Lo complejo visualizado como simple
Como algo normal, la vida presenta situaciones a resolver. El desafió
no pasa tan solo por zanjarlos, sino en explorar las distintas posibilidades
para salir airosos.
Los acontecimientos reflejan las energías desarrolladas en nuestra
América y por lo tanto en el país, en lo ideológico, económico, político, social
e institucional y su relación con las opiniones estrechamente vinculadas con los intereses económicos portados.
Dentro de un amplio menú de modos de percibir las realidades y el ejercicio del poder persuasivo a fin de hacerlas
entendibles, es interesante optimizar una
perspectiva superadora, capaz de
repercutir positivamente entre los
trabajadores de la urbanidad y el campo,
integrantes de los pueblos originarios, movimientos sociales, entre jóvenes y mujeres en la búsqueda de salidas
propensas a concretar las mas sentidas aspiraciones. Me refiero en concreto a
la necesaria coordinación, continuidad y potenciación del dinamismo
anticapitalista.
Lograr dicha meta supone, entre otros aspectos, percibir que a
consecuencias de las experiencias acumuladas con diferentes
formas de protestas, en los años 1990 se delinearon en A.Latina dos corrientes opuestas al
neoliberalismo: una planteando la
autonomía social y política centrando
sus actividades en los movimientos sociales de todo tipo - otra proponiendo el
rescate de la política (en general) en función de crear nuevas hegemonías y
construir alternativas al neoliberalismo. En la confrontación acompañada
por convulsiones
internas, se impuso la
segunda variante.
En el entorno citado, emerge un
fenómeno en lo aparente simple, aunque su característica central es de una extrema
complejidad. Visualizarlo requiere
superar la superficialidad analítica y los espejitos de colores
alfombrando los aconteseres.
Así, los partidarios de la autonomía
no encontraron los caminos para recoger los frutos de lo sembrado en las gestas
contra el neoliberalismo, y, salvo excepciones, se diluyeron o pasaron a formar parte de las
diferentes administraciones,
renegando de sus pretendidos
objetivos en nombre de “lo conquistado”
o de una “supuesta integración Latinoamericana” difusa desde el punto de vista
de la emancipación - por otra parte, algunas
parcialidades tradicionales denominadas de izquierdas, carentes de
lineamientos en consonancia con lo acontecido, se conforman con el rescate del rol activo del estado
generando hechos sociales, sin potenciar en la practica nada distintivo.
Ahora bien, el contenido de lo expresado se puede presentar si se
quiere, en otro contexto, con otras palabras, intenciones y perspectivas. Sin embargo, no
dejaría de ser un análisis
superficial, opacado por los
reflejos multicolores impuestos
por el poder hegemónico.
La sustantivilidad marca la trascendencia del abandono de lo somero y la importancia de una mayor preparación teórica, sistematizando los estudios y lecturas en consonancia
a cada materialidad a fin de lograr una visión
mas abarcativa de los sucesos, pero por
sobre todo, requiere grandeza para dilucidar los puntos comunes de la indispensable articulación de accionares.
Lo expuesto en lo aparente simple es lo medular a resolver y aquí
aparecen complejidades como nunca antes. Tomar nota de lo planteado para operar
en consecuencia exige convicción, respeto, honestidad, delicadeza, conocimiento,
dedicación, perseverancia, paciencia activa y saber discernir en cada momento lo fundamental de lo transitorio.
Por lo mismo se debiera observar si algunas verdades y participes en la
revuelta del año 2001 en el país (junto
a otros similares en Latinoamérica)
siguen manteniendo vigencia o si
hubo alteraciones a partir de las posiciones tomadas ante circunstancias determinadas por la crisis sivilizatoria en
curso. Naturalmente la unicidad a lograr a partir de los núcleos existentes debiera contener claras expresiones
antiimperialistas y anticapitalistas a
fin de asentar las bases de una
sociedad mas justa.
La postura planteada permite visualizar los hilos comunicantes con
lo que pudiera ocurrir en el país de
aquí al año 2015, en los marcos de la
disputa para discernir quien o
quienes serán los responsables de conducir
la administración del régimen capitalista. A través de los medios
masivos de comunicación y otras expresiones intentan dirimir quienes son los mas aptos
para lograr la continuidad del sistema, si el Kirchnerismo o la llamada
oposición (formal) ambos defensores del régimen a pesar de pertenecer a
diferentes fuerzas políticas. En
conjunto motorizan una serie de hechos
destinados a desdibujar o esconder las discusiones de fondo relacionadas con la
estructura económica social vigente.
No se puede desconocer la actividad del actual gobierno con la promoción de medidas económicas
sociales, obteniendo un importante consenso electoral, al resolver de modo parcial algunos de los más apremiantes problemas de
las mayorías, conjugándolo con las críticas a las políticas hegemónicas de
los años 1990 a pesar de haber sido participes protagónicos en su aplicación.
Lo enmarañado del momento obliga
evitar los caminos de la candidez o la necedad al
abordar el debate simplificado en las consignas de década perdida o
ganada. Dentro del sistema se produjeron algunas
variaciones, sin ser medulares no dejan de tener importancia, así,
los beneficios de la convertibilidad
(1991-2001) fueron embolsados por las
empresas privatizadas de servicios públicos,
los acreedores de la deuda pública, las grandes transnacionales y los bancos extranjeros.
La salida de la convertibilidad produjo en este sentido un cambio fragmentado, con
el paso de esas ganancias al sector agro industrial asociado al comercio
exterior, las grandes transnacionales y la banca extranjera. Subordinado a ello se beneficiaron segmentos pequeños y medianos
de la economía local a través de una ampliación
del mercado interno - aunque el
presente muestre un
desaceleramiento de la economía y la merma del consumo.
El grueso de las ganancias fue y son apropiadas por diferentes actores del régimen, ligados a la concentración económica y
financiera, mientras los trabajadores y demás sectores siguen padeciendo una desigualdad creciente,
con toda la significancia del concepto. El
mentado modelo productivo de desarrollo
surgido luego del año 2001, tiene sustento
innegable en la institucionalidad económica política
gestada desde el año 1975 en adelante (dictadura fascista cívico militar de por
medio) responsable de abrir las puertas
a una mayor participación tutelada del país, en la división internacional del trabajo.
Por lo mismo, es interesante detenerse en los acontecimientos del año 2001, dejando en claro la no identificación, en ese momento
concreto, del problema central “el orden
capitalista”. Tal debilidad de los movilizados posibilitó la reorganización del
poder en torno al Kirchnerismo y su
consigna de desarrollo del capitalismo
Nacional.
En tanto, las clases dominantes dentro y fuera del gobierno, mantuvieron su poder intacto, dedicándose
a la preparación de las
condiciones para inducir a la devaluación del año 2014. Al comprobar la posibilidad de generarlas, siguen
acumulando fuerzas para lograr una nueva desvalorización del peso, en los momentos
finales de la actual administración o principio de la venidera.
Entre los defensores del régimen a simple vista, todos están contra todos, a no engañarse, el agua no llegara al cuello, pues lo central
sigue siendo la defensa del capitalismo. Mientras tanto, el gobierno retoma la agenda económica de
derecha acompañada por una creciente represión a los movimientos populares en
protestas. Actitud muy distante a la investigación y no pago de la deuda
externa, a pesar de denuncias contra algunos “llamados buitres” mientras otros
parecieran ser no tan buitres.
