sábado, 31 de diciembre de 2016

El inagotable fluir del  devenir de las cosas

Juan Alberto Remedi

Llega a su ocaso el presente año y el crepúsculo de uno nuevo se  insinúa  entre  las cenizas del  pasado, en un momento histórico de la humanidad donde, una de las variantes  de régimen capitalista, expresada en  la denominada “globalización neoliberal” y su consecuencia la “liberalización económica” dejo de ser la fuerza impulsora de la economía mundial, perdiendo su hegemonía.

Los acontecimientos han demostrado la falacia de un mundo sin fronteras, de una sociedad  juntando  a todos en un mismo espacio económico, político, financiero, ideológico y cultural - de ese horizonte,  intentando encausar los esfuerzos colectivos  y el cumplimiento de las expectativas de las sociedades, desde el punto de vista de la propiedad   privada  concentrada en su máxima expresión posible. Dicho  relato se  hizo trizas y el famoso “fin de la historia” enunciado por Francis Fucuyama, junto a la   formulación como proyecto universal sin oposición alguna y el objetivo de encauzamiento   de  los díscolos,   fracaso,  acabó,  se  escapo como agua entre los dedos.

Hace 35 años, Ronad Reagan y Margaret Thatcher, impulsaron  un proceso que ya contaba con un determinado desarrollo   planetario, caracterizado por   una mayor concentración económica  con  preeminencia del capital financiero parasitario.  Esos mismos países en la actualidad, con otros gobernantes, actúan de manera diametralmente opuesta, en Inglaterra triunfo electoralmente la posición de alegarse de la Unión Europea y en los Estados Unidos con  Donald Trump se prevee un repliegue hacia el mercado interno y un alejamiento de los organismos, pactos o acuerdos económicos globales ( siempre y cuando cuente con  las espaldas necesarias para hacerlo)  Sin embargo, fueron los pueblos Latinoamericanos y caribeños  quienes dieron  los primeros   pasos   enfrentando   dichas posturas, no sin  limitaciones, contradicciones e incluso falta de espíritu critico.
La referencia a los  pueblos,  se vincula estrechamente a un  hecho particular  “no hubo ni hay dioses”  aunque los  vivillos de siempre, en nombre de alguna revolución inexistente, profesen la fe ciega, el te pertenezco, en definitiva la existencia de seres superiores,  complementándose así,  de modo  eficaz,  con la anulación del espíritu citado.   Fue el  propio Fidel,  oponiéndose a dichos preceptos  quien  brindo y dejo ejemplos a tener presentes.

 La realidad en curso,  teniendo en cuenta  la derrota del denominado “campo socialista”  como  el acabose de la internacionalización de la economía (globalización) nos enfrenta a   un futuro incierto, por  la persistencia  de un  régimen  responsable de las mayores aberraciones contra la humanidad  en su etapa de senilidad, incapaz de reproducirse -  por otro lado,   aunque como un todo único, la carencia de  una perspectiva concreta de reemplazo. La globalización ha perdido la iniciativa  pero el sistema  sigue vigente y aun puede causar enormes daños  quizás,  como nunca antes.

Todo lo hecho de modo colectivo e individual en oposición a las políticas citadas,   ha sido   medular.  En este sentido, convengamos las  insuficiencias  en la  ubicación de  los caminos comunes necesarios, con   las esperanzas  como   parte de los  desafíos,  en la búsqueda de horizontes  a construir. Esto será posible en la medida en que se siga manteniendo  la independencia  de las ideas del complejo o combinaciones de  sensaciones,  por sobre los hechos materiales exteriores en si – reivindicando   en su lugar,  los acontecimientos  reales, existido en el exterior  de la  conciencia e independientemente de nuestra voluntad.
Así mismo, la potenciación y profundización del tan repetido factor subjetivo comparte la misma base expuesta, auque algunos lo hayan tomado como una  oportunidad para  aislarse en una  burbuja o entre cuatro paredes, tan solo pensando,  al margen de la vida, sin participación en la resolución de los problemas concretos de cada lugar concreto, y,  lo que es peor aun,  situándose   por propia voluntad,  junto a lo muerto.

En realidad, todos los futuros son posibles, nos toca seguir accionando  para la conquista de uno  común y distinto al del capitalismo moribundo.  Lograrlo implica tener los pies sobre la tierra, manejarnos con hechos reales  elaborándolos  y reelaborándonos en nuestras mentes  a fin de ubicar  los diferentes caminos para su concreción, sabiendo que los seres humanos no podemos prescindir de un horizonte verdadero.
Como ya lo he planteado,  se trata de resolver (entre otras cuestiones) la ecuación complejidad – potencialidad.   Lo complejo de las situaciones  exige cierto grado de comprensión y potencialidad para abordarlas, requiriendo además,  un grado mayor  para resolverlas.  Lo complejo en definitiva nos conduce o debiera hacerlo a la obtención de mayores potencialidades, en ese inagotable camino  del fluir del devenir de los acontecimientos.

Saludos, éxitos y como siempre,  nos seguimos viendo o en  contactos – un abrazo-





No hay comentarios: