viernes, 17 de septiembre de 2021

 

        El ausente privilegio de la perennidad

El nuevo  equilibrio  de poderes  en  gestación a  nivel internacional,   adquiere  nuevos bríos  tras la retirada de los Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de Afganistán,  ocupado  desde el año (2001 al  2021).

La  importancia geopolítica  estratégica del país, radica en su ubicación en el corazón de Asia,  siendo un punto de encuentro entre,   Eurasia, Asia Central,  China, India e Irán, poseedor de una superficie de 652.225 Km cuadrados, limita  al norte con Turkmenistán y Tayikistán, al oeste con Irán, al sur y al este con Pakistán y al noroeste con la República Popular China,   contando con importantes  reservas petrolíferas,  gasíferas, litio,  otros  minerales estratégicos y cultivo de  opio,  con una población de 38  millones de habitantes con un promedio de edad de 18 años.  

Luego de las invasiones Mongolas y Persas, sufrió la Inglesa en el año (1839)  más adelante   la intervención soviética en los años (1978- 1992) posteriormente  la de Estados Unidos y sus socios de la (OTAN)   hasta el día 15 de agosto cuando su capital Kabul cae en manos de los talibanes.  

En el caso de la Intervención ex Unión Soviética    se dio   en el contexto  de una revolución socialista en el año (1978) conocida coma la revolución de abril (del Saur)   hegemonizada por el partido democrático popular de Afganistán   “guerra fría” de por medio.  Acontecimiento en general opacado    tras   grises  nubarrones desinformativos  con  intenciones de borrarlo   de la historia de un pueblo capaz de promover  en  espacios y tiempos determinados,   una   reforma agraria, legalización de  los sindicatos estableciendo al unísono  un salario mínimo, implementación de un impuesto progresivo a la renta, reducción del costo de los alimentos básicos, prohibición del cultivo de opio junto a la promoción de cooperativas campesinas, desarrollo de una  campaña de alfabetización e inicios de generación de industrias pesadas y livianas, brindándole  perspectivas de trabajo  a una juventud ansiosa  de   lograr un presente y futuro vivible, combatiendo unísono  los matrimonios forzados o por dinero,   dignificando el papel de la mujer a través  del accionar  del  consejo de mujeres Afganas, proyectando igualdades en el ámbito social y eliminación de las relaciones feudales patriarcales.

Tamañas conquistas  no fueron aceptadas por el amo del norte y en el año (1979)  reanuda    la formación, educación y armado de grupos insurgentes,  por intermedio de la  agencia central de inteligencia norteamericana (CIA) a fin de neutralizarla,    utilizando  al  denominado  “fundamentalismo Islámico”  o el  “Islam político”  logrando terminar con el proyecto revolucionario.  Se podrá o no estar de acuerdo con la realización de la revolución y de la intervención de la  ex (URSS) pero no ignorar conscientemente esa parte de la historia.

En la inmediatez de los sucesos  con  descarnado  enfrentamiento de ideas lógicas,  es edificante   recurrir a las opiniones vertidas por Samir Amín, científico marxista Egipcio (1931-2018) acerca del Islán político,  expuestas   en  cierta en soledad,  reflejando (entre otras importantes consideraciones) al mundo Musulmán contemporáneo,  sufriendo  las consecuencias del accionar de los movimientos políticos Islamistas que,  lejos de ser  una reflexión religiosa, representan   una organización política con el objetivo de la toma del poder” utilizando de modo oportuno  la bandera del Islam,  enarbolando    una ideología arcaica al proponer a los pueblos una vuelta al pasado,   a las épocas predecesoras de la sumisión del mundo musulmán a la expansión capitalista y del imperialismo occidental. Conforman  una  versión del neoliberalismo en lo económico y el rechazo en el plano político de toda forma democrática,  materializado    como un instrumento de clases   engloba   no solo a los  hermanos musulmanes y de otras organizaciones “moderadas” sino también a organizaciones clandestinas terroristas,  conviviendo con los poderes locales y regionales de  la “burguesía mercantil”  (a las órdenes del neo liberalismo mundializado)  igualmente  anti  democráticos en sus prácticas políticas, utilizando a menudo el pretexto del “terrorismo Islámico” para legitimar el rechazo a la democracia.

