domingo, 27 de octubre de 2024

 

 

 Lo nuevo en apariencias

Juan Alberto  Remedi 

Octubre 2024

El enfrentamiento  ideológico centrado en    el manejo de la mente humana  por parte de las corporaciones financieras, no da tregua,  uno de los temas recurrentes  es la visión indicando la  desaparición de la clase obrera   como  consecuencia  de los a adelantos científicos técnicos en la industria o  sectores de servicios  de la ciudad y el campo,   ante lo cual,  no es apropiado desconocer  las mutaciones sufrida  en  íntima relación a las efectuadas dentro del régimen en cuyo marco se mantiene   vigente.   El hecho de abordarlas no implica  desconocer por acción u omisión la contradicción fundamental existente entre el trabajo asalariado y el capital, muchas veces  camuflado en un juego de palabra y “aparente nuevas realidades” con el objetivo  de oxigenar  la producción y reproducción del mismo,   así  en la medida en que  la mano de obra se vuelve cada vez más precaria y fragmentada, la solidaridad internacional y la propia unidad, desarrollan sus improntas en la contradictoria y compleja época vivida.

Mientras el actual orden siga vigente  la clase obrera y trabajadores en general no desaparecen, al respecto,   un  estudio  de  la  Organización Internacional del Trabajo (OIT)   “perspectivas sociales y empleos planetarios” para el año (2020)    señala   por un lado,   la  caída de los empleos y drástico aumento de la pobreza,  con una pérdida del 8,8 % del total de horas de trabajo a lo largo de un año, en un   contexto la baja productividad (cuestión siempre presente  por estar ligada directamente al  ritmo de explotación y  mayores ganancias)   conformando un universo en extensión en concordancia  con las insuficientes   normas laborales,    señala a  la vez,   a  quienes viven  exclusivamente de sus salarios,  oscilando  entre un 44 y 55 % en los países avanzados,   un 30% en las economías emergentes y países sub desarrollados, conviviendo  con  los desplazamientos internos en su  composición,  verificándose   durante los últimos 30 años la  duplicación de    trabajadores del sector de servicios, un crecimiento del  50 %  de   industriales y la disminución de   agrícolas  en un  10 %,  acompañado por la migración   geográfica,   la  desindustrialización de  América del Norte,  Europa y  el crecimiento  en  Asia.   Lejos de desaparecer refleja una presencia concreta a nivel global y entre las naciones.

Lo expuesto no significa desconocer la situación  de las organizaciones obreras tradicionales  con   sus  tres  manifestaciones  de organización social -  cooperativas, sindicatos y  partidos obreros,   debilitadas por las transformaciones económicas y políticas de los últimos 40 años, emergiendo    como   el fin de un gran ciclo de más de dos siglos de duración.    La confederación sindical mundial verifica  en el año (2024)  un  7% de la fuerza de trabajo  afiliada a un sindicato, mientras   un cuarto de los  trabajadores  se encuentran vinculados a la cadena de suministros globales, signada por la  migración  Sur-Norte,  duplicada desde el año (1960) representando en la actualidad el 40% del total   - la baja sindicalización es solo un aspecto de la realidad,   sin llegar a ser determinante en  una supuesta desaparición de la clase. Sin embargo,   un hecho significativo es la precariedad laboral   en el llamado Sur Global ,  de carácter estructural, sobresaliendo   las de la India con  jornadas de trabajo  más extendidas que en China,  Singapur,  Japón  o  las autóctonas  en  nuestra provincia,  con    largas jornadas laborales con la modalidad de trabajo a destajo o por tanto,  en segmentos de  la recolección de arándanos, citrus,  de  peones rurales,    hasta llegar a los trabajadores a distancia.

 Las   transformaciones del capital contemporáneo  supedito al sector productivo  al capital mercantil, financiero y digital,  redundando en  un mayor crecimiento  de las empresas trasnacionales,   Amazon,    Silicón Valley  con  sus intentos de  convertiste en el brazo decisivo del poder imperial y  la aparición de nuevos bancos,   aseguradoras de riesgos o      empresas financieras como Blank Roch  controlando el 7,7% del (PIB)  de profunda participación en la economía Argentina  como el mayor  acreedor privado, administrando     acciones en (YPF),  pampa energía, trasportadora de gas del Sur, transener, loma negra, iarsa, exxon, chevron, mercado libre, tenaris, telefónica y de los cuatro principales bancos (Santander-Rio, BBVA, Galicia y Macro)   secundado por el florecimiento de las sub contrataciones y tercerizaciones, influenciando directamente en el debilitamiento sindical.