Cuando se intenta reeditar el área del libre comercio de las Ameritas (ALCA)
en base a los preparatorios acuerdos entre el MERCOSUR y la Unión del Pacifico -
mientras Brasil nombra a un neoliberal
como ministro de economía decidido a
alinearse con el Imperio, y, el proceso Bolivariano en Venezuela sigue siendo atacado por el capital
transnacional desde el exterior- 1- se manifiesta la culminación del ciclo comenzado en febrero
de 1989 con el Caracazo, pudiendo haber terminado en junio del año 2013 con las
grandes movilizaciones del hermano pueblo Brasileño - trasluciendo la iniciación de un nuevo momento donde la
aprobación pasiva de los lineamientos a
terminado y es suplantada por las protestas en defensa de las mas sentidas
reivindicaciones del pueblo.
Es en este espacio y tiempo concreto donde se debe aportar en base a claros
objetivos de unidad de los que luchan a la conformación
de sujetos sociales capases de afrontar
el nuevo momento con independencia.
En el ir y venir de los sucesos, se percibe cierta desesperación en fundamentar una idea
folclórica, “el pan se hace con la
harina existente” u otras similares.
Quizás esa consigna se utilizo en algún lugar, en un momento específico para lograr resolver algunas situaciones
angustiantes, pero los vivillos de siempre, se encargan de trasladarla de modo esquemático a la actualidad.
Si se habla de la unicidad de
los sectores populares - la harina utilizada para ese pan no es la de los
corruptos, mafiosos, ladrones, inhumanos, oportunistas capases de vender a su
madre por un reconocimiento del régimen o por recibir un peso con cincuenta, tampoco la de los burócratas sindicales
empresarios corruptos y asesinos, ni la de los traficantes de drogas, tratantes
de blanca y fascistas. Todos,
absolutamente todos (tomo una licencia no recomendada) fueron y son chupaculos
del imperio y sus socios locales.
El pan necesario debe ser
elaborado con la harina de los distintos colectivos `populares de la urbanidad y el campo
afectados por las políticas de los socios del imperio y dispuestos a
enfrentarlas. Lograrlo significaría un inmenso avance.
Hoy más que nunca se debiera denunciar la complicidad de los sectores
fascistas con el narcotráfico, y la trata de blancas. Estos compartimientos elitistas se financian con parte de lo recaudado por
estas organizaciones, cuestión vinculada
estrechamente al problema de la “seguridad”. En relación a lo planteado, los opinologos desde un pedestal, salen del paso recurriendo
al argumento de la desprotección de la juventud y la falta de
perspectivas. “valla descubrimiento”.
También la “inseguridad” se resuelve con participación popular. En
pocas palabras cada uno en cada lugar, siempre de modo colectivo debe encontrar y desarrollar los anticuerpos para
lograr un pasar en algo más normal. No
se trata de producir los famosos linchamientos, ni de ser participes o cumplir el rol de los aparatos de seguridad,
nada de eso, se trata de participación
popular, con medidas y accionares en
consecuencia. Algunos son tan naturales
que pueden llegar a sorprender. Es
imperativo poner en practica algo de lo planteado, de lo contrario el sistema seguirá condenado a las mayorías a vivir en el caos, en la mugre e impotencia por ellos generada, en nombre de la institucionalidad democrática.
Las protestas tienden a ser mas contundentes, la desocupación e
inflación no reconocida por el gobierno provoca preocupación y desencanto, mientras la deuda externa sigue siendo un
factor nefasto conspirando contra el desarrollo. O se defiende un afecto u
otro, los transnacionales o los de las mayorías. Las
movilizaciones y diferentes protestas deben poner el cello de la defensa de los
intereses propios opuestos a los del imperio y sus socios locales.
El reto sigue siendo avanzar hacia la unidad, coordinación y
continuidad en defensa de lo nuestro, cuestión sin duda compleja, y a la
vez, saber ubicar lo natural en las resoluciones de algunos conflictos.
Notas: 1- en el camino de...
octubre 2014 del autor
Juan Alberto Remedi ---
integrante del Movimiento Bolivariano de Entre Ríos
Paraná:
diciembre 2014
www.remedijuanalberto.blogspot.com.
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