domingo, 10 de noviembre de 2013

Palabras previas La burguesía pensante, con siglos de experiencias acumuladas, sigue imponiendo a nivel mundial las ideas directrices defensoras del régimen. Sin embargo la conciencia de la crisis sivilizatoria de nuestro tiempo, se encuentra presente en gran parte de las meditaciones contemporáneas, pugnando por trasladarla a cada rincón donde viven, estudian, trabajan, sueñan y luchan los habitantes de la tierra. Algunas de las responsabilidades de los partidarios de construir un mundo sin explotación, suelen quedar inconclusas y otras simplemente pasan sin tener las posibilidades de abordarlas. En la base de tales situaciones reina una insuficiente comprensión de la dirección de los acontecimientos, no tal vez locales, sino más generales. Los baches de formación ideológica se muestran con desparpajos, pero ¿Quién no los tiene? El aspecto positivo de la limitación esta dado por la presencia de esfuerzos colectivos e individuales superadores. De todas maneras, el planteo es posible por la existencia de practicas militantes concretas, avanzando contra vientos y mareas, con mayores o menores niveles de entendimientos, hacia la creación de las condiciones para lograr un mundo más igualitario. Para ellos, en especial para aquellos-as - que por propio convencimiento, sin recibir nada a cambio (salvo en ocasiones, el reconocimiento de segmentos sociales) oriento estas parciales opiniones, como un intento mas, de aportar algo de luz a las tinieblas impuestas por el capital transnacional y sus lacayos autóctonos. Mentiras, medios y guerras Mantener la preponderancia del régimen capitalista a nivel planetario, implica la utilización de todo los elementos a su alcance, por lo mismo y como parte de un todo único, ha desarrollado a niveles muchas veces inimaginables, la industria de las “mentiras y las guerras”. El ideólogo Fascista Joseph Goebbels decía, refiriéndose al tema “es mas fácil que la gente se trague una enorme mentira que una pequeña”. Tema relacionado con las grandes corporaciones mediáticas, y, por ende, a los medios de su propiedad, considerados por algunos, como armas de los poderosos para el desarrollo de “las guerras y control del poder”, pero en realidad la idea central debiera ser otra porque, las grandes corporaciones, por si mismas son, la “guerra y el poder”. Sus principales intereses económicos, en ocasiones, no radican en dichos medios sino en otras áreas como, la petrolera, fabricación de armas y comercialización de drogas, si bien esto es un hecho, en el proceso de afianzamiento y despegue, adquieren su propia dinámica generando por si mismas millones y millones de dólares. A comienzos de siglo XX las palabras “propaganda y guerra” se convirtieron en sinónimas. Daniel Estulin es su trabajo “el imperio invisible” recuerda las opiniones de Edgard Bernays, uno de los precursores del campo de las relaciones publicas (técnicas de manipulación de opinión) exponiendo en el año 1928 algo original para la época, el sorprendente éxito, señalo, de la propaganda durante la primera guerra mundial, hizo ver a una minoría inteligente la posibilidad de controlar las mentes publicas. En el mismo periodo, junto a Walter Lippmann participaba en un estudio secreto, relacionado con las formas de manipulación de informaciones de guerras, con el propósito de movilizar un respaldo masivo hacia el conflicto, financiado por el instituto real de asuntos internacionales (organización relacionada con el consejo de relaciones exteriores de los Estados Unidos) descubriendo que un pequeño porcentaje de la población, menos del 10%, era capaz de comprender que, el proceso de razonamiento requiere la habilidad de observar un problema sin juzgarlo de manera inmediata. Desde entonces, han utilizado ese conocimiento a fin de controlar las guerras o cualquier otro asunto importante para las sociedades. Estulin se refiere también, a las actividades del instituto Tavistoch (fundado en el año 1947 en Londres) donde los científicos Eric Trist y Frederick Emery desarrollaron la teoría de “turbulencia social” conocida como “efecto de mitigacion de shochs futuros” en la cual se preveía la posibilidad de aplacar a las poblaciones mediante fenómenos de masas como, cortes de energías, colapsos económicos y financieros, si estos shochs se aproximan unos a otros en el tiempo y fuesen provocados con creciente intensidad, se haría posible conducir a las sociedades a un estado de psicosis colectiva - los individuos afirmaron, se convertirían en disociados al tratar de escapar de la asombrosa realidad emergente, buscarían refugio en un estado de negación, se replegarían a los entretenimientos populares y desarrollarían propensión a los ataques de rabia. Aparecen así dos caras de una misma moneda. Por un lado la manipulación sutil del pensamiento y la conciencia humana, mediante el poder de los medios de comunicación - por otro - un cambio directo de los prototipos, variando todas las normas del juego mediante las cuales, las sociedades se definen a si mismas. Esos estudios siguieron enriqueciéndose y se aplican actualizados en el presente. La propaganda de guerra En el análisis de la cuestión propagandística no se puede caer simplificaciones, nada es simple, cada paso dado en esta dirección engendra diferentes