El ausente privilegio de la perennidad
El nuevo equilibrio de poderes
en gestación a nivel internacional, adquiere nuevos bríos tras la retirada de los Estados Unidos y sus
aliados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de Afganistán, ocupado desde el año (2001 al 2021).
La importancia geopolítica estratégica del país, radica en su ubicación
en el corazón de Asia, siendo un punto
de encuentro entre, Eurasia, Asia
Central, China, India e Irán, poseedor
de una superficie de 652.225 Km cuadrados, limita al norte con Turkmenistán y Tayikistán, al
oeste con Irán, al sur y al este con Pakistán y al noroeste con la República
Popular China, contando con importantes
reservas petrolíferas, gasíferas, litio, otros
minerales estratégicos y cultivo de
opio, con una población de 38 millones de habitantes con un promedio de edad
de 18 años.
Luego de las invasiones
Mongolas y Persas, sufrió la Inglesa en el año (1839) más adelante
la intervención soviética en los
años (1978- 1992) posteriormente la de
Estados Unidos y sus socios de la (OTAN)
hasta el día 15 de agosto cuando
su capital Kabul cae en manos de los talibanes.
En el caso de la Intervención
ex Unión Soviética se dio en el
contexto de una revolución socialista en
el año (1978) conocida coma la revolución de abril (del Saur) hegemonizada
por el partido democrático popular de Afganistán “guerra fría” de por medio. Acontecimiento en general opacado tras grises nubarrones desinformativos con
intenciones de borrarlo de la historia de un pueblo capaz de promover en
espacios y tiempos determinados, una reforma agraria, legalización de los sindicatos estableciendo al unísono un salario mínimo, implementación de un
impuesto progresivo a la renta, reducción del costo de los alimentos básicos,
prohibición del cultivo de opio junto a la promoción de cooperativas campesinas,
desarrollo de una campaña de alfabetización
e inicios de generación de industrias pesadas y livianas, brindándole perspectivas de trabajo a una juventud ansiosa de
lograr un presente y futuro vivible, combatiendo unísono los matrimonios forzados o por dinero, dignificando el papel de la mujer a
través del accionar del consejo de mujeres Afganas, proyectando
igualdades en el ámbito social y eliminación de las relaciones feudales
patriarcales.
Tamañas conquistas no fueron aceptadas por el amo del norte y en
el año (1979) reanuda la formación, educación y armado de grupos insurgentes,
por intermedio de la agencia central de inteligencia norteamericana
(CIA) a fin de neutralizarla, utilizando
al denominado “fundamentalismo Islámico” o el
“Islam político” logrando
terminar con el proyecto revolucionario. Se podrá o no estar de acuerdo con la
realización de la revolución y de la intervención de la ex (URSS) pero no ignorar conscientemente esa
parte de la historia.
En la inmediatez de los
sucesos con descarnado
enfrentamiento de ideas lógicas, es edificante recurrir a las opiniones vertidas por Samir Amín,
científico marxista Egipcio (1931-2018) acerca del Islán político, expuestas en cierta en soledad, reflejando (entre otras importantes
consideraciones) al mundo Musulmán contemporáneo, sufriendo las consecuencias del accionar de los
movimientos políticos Islamistas que, lejos
de ser una reflexión religiosa,
representan una organización política con el objetivo de
la toma del poder” utilizando de modo oportuno la bandera del Islam, enarbolando una ideología arcaica al proponer a los
pueblos una vuelta al pasado, a las épocas predecesoras de la sumisión del
mundo musulmán a la expansión capitalista y del imperialismo occidental. Conforman
una versión del neoliberalismo en lo económico y
el rechazo en el plano político de toda forma democrática, materializado como un instrumento de clases engloba no solo
a los hermanos musulmanes y de otras
organizaciones “moderadas” sino también a organizaciones clandestinas
terroristas, conviviendo con los poderes
locales y regionales de la “burguesía
mercantil” (a las órdenes del neo
liberalismo mundializado) igualmente anti democráticos
en sus prácticas políticas, utilizando a menudo el pretexto del “terrorismo Islámico”
para legitimar el rechazo a la democracia.