 Dentro de las mutaciones sufridas,     es imprescindible visualizar los mayores grados de  explotación utilizando     nuevos métodos,  en ocasiones más sutiles,  dejando atrás las experiencias   posteriores a  la segunda guerra mundial con  el reforzamiento del denominado campo socialista,  dando lugar a una excepción en un corto lapso histórico  (1945-1970)     denominada “estado de bienestar” potenciado  como  “estado de bienestar universal”  en tanto,   los segmentos más desarrollados del capitalismo global en  feroz competencia  imprimen  un efecto de igualación descendente del nivel de vida y condiciones laborales.  

En lo universal del tema es  posible observar  el desarrollo   de una verdadera  ilusión motorizada  por algunos  intelectuales  intentando elevar   al  “precariado”     a   una  “supuesta vanguardia”  cuando  solo constituye una de las características actuales  de los  trabajadores en general induciendo    al descarte  del resto de la clase como agentes de cambios,    es una fantasía creerlos   capases de desestabilizar el régimen por  propia cuenta, en   el mejor de los casos  aportan a una labor colectiva del conjunto de los afectados. Su grado  de conciencia y disposición son    atravesados por los  efectos de la crisis sistémica y  falta de claridad sobre los objetivos a lograr,  la precariedad  los obliga  a buscar nuevas fuentes de ingresos para subsistir, recorriendo un camino donde los ideales colectivos son  suplantados por las acciones individuales agudizando  la  tendencia de no   participación  en  defensa  de   los propios intereses.   

Las diferentes cambios   no siempre comprendido en su real dimensión,  comienzan  a desarrollarse apoyándose en las  tradiciones igualitarias previas,  las vivencias  utópicas (1820-1840) impulsada por la rápida irrupción  del capitalismo,  bifurcándose luego  de la comuna de Paris (1848)   con  una fracción      luchando   por una sociedad alternativa y otra intentando    transformar el estado para utilizarlo como un medio en cumplimiento de sus planes.  El primer movimiento anarco  y de sindicalismo revolucionario  primo en la  década  preexistente  a la segunda conflagración  mundial, el segundo encarnado en la social democracia  transformándose hasta llegar a los partidos comunistas,  brillo  en las primeras décadas luego  de la guerra mencionada,  ninguno logro  reemplazar al capitalismo por una sociedad más igualitaria. Las nuevas peculiaridades    surgen de  lo realizado con anterioridad,    siendo medular  la implementación  del   internacionalismo revolucionario excediendo  lo solidario simbólico,  cualquier estrategia exitosa  depende de la capacidad de sintetizar el nivel trasnacional de las respuestas requeridas (economía global, ecología, igualdad de género, seguridad social, cambio climático, salarios, sin ser las únicas).  

Como extensión  de lineamientos   encuadrados dentro del régimen,    diferentes corrientes de pensamientos  plantean  la posibilidad  de combinar   estrategias  de los de “abajo”  y de los de “arriba” sintetizando  políticas de gobierno,  autorganizacion y movilizaciones, es decir,  una forma elegante de airear  la conciliación de clase  ¿todo un  tema no?  ahora bien,   no se llega a buen puerto repitiendo lo mismo   aunque sea presentado en un contexto  de  noveles ideas,   solo   aporta  más nubarrones a la tormenta ideológica desatada,   potenciando a la vez  el  resurgimiento de ideas tendientes a suplantar la contradicción fundamental del régimen (trabajo asalariado-capital) por otra variante, apoyándose incluso en orientaciones  del ideario marxista.  

En relación  solo como recuerdo,   salvando la distancia,  exponentes, motivaciones   y  metodología empleada,   no se visualiza nada nuevo, cuestión conducente  a considerar  el  debilitamiento del  marxismo a consecuencias de  falencias propias, ayudado  por las irrupciones  de la central de inteligencia Americana (CIA) junto a  otras agencias Estadounidenses,  actuando por intermedio de la    campaña cultural entre (1945 -1967) extendida posteriormente en el tiempo, con epicentro en Paris (Francia) y orientada a la captación  de  estudiosos   de la filosofía, hecho  confirmado   en   un documento de la (CIA) del  año (1985) titulado Francia, reflejando  la defección de intelectuales de izquierda en los marcos del   lanzamiento del pos estructuralismo anti marxista   del año (1966). 

