lunes, 20 de octubre de 2014

En el camino de…

Ante las inquietudes manifiestas e interrogantes sin respuestas, brindo algunas ideas parciales interrelacionadas a fin de aportar a la toma de  posiciones anticapitalistas e antiimperialistas con toda claridad y contundencia.

Uno de los elementos a tener presente,  publicado en el trabajo “de la modernidad económica a la no polaridad” de septiembre de 2014, se vincula con la característica principal de las relaciones internacionales del siglo XXI,   dada por la no polaridad: es decir un mundo dominado no por uno, dos o incluso varios estados, sino por docenas de actores que tienen  y ejercen diversos tipo de poder. Si bien el imperialismo y sus socios, es decir del régimen capitalista, mantienen la hegemonía mundial, en ese mismo espacio y tiempo,  se desarrolla el fenómeno de la no polaridad como una tendencia en avance. Esto representa un cambio trascendente frente al pasado.
En dicho contexto, prevalece la inédita crisis del capitalismo mundial (crisis civilizatoria)  donde Estados Unidos, como única respuesta, sigue lanzándose  decididamente a la guerra,  arrastrando al   precipicio  a sus socios subordinados.

 Otro de los factores  importantes,  es la noción de que  el ciclo progresista en A. Latina ha terminado. La dificultad radica en encontrar los caminos adecuados de aquí en mas,  desde el punto de vista de la defensa de los intereses de los trabajadores, sectores marginales,  en definitiva de las sociedades agredidas por el sistema reinante.
El ciclo comenzado en febrero del año 1989 con el Caracazo, pudo haber concluido en junio de 2013 con las grandes movilizaciones en el hermano pueblo Brasileño. Lo plateo de esta manera porque, los inicios  y   fines de los procesos no son decretados  por unos u otros, sino  consecuencias de materialidades  concretas. Quizás aun no se expresen con la claridad necesaria el conjunto de elementos definitorios.

El proceso mencionado,  se caracterizo por ser un periodo de resistencias y búsquedas de alternativas al neoliberalismo, teniendo como factor dinámico a las sociedades en permanente movimiento y cambios. Situación analizada en el trabajo publicado  en junio del año 2003 “en el camino de la búsqueda, algunas ideas, propuestas e interrogantes”.
En la actualidad el progresismo se encuentra a la defensiva, aunque siga ganando elecciones, en este aspecto se dieron dos hechos de alguna manera parecidos y diferentes a la vez,  1) la segunda vuelta de las elecciones en Brasil y la incertidumbre acerca de su resultado  2) la reelección de evo Morales en Bolivia.
Es necesario entender el cambio de etapa, del viraje producido,  donde nada volverá a ser  igual, porque “llego a su fin”  el consenso pasivo de las clases explotadas y marginadas.

Es innegable la  tamaña experiencia, donde  los pueblos impulsados por fuerzas en lo aparente invisibles provenientes de las bases sociales, impusieron a gobernantes con diferentes particularidades, experiencias, culturas e ideologías,  orientados por una política de unicidad con un lenguaje antiimperialista y resonancias anticapitalistas, resumidas en la noción de “Unión Latinoamericana”.

Así aparecieron equipos gobernantes asumiendo la estrategia del “socialismo del siglo XXI”, y junto a ellos, quienes vieron la oportunidad de obtener un respaldo político  cobijándose bajo el paraguas de la “patria Grande”.  Sin embargo en el  medio quedaron multitudes en transito y sin brújulas, los  gobiernos no fueron capases de llegar a ellas con orientaciones adecuadas a la época y cada realidad. Al unísono  y a partir de las deficiencias  relacionadas con la defensa de los intereses obreros y populares de la urbanidad y el campo, acompañadas  por las  degradaciones de cúpulas  gobernantes,  las fuerzas conservadoras se aglutinaron,  recibiendo   el apoyo  de  los cetros imperiales.

A pesar de los avances logrados,  la desigualdad  en general  creció. Los gobiernos más vacilantes son   presa  de un doble juego de fuerzas - por un  lado,  la presencia de la  crisis sistémica (civilizatoria) - por otro,  las respuestas de diferentes sectores obreros y populares (en las calles) frustrados por la falta de soluciones a sus elementales demandas. Ese juego de pinzas amenaza a los gobiernos oportunistas  y plantea una contradicción a resolver - o se radicalizan  las protestas y junto a ello las medidas de los gobiernos  contra los defensores del capital o de lo contrario,  se plantea la posibilidad de la  victoria política de la derecha conservadora  pro imperialista   respaldada por significativas franjas  poblacionales, incluso de un sector de los trabajadores,  desocupados y clases medias bajas.

Es evidente la eficacia de la ideología burguesa y sus representantes en la utilización de las debilidades ideológicas de los trabajadores y sus aparatos sindicales y más en general de los sectores populares. Los encuentros resientes de la fundación libertad (neo fascistas) en nuestro país,  demuestran como la internacional parda sigue generando hechos,  haciendo centro en una coincidencia fundamental “la defensa a ultranza del régimen capitalista”, mientras la social democracia y el social cristianismo alimentan dicha hoguera. En definitiva se da una disputa por la dirección de los acontecimientos  entre las ideas revolucionarias y las contrarrevolucionarias.

También en el  país el ciclo termino, y,  de aquí en adelante e independientemente de las elecciones, si no  se dan las respuestas requeridas para frenar la desocupación y la inflación descontrolada, entre otros elementos,  (manifestaciones de dicotomías más profundas no resueltas)  los sectores minoritarios y reaccionarios seguirán acumulando fuerzas.

La realidad demanda  como cuestión primordial  la  urgente investigación de la deuda externa a fin de pagar lo que se debe realmente y no  los robos   implementados  por los entes legales de las transnacionales llámense como se llamen, por los representantes del capital financiero internacional concentrado, apoyándose en sus socios autóctonos, diseminados en  diferentes parcialidades políticas, gobiernos, cámaras empresariales, bancos y cúpulas de fuerzas Armadas, de seguridad y eclesiásticas, junto a otros sectores afines.

Atrás  quedaron las confusas consignas del  gobierno,  “pagamos la deuda externa,” “ahora somos independientes” sumándole  el actual concepto de deuda soberana (naturalmente sin investigar). También quedaron en el pasado  los insultos, infundíos  y denigraciones contra  quienes mantuvimos contra viento y marea la certeza de la investigación y no pago de la deuda. Pero en fin, la vida continúa y las luchas también.

Los diferentes países de la región, si se orientan a  la defensa de  los intereses  mayoritarios, inexorablemente deberán revisar e investigar sus deudas externas  (nuevamente en el centro del debate) de lo contrario los sectores más conservadores seguirán  avanzando en sus  planteos y acciones  elitistas.

Juan Alberto Remedi                                              www.remedijuanalberto.blospot.com                                  
                                           
                                                                                                   Paraná octubre 2014-



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