Se trata entonces, de conflictos
alrededor de la clase dirigente en
lucha por el poder, del enfrentamiento de distintos líderes y seguidores, junto al accionar del gendarme del mundo imponiendo sus designios, conformando una particular alianza entre potencias occidentales e Islam político, legitimada a través de los medios masivos de
informaciones haciendo centro en las
conductas de los llamados “moderados y
radicales” sin oponerse al imperialismo.
Decisión de la invasión
del año (2001) – fue tomada anteriormente a los
atentados del 11 de septiembre a
mediados del mes de julio, tras el fracaso de las negociaciones entre Estados Unidos e Inglaterra con los talibanes al
margen del gobierno Afgano con Rusia y Pakistán oficiando de
observadores, a pesar
de lo cual, el ataque fue utilizado como
pretexto para dar comienzo a la “guerra sin fin” declarada por el presidente George Bush hijo,
sin tener como objetivo la lucha contra el terrorismo sino su utilización para
intervenir en diferentes partes del mundo, en particular en Medio Oriente
ampliado, en Irak por 17 años, Libia por 10 años y Siria por 10 años, convalidando la destrucción de Irán y mirando para otro
lado ante las masacres de Yemen, teniendo como centro autónomo al pentágono por
encima del poder del presidente de los Estados Unidos, en una administración civil y militar
imponiendo sus objetivos a otras fuerzas militares.
Tras la agresión, se
implanto en el interior del país del norte, un
sistema de vigilancia masivo bajo la denominada “ley patriótica”, manifestándose en lo externo en una
profundización y ampliación de las políticas imperiales, identificadas con
mayor claridad a partir del año (2005) cuando el coronel
Ralph Peters esboza el mapa
del estado mayor conjunto para “medio Oriente ampliado” redefiniendo las fronteras heredadas de la colonización
Franco- Británica, específicamente de los (acuerdos Sykes Picot
del año 1916) expresando la necesidad de
separar criterios étnicos, es decir, dividir pueblos viviendo mesclados, lográndolo solo a
través de una “limpieza étnica”.
Las permanentes fantasías
direccionadas a las sociedades, no han permitido al conjunto de los pueblos visualizar el elemento clave para la ejecución del proyecto luego del atentado del 11 S, o sea, a la
creación de la “oficina para la transformación de las
fuerzas armadas” fundada por Donald Rumsfeld, quedando a cargo de Arthur
Cebrowski, delineando
claros objetivos de mutación de las mismas y la implementación
de cursos dictados en las
diferentes academias militares, deslizando
argumentos simples y de fácil entendimiento, referidos
a la existencia de una economía mundial globalizada, en cuyo marco deberían seguir siendo la
primera potencia mundial del capitalismo, significando en concreto su adaptación
al capital financiero ocupando las
cúspide del poder, en otras palabras supeditarlas al mismo, la
mejor manera de hacerlo sería garantizando a los países desarrollados la explotación de
los recursos naturales de los países periféricos,
sin obstáculos políticos de por medio.
Partiendo de esa premisa, Cebrowki divide al mundo en dos
sectores, de un lado ubica a las economías globalizadas incluyendo a Rusia y China,
del otro, a los demás países contra quienes orientarían la destrucción de sus estructuras e instituciones conformantes del
estado, hundiéndolos en el caos. La guerra imaginada por el almirante Cebrowski
y los tanques pensantes del imperio, debía abarcar desde un primer momento toda
esa región, desconociendo las divisiones o alianzas surgidas de la “guerra
fría”, en consecuencias Estados Unidos
no tendría amigos o enemigos, ya que el enemigo dejaba de definirse en términos
ideológicos (oposición entre comunistas y capitalistas) ni de religión como él
(choque de las civilizaciones) sino exclusivamente por su integración o no a la
economía internacionalizada del capital financiero parasitario, por ende ya nada
podría proteger a quienes intentaran lo
contrario.
Conviviendo con las contiendas
anteriores destinadas a permitir al jefe
imperial el acaparamiento de los
recursos naturales, la nueva mirada pondría
dichas riquezas al alcance de todos los estados globalizados, como si fuera algo mágico el país del norte ni siquiera se interesaría por su captación, pues se enfocaría en la división del trabajo a escala planetaria,
haciendo obrar a los demás en su propio beneficio, implicando cambios de tácticas en las maneras de hacer las guerras, no tratándose de ganarlas
sino de la imposición de una “guerra sin fin”.
