturales y a dos tercios de
la población preparándose para una
guerra civil, sin percibir el retroceso hacia las características asumidas en primeros cuatro años de fundación: de un sistema oligárquico, con la evidente diferencia de estar en la actualidad, al servicio de del capital financiero mundializado, en tanto,
el delirio de los “neo puritanos” considerándose una luz sobre la colina con la misión de
“iluminar al mundo” es opacado por la
contingencia de una inminente guerra civil, demostrando claramente que Estados Unidos ha dejado
de ser el país que alguna vez fue.
Precedido por el presidente electo Joe Biden, contando
con la mayor parte de poder de facto a nivel trasnacional y del “estado profundo”, el gobierno se muestra más vulnerable
en relación a los anteriores, secuela de la
tremenda fractura del poder, del sistema
institucional y el alto nivel de
acumulación de poder del Trumpismo neo fascista. Ya en manos del capital
financiero trasnacional, se prepara para ejercer nuevas agresiones en
Medio Oriente (Líbano, Palestina, Yemen,
Irak, Irán y Siria) favoreciendo a Israel, en las
fronteras con Rusia, mar de China y
nuestra América, destinando más recursos agresivos contra la revolución
Cubana y Venezuela, pudiendo desplegar nuevas modalidades de guerras como
componente de la política.
Lo inconcebible hecho
realidad – los “mercados de futuros” de compra
venta de “comodities” para una fecha
ulterior pactados a precios y
condiciones presentes, conforman un
ámbito (especulativo y rentista)
considerando dos factores sensibles,
la inestabilidad y escases de materias primas. En esa línea, la cotización en bolsa
de los derechos de uso de agua en California expresa
la intención de convertir el agua en un “comodities” dejando de lado su función
de bien público y común, no representando un hecho aislado, sino originado en el
cercamiento de los bienes comunes efectivizados entre los siglos XVI y XVIII (indispensables en el surgimiento del régimen capitalista) incorporando
a la lógica acumulativa los sistemas hidrográficos, desplegados luego de la segunda guerra mundial a niveles nunca antes conocidos, a
pesar de ello, en los siglos XIX y XX se estableció la masificación del servicio de agua para los seres
humanos, posibilitado mediante la “gestión pública” hasta que, a partir de las décadas (70 y 80)
el modelo de la pos guerra entra en crisis dando lugar al neo
liberalismo.
Mientras los mecanismos
de privatización, mercantilización y financierizacion continúan su marcha, estimando a un elemento vital como un mero recurso, el
planeta cuenta con 2200 millones de
personas sin agua potable, 4200 millones sin servicios sanitarios adecuados y 3000 millones
careciendo de instalaciones para lavado
de manos, reflejando una de las
expresiones del llamado neo liberalismo de tercera generación “extremo” ejercitando dispositivos avanzando hacia las fronteras de
la vida, geografías, bienes comunes, ámbitos vitales, marcos de pensamientos, sistemas de derechos sociales y ambientales,
conformando una estrategia de asalto a
largo plazo de acumulación de capitales materiales y energía
a partir del mundo marino y ecosistemas de agua dulce bautizado “mundo azul”, manifestando con toda claridad el nivel madurativo de la
“crisis civilizatoria” poniendo en juego la posibilidad o no de seguir con la
vida en el planeta, tal y como lo hemos hecho hasta ahora.
En una enmarañada situación
mundial a sortear (entre
otras iniciativas) con el
fortalecimiento del “pensamiento crítico” generador
de incomodidades, perturbación de
lugares comunes, cuestionamiento de saberes establecidos, desprendimientos de las modorras e inercias, revalorizador de rebeldías e insumisión, asumiendo entre sus principales propiedades el mirar lejos divisando un horizonte por encima
de los montes, permitiendo sobrellevar momentos oscuros y de terror ejecutados
contra los dispuestos a cambiar el mundo.
Es posible que en los enfrentamientos con diferentes dictaduras cívico militares y gobiernos civiles pretendidamente democráticos
y represores a la vez contando en sus
filas con grupos fascistas armados
actuando decididamente contra los partidarios de un orden social más
justo, acompañados por diferentes periodos
de (clandestinidad) nos
haya encontrado carente del habito de uso del
concepto, quizás fuese utilizado más
asiduamente por segmentos más intelectualizados (tómese lo expresado
como una opinión no necesariamente repetida en cada lugar) agregándole la particularidad de no haberlo suplantado por otro, ni en sueños, y, si hubo
algunas manifestaciones en ese
sentido fue solo un reflejo
mecánico o automático.
En realidad, las responsabilidades se
presentaban más directamente demostrando con acciones definidas el
grado de convencimiento ideológico
adquirido (real o no) conjuntamente con el cultivo de la suficiente
fortaleza para escuchar las
“sabias” opiniones de quienes se resguardaban para el futuro, debajo de alguna cama o apañados por los
infaltables siniestros personajes existiendo
dentro de las sociedades.
Ahora bien, asumir compromisos
políticos en (situaciones limites) sin amortiguación,
conlleva una serie de consecuencias no siempre agradables, así, la expresión tan difundida “hay que hacer más y criticar menos” tomada
crudamente como un esquema obligatorio aplicado
en las
actividades (aceptado por cierto) - a partir de un contexto desarrollado y estimulado por el reconocimiento
de errores y su superación, no exento
de dificultades, enarbolando el rechazo
a la tan difundida tesis de “fin de la historia”
y las políticas del capital tras nacionalizado, hoy, es
posible distinguirla con sus pros
y contras de modo
positivo y en favor de la construcción de la praxis liberadora, conducta no
siempre bien reciba por parcialidades de algunas izquierdas intentando
arrastrarnos hacia el estatismo, desechando
principios orientados hacia la
revolución o por la derecha neo fascista periférica, prefiriéndonos cumpliendo órdenes, permitiendo que otros piensen por nosotros, sin acciones y pensamientos
críticos.
Por encima de
la diversidad de experiencias,
es el momento de concebirlo no solo de forma individual o de algunos
colectivos específicos, sino al son de
los pueblos, apareciendo como esencial su rescate
de la inmediatez, de lo fatídico de la creencia que la llegada a los gobiernos de sectores participes de las luchas( por
algún mandato divino o algo parecido) es suficiente para
cambiarlo, acompañado por una verdadera “sentencia”
guarda, guarda, con hacerle el juego al enemigo “se paga caro” - resalto lo “de sentencia” como una
verdad inamovible, sin márgenes de errores, opuesta al
movimiento dialectico, con claras
intenciones de generar dudas o miedos en la militancia a través de aparentes
posiciones absolutas, propias de quienes
se consideran dioses.
Entonces, cuando en las juntadas por
abajo, ciertos luchadores sin compartir totalmente las orientaciones de los referentes políticos
tradicionales se refieren confusamente a la izquierda (como a una sola)
declarando con alguna picardía los “tenemos comiendo de la mano” están manifestando la
presencia de dos
energías , una, la
percepción directa de la anormalidad, y,
si por algunas razones esta trastabilla
es secundada inmediatamente por elementos
latiendo en el exterior, ambas se fortifican y coinciden conformando dolorosas experiencias. Ahora bien, lo insustancioso es
conformarse con lo planteado, sin hacer
los esfuerzos por desmenuzar acorde a cada sustantividad y momento, los porque de lo ocurrido, quienes lo
motorizan, se oponen o vacilan, su
viabilidad real, vías de penetración y modos de interconexión, conformando un desafío
tan emocionante como la vida por
ser justamente manifestaciones de la vida misma.
www.remedijuanalberto.blogspot.com
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