 La modalidad empleada fue clara y eficaz,  mediante  la  crítica  a la  “Unión Soviética  atacaron  directamente los fundamentos Marxistas – a  la concepción  del  capitalismo no como sinónimo de decisiones políticas destinadas a beneficiar  a las clases dominantes, sino como un sistema específico de producción, basado en la propiedad privada de las fábricas y creación de plusvalía,     afirmando     el rasgo característico  de la época  donde   la “fuerza de trabajo”   adopta también la forma de “mercancía” y   el  trabajo  la  de “trabajo asalariado”, marcando  así  una diferencia crucial con el pasado,  pues  los trabajadores no venden  los productos por ellos  producidos por no ser de su propiedad, sino su propia “fuerza de trabajo”.  Difiere    de todos los modos anteriores de organización productiva, mostrando un movimiento   dual actuando en unidad,  por un lado es un proceso de trabajo social para la fabricación de productos y por otra valorización del capital o creación de valor,   identificando    como impulsor del proceso  al  “valor de cambio y no al valor de uso.  El  análisis no se  dirigió  específicamente a las relaciones de producción, incluyo una crítica global a la sociedad burguesa en la  dimensión política, de relaciones sociales,  estructuras políticas e ideológicas, concibiendo     al capital como  una relación social de producción especifica  perteneciente a una formación histórica concreta  de la sociedad   que,  por no ser   eterna  puede  ser sustituida mediante la lucha de clase por una organización socio económica diferente.  Los  elementos expuestos  devienen  de la existencia de régimen,  teniendo a la mercancía como célula básica de la sociedad y  la propiedad privada de los medios de producción colectivos como  basamento esencial, por ende,   intentar suplantar la contradicción trabajo - capital  (independientemente de las buenas intenciones) solo contribuye a la producción y reproducción del mismo

Desechada  entonces la posibilidad de  desaparición de los obreros y asalariados  en general, vemos al   país ubicándose  dentro de las generales del movimiento,    llevando   adelante (entre otras) la modalidad  del mono tributo  (desocupados transformados en emprendedores o micro emprendedores)     adquiriendo   impulso en su interior el trabajo a distancia y el  no registrado,   en un arco  de mayor desocupación y pobreza generado por el actual gobierno,  reflejados en   datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (IDEC) indicando  una pobreza del 52,9 % de la población afectando a 24,8 millones de personas (5,4 millones  más que en el año 2023) alcanzando en la infancia un 66% -  la indigencia  de 18.1 %  abarcando a 8,5 millones de personas (tres millones más que en el año (2023) generalizando  la caída de salarios y jubilaciones vía licuación por inflación,   reafirmando un inhumano ajuste contra quienes menos tienen, afectando  la posibilidad de reponer fuerzas en base a la alimentación, a  las áreas de educación , salud, vivienda, sin ser las únicas.

Queda  en evidencias  la histórica   orientación  burguesa   de utilizar  la religión en defensa propia,  cuestión repetida   por el actual presidente Javier Milei  apelando    a  las “fuerzas del cielo” - considerando al hombre como algo  abstracto  instalado fuera del mundo,  potenciando todo lo ilusorio girando a su alrededor,   proponiendo la realización fantástica de la esencia humana  sin adquirir ninguna realidad verdadera  a pesar de vivir   en el mundo del hombre y mujer,  del estado, la sociedad,  siendo los    verdaderos productores de  la religión, potenciando  en definitiva,   todo lo ilusorio girando alrededor del ser, mientras  no gira alrededor de sí mismo.  Establecer la verdad   sobre el tema al margen de lo nuevo en apariencias,  es tarea inmediata de la filosofía  y de los pueblos,  a fin de  impedir   a  las “fuerzas   del cielo”  desvanecer   las fuerzas de la tierra,  desechando al unísono   al nuevo dios digital  intentando manejar  nuestras vidas.

Remedijuanalberto.blogspot.com

 

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