De modo análogo, de un día para otro sin previo aviso, se fue asistiendo a la
transformación de un justo planteo basado en las dinámicas de los conflictos armados convencionales,
de ser “continuación de la política por otros medios” sin embargo, en el caso norteamericano la
ligazón entre política y guerra es insuficiente para comprender la situación actual, por la aplicación de una doctrina orientada específicamente al uso extendido de la fuerza militar con la
finalidad de imponer supremacía, así, una afirmación dinamizada en un momento especifico, fuera de él, como
muestra el caso Afgano, resulta inapropiada.
Así mismo, durante la ocupación
de “Irak” se observó a los
invasores estructurando la organización de Yihadistas Iraquíes, tanto Sunitas como Chiitas, con la finalidad de hundir
al país en una guerra civil sin fin, una
de estas fuerzas organizadas en el seno de Al Qaeda, fue utilizada en Libia en el año (2014) bajo
la denominación de “Daesh”, reemplazando
la
ejecución del trabajo sucio del ejército
foráneo y confluyendo en la organización de una fuerza especial clandestina con alrededor de 60 mil miembros, sin utilizar uniformes,
con misión es sembrar el caos en
diferentes países a través de supuestas guerras civiles.
A pesar de lo expuesto, se asiste
a declaraciones de los
presidentes Joe Biden (EE.UU) y Emanuel
Macron (Francia) a cerca de la invasión,
teniendo como único objetivo perseguir a quienes perpetraron el ataque y evitar que “Al Qaeda” pudiese utilizar Afganistán
como base logística, cuando en
realidad su jefe Osama Bin Laden, miembro
de la secta “la hermandad
musulmana” y heredero de la mayor compañía de obras públicas de todo el mundo Árabe, fue un agente de los Estados Unidos, de la agencia central de inteligencia (CIA).
Si bien la lucha contra
el flagelo del terrorismo es utilizada desde hace 20 años, no le adjunta significación
valida, pues el terrorismo no es un oponente
de carne y hueso, sino una forma de
lucha, en cuyo arco se difunden los atentados
cometidos en algunos países occidentales, escondiendo
celosamente lo más grave “la creación de
pequeños estados terroristas” en el Medio Oriente Ampliado, hasta la
instalación de siniestro “Emirato Islámico” o sea “Daesh” o “estado Islámico en
levante”.
Previsibles
consecuencias de la caída - el desastre de Kabul, ha sido el peor de la política exterior Norteamericana desde la huida de Viet Nan, tan solo comparable de
alguna manera, con la crisis del año 1956 (de Suez) marcando la
debacle irreversible del imperio Británico - erigiéndose
como el
golpe más visible a los centros sustentadores del poder económico, al complejo
industrial militar trasnacionalisado y empresas militares privadas. Tras 20
años de ocupación bajo las presidencias
de George Bush, Barack Obama, Donal Trump y Joe Biden, la operación “libertad
duradera” orquestada supuestamente para
acabar con el régimen talibán ha finalizado con el retorno de estos al poder,
tras dejar un país arrasado con
porcentajes de pobreza estimados en un 70% de la población, los derechos del
pueblo pisoteado al igual que el de las mujeres y jóvenes.