Se trata entonces,  de conflictos  alrededor  de la clase dirigente en lucha por el poder,  del   enfrentamiento de  distintos líderes y seguidores, junto al   accionar del   gendarme del mundo   imponiendo sus designios,  conformando una  particular alianza  entre   potencias occidentales  e  Islam político,  legitimada a través de los medios masivos de informaciones haciendo centro  en las conductas de los llamados  “moderados y radicales” sin oponerse al imperialismo.

 

Decisión de la invasión del año (2001) –    fue tomada anteriormente a los atentados del 11 de septiembre  a mediados del mes de julio,    tras  el fracaso de las  negociaciones  entre  Estados  Unidos e Inglaterra con los talibanes al margen del gobierno Afgano   con   Rusia y Pakistán oficiando  de  observadores,     a  pesar de lo cual, el ataque fue utilizado  como pretexto para dar comienzo a la “guerra sin fin”  declarada por el presidente George Bush hijo, sin tener como objetivo la lucha contra el terrorismo sino su utilización para intervenir en diferentes partes del mundo, en particular en Medio Oriente ampliado,   en Irak por 17 años, Libia por 10 años y  Siria por 10 años, convalidando  la destrucción de Irán y mirando para otro lado ante las masacres de Yemen, teniendo como centro autónomo al pentágono por encima del poder del presidente de los Estados Unidos,  en una administración civil y militar imponiendo sus objetivos a otras fuerzas militares.

Tras la agresión,   se implanto  en el  interior del país del norte,   un sistema de vigilancia masivo bajo la denominada “ley patriótica”,   manifestándose en lo externo en una profundización y ampliación de las políticas imperiales, identificadas con mayor claridad a partir del año (2005) cuando el   coronel Ralph Peters esboza  el   mapa del estado mayor  conjunto   para  “medio Oriente ampliado” redefiniendo   las  fronteras heredadas de la colonización Franco-  Británica,  específicamente de los (acuerdos Sykes Picot del año 1916)  expresando la necesidad de separar criterios étnicos, es decir,  dividir  pueblos viviendo mesclados, lográndolo   solo a través de una “limpieza étnica”.

Las permanentes fantasías   direccionadas a  las sociedades,  no han permitido al conjunto de los pueblos  visualizar  el elemento  clave   para la ejecución del proyecto luego del   atentado del 11 S, o sea,  a  la creación   de la     “oficina para la transformación de las fuerzas armadas”  fundada  por Donald Rumsfeld,  quedando a cargo de   Arthur Cebrowski,     delineando   claros objetivos  de mutación de las mismas y la implementación de   cursos dictados en   las diferentes academias militares,  deslizando   argumentos simples y de fácil   entendimiento,   referidos a  la existencia de  una  economía mundial globalizada,  en cuyo marco deberían seguir siendo la primera potencia mundial del capitalismo, significando en concreto  su  adaptación  al capital financiero ocupando las cúspide del poder, en otras palabras supeditarlas al mismo,   la mejor manera de hacerlo sería garantizando  a los países desarrollados la explotación de los recursos naturales de los  países periféricos,   sin obstáculos políticos de por medio.

Partiendo de esa  premisa, Cebrowki divide al mundo en dos sectores, de un lado ubica a las economías globalizadas incluyendo a Rusia y China, del otro,  a los demás países  contra quienes orientarían la destrucción de  sus  estructuras e instituciones conformantes del estado, hundiéndolos en el caos.   La guerra imaginada por el almirante Cebrowski y los tanques pensantes del imperio, debía abarcar desde un primer momento toda esa región, desconociendo las divisiones o alianzas surgidas de la “guerra fría”,  en consecuencias Estados Unidos no tendría  amigos o enemigos, ya que  el enemigo dejaba de definirse en términos ideológicos (oposición entre comunistas y capitalistas) ni de religión como él (choque de las civilizaciones) sino exclusivamente por su integración o no a la economía internacionalizada del capital financiero parasitario, por ende   ya nada podría proteger  a quienes intentaran lo contrario.

Conviviendo con las contiendas  anteriores destinadas a permitir al jefe imperial  el acaparamiento de los recursos naturales, la nueva mirada  pondría  dichas riquezas  al alcance de todos los estados globalizados,   como si fuera algo mágico  el país del norte  ni siquiera se interesaría por su  captación,  pues se enfocaría en la  división del trabajo a escala planetaria, haciendo obrar a los demás en su propio beneficio, implicando    cambios de tácticas en las maneras  de hacer las guerras, no tratándose de ganarlas sino de la imposición de una “guerra sin fin”.  

De modo análogo,  de un día para otro sin previo aviso,  se fue asistiendo  a  la transformación de un justo planteo  basado en  las dinámicas de los conflictos armados convencionales,  de ser  “continuación de la política por otros  medios”  sin embargo,  en el caso norteamericano   la ligazón entre política y guerra es insuficiente para comprender  la situación actual, por la aplicación de   una doctrina  orientada    específicamente al  uso extendido de la fuerza militar con la finalidad de imponer   supremacía, así,  una afirmación dinamizada  en un momento especifico,    fuera de él,   como muestra el caso Afgano,  resulta  inapropiada.

 Así mismo,  durante  la ocupación  de  “Irak” se observó a los invasores  estructurando    la organización de  Yihadistas Iraquíes,  tanto Sunitas como Chiitas, con la finalidad  de  hundir al país en una guerra civil sin fin,   una de estas fuerzas   organizadas en el seno de Al Qaeda,  fue utilizada en Libia en el año (2014) bajo la denominación de “Daesh”,  reemplazando   la ejecución del trabajo sucio del ejército  foráneo y   confluyendo en la organización de    una  fuerza especial clandestina   con alrededor de 60 mil miembros, sin  utilizar  uniformes,  con  misión es sembrar el caos en diferentes países a través de supuestas guerras civiles.

A pesar de lo expuesto,  se asiste   a declaraciones de los presidentes Joe Biden  (EE.UU) y Emanuel Macron (Francia) a cerca de  la invasión,  teniendo  como único objetivo perseguir a quienes perpetraron  el ataque  y evitar que “Al Qaeda”  pudiese utilizar  Afganistán  como base logística,  cuando en realidad su jefe  Osama Bin Laden,   miembro de la secta  “la hermandad musulmana”  y heredero  de la mayor compañía de obras públicas  de todo el mundo Árabe,  fue un agente de los Estados Unidos,  de la agencia central de inteligencia (CIA).

Si bien la lucha contra el flagelo del terrorismo es utilizada desde hace 20 años,  no le adjunta   significación valida,  pues el terrorismo no  es un  oponente  de carne y hueso, sino una forma de lucha, en cuyo arco  se difunden los atentados    cometidos en algunos países occidentales, escondiendo  celosamente lo más grave “la creación de pequeños estados terroristas” en el Medio Oriente Ampliado, hasta la instalación de siniestro “Emirato Islámico” o sea “Daesh” o “estado Islámico en levante”.

 

Previsibles consecuencias de la caída -  el desastre    de Kabul,  ha sido el peor  de la política exterior Norteamericana  desde la  huida de Viet Nan, tan solo comparable de alguna manera,  con  la crisis del año 1956 (de Suez) marcando la debacle irreversible del imperio Británico -  erigiéndose  como    el golpe más visible a los centros sustentadores del poder económico, al complejo industrial militar trasnacionalisado y empresas militares privadas. Tras 20 años de ocupación  bajo las presidencias de George Bush, Barack Obama, Donal Trump y Joe Biden, la operación “libertad duradera”  orquestada supuestamente para acabar con el régimen talibán ha finalizado con el retorno de estos al poder, tras dejar un país arrasado  con porcentajes  de pobreza estimados  en un 70% de la población, los derechos del pueblo pisoteado al igual que el de las mujeres y jóvenes.

En relación, Rawa “asociación de mujeres fe Afganistán”  partiendo de denunciar la ocupación, identifica el  repliegue  de Estados Unidos  como producto de sus propias limitaciones  y no por la victoria talibán.  Exhibiendo las primeras consecuencias en   la crisis interna norteamericana, por viabilizar  una operación  excesivamente cara en términos económicos,  teniendo efectos internos nocivos, mientras  los portavoces de los talibanes recalcan  la inexistencia de  diferencias ideológicas  desde el año (1996)  y la actualidad. El retroceso  dicen,   fue producto de una negociación entre Estados Unidos, Pakistán y otros actores regionales,   sobre la base de entregar el país a los talibanes, en una guerra  librada en beneficio  de las potencias extranjeras, teniendo como combustibles al pueblo Afgano,  identificando a la vez,  la creciente corrupción, injusticias, desempleos,  inseguridad, incertidumbres, fraudes, pobreza, mafias, drogas y contrabando, proporcionando  un buen terreno para el accionar talibán,  jefes máximos del cultivo y tráfico de drogas ---