grados de complejidades acorde a cada realidad. En ella no solo participan los medios de comunicación sino, todos los espacios sociales existentes, sobre todo, la calle, la esquina, el comentario al pasar reflejando lo escuchado en los medios masivos de información. El enfrentamiento ideológico, se desarrolla en la calle, siempre en la calle, aunque haya sido elaborado entre cuatro paredes. Rescato así, la imprescindible participación de los hombres en dicha evolución, no ejecutando necesariamente actividades sociales o políticas en favor de alguna parcialidad. En cuanto a la propaganda especifica de guerra, se impone la manipulación y las mentiras, saliendo al mercado a vender la idea de “guerras humanitarias” apelando en principio a las emociones y los buenos pensamientos del hombre común, presentando los conflictos como una guerra entre el bien y el mal, donde los enemigos del Imperio encarnan la maldad absoluta personificada por ejemplo en Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC) Saddan Hussein, Gadafi o Bachar al Assad, entre otros, complementando sus contenidos con la proliferación de los llamados a la libertad y la democracia. En todos los casos no se apela a la razón, sino a los sentimientos humanitarios manipulándolos. Su efectividad se relaciona con la utilización hechos reales como base de las demás orientaciones (aunque en la ocupación de Irak recurrieron desde un principio a escandalosas mentiras). Repasando acontecimientos actuales se puede discernir la veracidad de la utilización de armas químicas en Siria, pero el paso seguido fue atribuir su uso (no demostrado) al gobierno – también se dieron protestas reprimidas fuertemente por el régimen, sin embargo la propaganda las transformo en revoluciones, buscando legitimar los intentos invasionistas de Estados Unidos. Es efectiva además, porque se apoya en “matrices de conocimientos” ya adquiridos, en los marcos mentales ya constituidos a través de la educación brindada por el sistema, y, por su elasticidad para confundirse con la vida cotidiana. En la demonizacion de los actores anteriormente mencionados, aparecen líneas argumentativas comunes como, el sufrimiento de la población civil sometida por una dictadura y la existencia de países o grupos sociales suponiendo una amenaza para el planeta, los opositores son presentados como “no violentos” cierran el circulo con la “saturación informativa” basada en imágenes con una fuerte carga emocional, impeditiva del análisis racional a través de una mirada histórica. En definitiva la propaganda como sistema complejo es utilizada para vender guerras como si fuesen una mercancía estándar. La historia de la industria de la mentira, parte integrante del complejo militar industrial, dio un viraje en el año 1989 con el derrocamiento de Nicolae Ceaucescu en Rumania. Los medios occidentales divulgaron informaciones e imágenes de un supuesto “genocidio” perpetrado en Timisoara, por la policía gubernamental. La experiencia llevo al filosofo Italiano Giorgio Agamben (aunque no fue el único) a plantear lo siguiente: por primera vez en la historia de la humanidad, cadáveres enterrados hacia poco tiempo o los encontrados en los mesones de las morgues, fueron desenterrados, utilizados y mutilados para simular delante de las cámaras televisivas un genocidio, acto destinado a legitimar el nuevo orden. Lo que el mundo entero tenía ante sus ojos como realidad real, era la absoluta anti verdad, autentificada como real por el sistema mediático mundial. Verdad y falsedad se hicieron imposibles de distinguir y el espectáculo se legitimaba solamente mediante el espectáculo, por lo mismo, el año 1989 fue el momento de la implementación de la sociedad del espectáculo como técnica de guerra a nivel planetario. En ese mismo periodo, en noviembre de 1989 se produce en Praga (capital de la republica Checa) la denominada “revolución del terciopelo” levantando una consigna inspirada por Gandhi “amor y verdad”, donde difundieron una falsa información, según la cual, la policía había matado brutalmente a un estudiante. 20 años mas tarde el periodista Jan Urban, líder opositor señalo, esa mentira tuvo en aquel momento el merito de suscitar la indignación de masas y el derrumbe de un régimen ya debilitado. En la segunda guerra del golfo en enero de 2003, el secretario de estado norteamericano Colin Powel, mostraba a la Naciones Unidas (ONU) imágenes de laboratorios móviles de producción de armas químicas y biológicas en Irak, el ministro Británico Toni Blair doblaba la apuesta informando no solo su posesión, sino los planes para utilizarlas, pudiendo activarlas en 45 minutos. Luego vino la ocupación y la no comprobación de su existencia. En este arco de situación, en nombre de la guerra antiterrorista (preventiva, ilimitada y sin fronteras) Estados Unidos implemento el mayor espionaje global de la historia. En nuestra región El nuevo auge de luchas populares en la ciudad y el campo preocupa al imperio, por lo cual, apura los planes desestavilizadores y golpistas. Las actividades anteriormente mencionadas, siempre estuvieron presentes en la región con diferentes magnitudes y expresiones, siguiendo lineamientos, en lo fundamental, Norteamericanos. Una muestra son las miles de mentiras sobre Cuba socialista, la revolución y sus más