En relación, Rawa
“asociación de mujeres fe Afganistán” partiendo de denunciar la ocupación,
identifica el repliegue de Estados Unidos como producto de sus propias
limitaciones y no por la victoria
talibán. Exhibiendo las primeras
consecuencias en la crisis interna norteamericana, por viabilizar
una operación excesivamente cara en términos económicos, teniendo efectos internos nocivos, mientras los portavoces de los talibanes recalcan la inexistencia de diferencias ideológicas desde el año (1996) y la actualidad. El retroceso dicen, fue
producto de una negociación entre Estados Unidos, Pakistán y otros actores
regionales, sobre la base de entregar
el país a los talibanes, en una guerra librada en beneficio de las potencias extranjeras, teniendo como
combustibles al pueblo Afgano, identificando a la vez, la creciente corrupción, injusticias,
desempleos, inseguridad, incertidumbres,
fraudes, pobreza, mafias, drogas y contrabando, proporcionando un buen terreno para el accionar talibán, jefes máximos del cultivo y tráfico de drogas
---
El retiro incluye el abandono de una parte del material de guerra, misiles portátiles
antitanques, cascos de las fuerzas
especiales con gafas de visión nocturna, rifles de asalto M4 y M16,
sofisticados equipos de comunicaciones, vehículos resistentes a las minas, aproximadamente
unos 200 aviones de ataques, decenas de helicópteros VH60 y Blanck Hawk etc. ubicando a los
nuevos dueños del país en mejores
condiciones para atacar a sus vecinos, otras opiniones señalan el haberlo
dejado con el objetivo de crearles inconvenientes a Rusia y China operando en la
región y el país. De igual modo ha pasado desapercibido
para el gran público el abandono de la más moderna y sofisticada arma
insurgente, un importante dispositivo biométrico para
recoger y almacenar información, datos e
identificación de personas, capaz de leer el iris del ojo del visitado a través de un dispositivo conectado a un
banco de datos de las fuerzas de ocupación, fichando al 80% de la población, logrado con la
unificación de métodos identificatorios ya
conocidos con otros nuevos,
conjugando el reconocimiento de huellas dactilares, conocimiento facial, datos
biográficos, rasgos del carácter, fondo de ojos, huellas recolectoras de
aparatos detonables y ADN.
Eventuales Cambios ---
Dentro de la incrementada complejidad, el rotundo fracaso imperial trae consigo
futuras transformaciones en lo geopolítico
y económico, entre ellas, la
posibilidad de apertura de una ruta de enorme importancia desde el norte al
sur, conectando Asia Menor
con el océano indico, significando una salida navegable para la segunda reserva
petrolera del mundo en el Mar Caspio y
tira por tierra los
planes de instalación de una nueva base militar yanqui en la región (Tapskistan o Usbechistan) creando al mismo tiempo, perspectivas
de avances del proyecto Chino de la
“ruta de la seda” donde podrían
converger la energía Rusa, con la
fabricación China, la salida al mar
gracias a Irán y del litio con la participación de Afganistán.
De modo similar con la
alianza China –Rusia, las naciones del centro de Asia y las del Medio Oriente, podrían gestar cambios en los flujos
comerciales haciendo perder relevancias
a regiones de Europa occidental, con Afganistán
como puente para el traslado del
petróleo de Medio Oriente hacia el
gigante Asiático, liberándolo del bloqueo de la marina estadounidense en el
estrecho de Málaga en Singapur. En un espectro más amplio, Siria se sumaría a una alianza militar encabezada por Rusia, el Líbano quedaría bajo
el control Estadounidense y Ruso, pero militarmente ocupado por Francia, Irak ocuparía el papel
anteriormente detentado por el Líbano como mediador regional e Irán se lo
admitiría en la zona Mediterránea.
Ante tan singular cuadro de situación, la casa blanca se ve
obligada a reforzar sus acciones políticas económicas en Asia Central,
involucrando a China, Turquía, India, Pakistán e Irán, centrándose en
cuestiones estratégicas como los nexos
con el Medio Oriente, su rivalidad con Rusia y China y el futuro de la denominada
guerra contra el terrorismo. Esto lo
conduce a una menor atención de América Latina y el Caribe, dando luz verde a un mayor despliegue de las inversiones del país asiático, en un
contexto de bloqueo permanente a Cuba
socialista, un parcial revés en
su injerencia en Venezuela y los
peligros acechando a Colombia por el
accionar de sus gobiernos brindando asistencia a Kabul en la ilusoria
lucha contra el narcotráfico desde el año (2006) (la prohibición del opio fue
solo una excusa para perpetuar la invasión)
con la participación como
mercenarios de ex militares Colombianos en la contienda, transformando al
país en blanco de potenciales atentados.
Por ahora, siguen brillando
por su ausencia las directrices en favor de los pueblos de la
región, en este sentido la cumbre de
la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a reunirse el día 18 de septiembre próximo, abre la posibilidad de recomenzar un
diseño diferente para la región, ante los permanentes traspiés de la
Organización de los Estados Americanos
(OEA).