 El retiro  incluye el abandono de una parte del  material de guerra, misiles portátiles antitanques,  cascos de las fuerzas especiales con gafas de visión nocturna, rifles de asalto M4 y M16, sofisticados equipos de comunicaciones, vehículos resistentes a las minas, aproximadamente unos 200 aviones de ataques, decenas de helicópteros VH60  y Blanck Hawk etc.  ubicando   a los nuevos dueños del país  en mejores condiciones para atacar a sus vecinos,   otras opiniones  señalan  el haberlo   dejado   con el  objetivo de crearles  inconvenientes a Rusia y China operando en la región y el país. De igual modo  ha   pasado desapercibido  para el gran público  el abandono  de la más moderna y sofisticada arma insurgente,   un importante dispositivo biométrico para recoger y almacenar información, datos  e identificación de personas, capaz de leer el iris del ojo del  visitado   a través de un dispositivo conectado a un banco de datos de las fuerzas de ocupación, fichando  al 80% de la población, logrado con la unificación  de  métodos identificatorios    ya conocidos  con otros   nuevos, conjugando el reconocimiento de huellas dactilares, conocimiento facial, datos biográficos, rasgos del carácter, fondo de ojos, huellas recolectoras de aparatos detonables y  ADN.

 

Eventuales  Cambios ---  Dentro de la incrementada   complejidad,  el rotundo fracaso imperial trae consigo futuras transformaciones  en lo geopolítico y económico, entre ellas,   la posibilidad de apertura de una ruta de enorme importancia desde el norte al sur,  conectando Asia  Menor  con el océano indico, significando  una salida navegable para la segunda reserva petrolera del mundo  en el Mar Caspio y tira  por tierra   los planes de instalación de una nueva base militar yanqui en la región  (Tapskistan o Usbechistan) creando  al mismo tiempo,   perspectivas de avances  del proyecto Chino de la “ruta de la seda”  donde podrían converger  la energía Rusa, con la fabricación China,  la salida al mar gracias a Irán y del litio con la participación de Afganistán.

De modo similar con la alianza China –Rusia, las naciones del centro de Asia y las del Medio Oriente,  podrían gestar cambios en los flujos comerciales  haciendo perder relevancias a  regiones de Europa occidental,  con Afganistán  como  puente para el traslado del petróleo   de Medio Oriente  hacia el  gigante Asiático, liberándolo   del bloqueo de la marina estadounidense en el estrecho de Málaga en Singapur. En un espectro  más amplio,  Siria se sumaría a una alianza militar  encabezada por Rusia, el Líbano quedaría bajo el control Estadounidense y Ruso, pero militarmente ocupado  por Francia, Irak ocuparía el papel anteriormente detentado por el Líbano como mediador regional e Irán se lo admitiría en la zona Mediterránea.

Ante tan singular  cuadro de situación, la casa blanca se ve obligada a reforzar sus acciones políticas económicas en Asia Central, involucrando a China, Turquía, India, Pakistán e Irán, centrándose en cuestiones estratégicas como los  nexos con el Medio Oriente, su rivalidad con Rusia y China y el futuro de la denominada guerra contra el terrorismo.  Esto lo conduce a  una menor atención  de  América Latina y el Caribe, dando luz verde a  un mayor despliegue de las inversiones  del país asiático,   en un contexto de bloqueo permanente a Cuba  socialista,  un parcial revés en su injerencia en  Venezuela y los peligros acechando  a Colombia por el accionar de sus  gobiernos  brindando asistencia a Kabul en la ilusoria lucha contra el narcotráfico desde el año (2006) (la prohibición del opio fue solo una excusa para perpetuar la invasión)  con  la participación como mercenarios de ex militares Colombianos en la contienda, transformando al país  en blanco  de potenciales  atentados.

Por ahora, siguen brillando   por su ausencia  las  directrices  en favor de los pueblos  de  la región,  en este sentido  la cumbre de  la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)  a reunirse el día 18 de septiembre próximo,  abre la posibilidad  de recomenzar    un diseño diferente para la región, ante los permanentes traspiés de la Organización de los Estados Americanos  (OEA).