importantes dirigentes, en especial del líder Fidel Castro, orientadas en todos los casos al debilitamiento, desestabilización interna y el mantenimiento del inhumano bloqueo económico. Conductas repetidas con características acordes en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y los países Centroamericanos. El gobierno Bolivariano de Venezuela las sufre en carnes propias, con los continuos intentos golpistas potenciados en vísperas de las próximas elecciones municipales, donde la burguesía trata de mantener al pueblo en tensión permanente. La elaboración de un documento por los sectores reaccionarios, redactado el 13 de junio del año 2013 titulado: “Plan estratégico Venezolano” preparado por la “fundación internacional democrática” dirigida por el ex presidente Colombiano Álvaro Uribe Vélez, junto a la fundación “centro de pensamiento primero Colombia, una empresa Estadounidense (FTI) consuling y la participación de la agencia internacional del desarrollo de Estados Unidos para América Latina (USAID) reflejan la profundidad de las medidas reaccionarias contra el hermano pueblo. Recomiendan perfeccionar el discurso de confrontación y denunciante de Enrique Capriles, la generación de emociones con mensajes cortos pero masivos orientados a poner al pueblo contra el gobierno, la incrementacion del desabastecimiento y el saboteo energético. Ese documento interno, resultado del encuentro de sectores ultraderechistas de Colombia, Venezuela y Estados Unidos, propone crear situaciones de crisis en las calles para permitir la intervención Norteamericana y las fuerzas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) con el apoyo del gobierno Colombiano. Plantean desatar más violencia a fin de producir muertos y heridos, mientras azuzan la insurrección de las fuerzas armadas buscando apoyos de militares activos y en retiro. Como en otras partes del mundo el objetivo perseguido es esencialmente económico, el imperio y sus sirvientes buscan adueñarse las riquezas petroleras del país. En nuestro país, el fallo de la corte suprema en favor de la ley de medios, luego de cuatro largos años de mantenerlo en carpeta, constituye un paso importante a tener en cuenta en el presente y futuro cercano, esto, junto al descubrimiento de mas pruebas a cerca de la actuación de la dictadura cívico militar fascista, instaurada en el año 1976, brindan a la administración algo de oxigeno, luego de un proceso electoral adverso. El capital transnacional junto a sus socios no ha dejado de producir hechos desestabilizadores (corridas bancarias) ante la falta de predisposición oficial para atacar las causas reales de la crisis en marcha. Mientras, la discusión de las fuerzas políticas tradicionales participes o no en el gobierno, gira alrededor de quien tiene las riendas del régimen capitalista en el país, en los marcos de la crisis internacional, esa es la discusión y no otra, se diputan la dirección del proceso. Siguen presentes en los recuerdos populares, aquellas afirmaciones hechas por los sectores gubernamentales “pagamos al Fondo Monetario Internacional” “no dependemos de el”, creando falsas expectativas y utilizando, también en este caso, todos los medios a su alcance para difundir la información. Sin embargo, el gobierno nunca abandono el (FMI) todo lo contrario, en los últimos 10 años pago en concepto de deuda 173.000 millones de dólares (a pesar de la quita lograda), esto se halla en sintonía con la participación de la presidente en el grupo de los 20 (G 20) donde el (FMI) es un actor fundamental. El acuerdo con el Banco Mundial (BM) para la obtención de un préstamo de 3000 millones de dólares, potencia el endeudamiento internacional, con lo cual, el tema de la deuda externa vuelve a estar en la cresta de la ola como cuestión estructural, no resuelta en favor del pueblo. No estábamos equivocamos al plantear la falta de voluntad política para investigar la deuda y dejar en claro cual era la deuda legitima - o cuando dijimos públicamente, “la defensa de unos intereses afectaban a otros” por lo tanto, el pago afectaba y afecta a los de las mayorías populares. Sigue siendo este, un factor medular, del carácter de su resolución depende la concreción o no de un conjunto de medidas en favor de los desposeídos. De alguna manera, esta situación converge en el acuerdo con la transnacional Chevron, denunciada por el gobierno y pueblo Ecuatoriano por la contaminación producida. El asunto es claro para quienes decidan verlo – se dan respuestas urgentes a las demandas populares o se sigue pagando lo impagable. Más se paga, mas se debe. Ante algunas señales del debilitamiento de la integración Latinoamericana, consecuencias de las políticas imperiales y las propias falencias, debemos seguir movilizando por el logro de una integración anticapitalista y antiimperialista, sin perder de vista quien es el “enemigo fundamental” en momentos del recrudecimiento de anacrónicas ideas, intentando trasladar el eje del debate y acusando a una parte de las izquierdas, como la responsable de todos los males. Notas: el imperio invisible Daniel Estulin -- febrero de 2011- Juan Albero Remedi integrante del movimiento Bolivariano de Entre Ríos Paraná noviembre de 2013 www.remedijuanalberto.blogspot.com

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