Un futuro aún por definirse -- Lo enmarañado de las objetividades reclama la atención del todo único en movimientos, en medio de la fragmentación impulsada por los
dueños del poder real, apoyándose en las
limitaciones de los pueblos para enarbolar, coordinar y darle continuidad al
accionar independentista, en un panorama refractando el inaudito poder logrado por los
conglomerados junto a sus socios dentro y fueras de los diferentes
gobiernos, comandados por el amo del
imperio a través de sus embajadas
diseminadas en todo el planeta, a pesar de lo cual, como consecuencia de múltiples y diversos factores no
logran ascender a la perennidad.
De alguna manera
opiniones como las
expuestas, sin carecer de
veracidad, suelen no generar los efectos
positivos deseados y necesarios en las bases sociales explotadas, hambreadas,
basureadas, despreciadas, aunque siempre útiles en la diseminación de los
proyectos de los enemigos de los pueblos, dejando al descubierto la insuficiente y fragmentada acción persuasiva
hacia los de abajo (en el contexto de una crisis general en avances) sin ser responsabilidad únicamente de actores sociales
individuales sino de la carencia de
iniciativas colectivas en la medida
requerida por las circunstancias.
Naturalmente no englobo
a la totalidad de las bases sociales, hacerlo sería desconocer la sacrificada
actividad de una militancia política y social que aun con diferencias
ideológicas y metodológicas, en un mundo
diverso y confuso despliegan incansablemente su decisión de vencer las
dificultades en favor de los desposeídos, lográndolo o no, pero siempre insistiendo en ese camino.
Me refiero a todo lo demás existiendo por fuera de los parámetros mencionados, representando a una mayoría a
tener en cuenta, respetando sus
particularidades en la senda de acercarlos a las iniciativas más generales a partir de
sus propias reivindicaciones
especificas socio económicas y políticas, de su lucha en favor de la vida.
El “todo lo demás” entre otras vivencias,
es capaz de decidir con su movilización por ejemplo, los
resultados de una elección, cambios de gabinetes y el pago o no de una deuda
externa fraudulenta e impagable.
Como reflexión
inapelable y el trazo de caminos eficaces hacia la emancipación tan anunciada, es
apropiado plantear la viabilidad de las coincidencias sobre la necesidad de recuperar la “voluntad de poder” lo cual conduce
(sin ser el mejor ejemplo) a observar entre
otras manifestaciones, la actitud de las trasnacionales, fijando objetivos y desarrollarlos superando obstáculos, por
supuesto contando con ilimitados recursos de todo tipo, tras la propiedad privada y sus
consecuencias de explotación, saqueos e inhumanidades, se fijan metas sin vacilar un segundo en su aplicación, así, cuando
debieron poner en concordancia a las fuerzas armadas con las políticas del capital
financiero, dictaron cursos con ideas
simples y entendibles “en un mundo globalizado se debía mantener su
hegemonía “ y lo lograron.
Por lo cual, desde el
punto de vista de los pueblos explotados, oprimidos, desde
una óptica de clases, si no se
retoma la voluntad de poder, vencer las
torres levantadas por el régimen se hará
cada vez más cuesta arriba, no tratándose únicamente de ser valientes, sino de
fortificar dicha valentía u arrojo con ideas y proyectos claros, definidos,
amalgamando la motorización de mayores iniciativas educativas y de estudios orientadas a las bases sociales.
Como comprenderán una
cosa es el planteo y otra ir perfilándolo en la praxis diaria, donde se deben abordar nuevos fenómenos
devenidos de la situación reinante, primando enfoques y
respuestas que sin dejar de ser justas,
no siempre están en consonancias
con la exigencia y resoluciones de fondo.
La única respuesta válida ante tales deslindes
es el fortalecimiento en las bases
sociales de la praxis revolucionaria, como se quiera, como se pueda, con lo que
esté al alcance de las manos de cada colectivo, sabiendo de la fortaleza necesaria para
afrontarla contra vientos y mareas en un marco de requerida unicidad tan singular como la propia situación sindemica.
Juanalbertoremedi.blospot.com
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