 Un futuro aún por definirse  --  Lo enmarañado de las objetividades  reclama la atención del todo único  en movimientos,  en medio de la fragmentación impulsada por los dueños del poder real,  apoyándose en las limitaciones de los pueblos para enarbolar, coordinar y darle continuidad al accionar independentista, en un panorama refractando  el inaudito poder logrado por los conglomerados  junto a  sus socios dentro y fueras de los diferentes gobiernos,  comandados por el amo del imperio a través de  sus embajadas diseminadas en todo el planeta, a pesar de lo cual,  como consecuencia de múltiples y diversos  factores   no logran  ascender a la perennidad.

De alguna manera opiniones  como  las  expuestas,  sin carecer de veracidad,  suelen no generar los efectos positivos deseados  y necesarios  en las bases sociales explotadas, hambreadas, basureadas, despreciadas, aunque siempre útiles en la diseminación de los proyectos de los enemigos de los pueblos, dejando al descubierto la   insuficiente y fragmentada acción persuasiva hacia los  de abajo (en el contexto  de una crisis general en avances) sin ser  responsabilidad únicamente de actores sociales individuales sino de la carencia  de iniciativas  colectivas en la medida requerida  por las circunstancias.

Naturalmente no englobo a la totalidad de las bases sociales, hacerlo sería desconocer la sacrificada actividad de una militancia política y social que aun con diferencias ideológicas y metodológicas,  en un mundo diverso y confuso despliegan incansablemente su decisión de vencer las dificultades en favor de los desposeídos, lográndolo  o no, pero siempre insistiendo en ese camino. Me refiero a todo lo demás existiendo  por fuera de los parámetros  mencionados, representando a una mayoría a tener en cuenta,    respetando sus  particularidades   en la senda de acercarlos  a las iniciativas más generales a partir de sus    propias reivindicaciones especificas socio económicas y políticas, de su lucha en favor de la vida. El  “todo lo demás” entre otras   vivencias,   es capaz de decidir   con su movilización por ejemplo, los resultados de una elección, cambios de gabinetes y el pago o no de una deuda externa fraudulenta e impagable.

Como reflexión inapelable y el trazo de caminos eficaces hacia la emancipación tan anunciada, es apropiado plantear la viabilidad  de  las coincidencias sobre  la necesidad de recuperar  la “voluntad de poder” lo cual   conduce (sin ser el mejor ejemplo) a observar  entre otras manifestaciones,   la actitud de las trasnacionales,  fijando objetivos y desarrollarlos   superando obstáculos,   por supuesto contando   con  ilimitados recursos de todo tipo,     tras la propiedad privada  y  sus consecuencias de  explotación, saqueos  e inhumanidades,  se fijan  metas  sin vacilar un segundo en su aplicación, así, cuando debieron  poner en concordancia a las  fuerzas armadas con las políticas del capital financiero,   dictaron cursos con ideas simples y entendibles “en un mundo globalizado se debía  mantener su  hegemonía “  y  lo lograron.

Por lo cual, desde el punto de vista de los pueblos explotados,  oprimidos,   desde  una óptica de clases,  si no se retoma la voluntad de poder,  vencer las torres levantadas por el régimen  se hará cada vez más cuesta arriba, no tratándose  únicamente de ser valientes, sino de fortificar dicha valentía  u  arrojo con ideas y proyectos claros,  definidos,  amalgamando la motorización   de mayores iniciativas educativas  y de estudios orientadas a las bases sociales.

Como comprenderán una cosa es el planteo y otra ir perfilándolo  en la praxis diaria,  donde se deben abordar nuevos fenómenos devenidos de la situación reinante, primando  enfoques y  respuestas que sin dejar de ser justas,  no siempre están en consonancias  con la exigencia y resoluciones de fondo.

 La única respuesta válida ante tales deslindes es el fortalecimiento  en las bases sociales de la praxis revolucionaria, como se quiera, como se pueda, con lo que esté al alcance de las manos de cada colectivo,  sabiendo de la fortaleza necesaria para afrontarla  contra vientos  y mareas  en un marco de requerida unicidad tan singular  como la propia situación sindemica.

Juanalbertoremedi.blospot.com

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