Por un día
internacional de los trabajadores en
unidad, movilización y coordinación del accionar
Juan Alberto
Remedi
mayo 2022
Ante una nueva
conmemoración del movimiento obrero mundial se hace imprescindible considerar la
vigorosidad del capitalismo hacia la
creación de nuevas clases obreras a partir de sus actualizadas fuentes
de poder, como así también a la propia clase
resistiendo la explotación y
padecimientos, buscando
diferentes caminos para librarse de las garras opresoras.
El régimen en una alocada carrera autodestructiva a través de la internacionalización de la
producción, capital, finanzas y comercio, intenta crear barreras insuperables para la movilización de las masas obreras, profundizando
desde los años 80 un conjunto de
medidas hacia el debilitamiento y
destrucción de las organizaciones, tanto en los países centrales como periféricos con sus propias
singularidades. En el contexto, la automatización en base a la “inteligencia
artificial ha llevado a muchos estudiosos e intelectuales a sugerir una
situación ruinosa de la clase, pronosticando un ilusorio “fin del trabajo” y como consecuencia la suspensión de las dicotomías
laborales.
La lógica acumulativa del capital avanzando
junto a la miseria, conduce a resistencias en los lugares de trabajo (en plantas) y al
mismo tiempo a enfrentamientos más
amplios a nivel social, generando en la actualidad tres
tipos de conflictos obreros interconectados
1) protesta de la clase obrera
existente- 2) de la clase obrera en
proceso de formación – 3) de los ignorados por el sistema impidiéndoles vender la fuerza
de trabajo. Particularidades latiendo en
el todo único de su vida, donde el destino de uno depende del destino
del otro, confirmando la existencia de una única clase obrera por ser
portadores de una obligación y necesidad común “vender su mercancía fuerza de
trabajo para poder sobrevivir”
potenciando por lo tanto sus posibilidades de aportar a una perspectiva pos capitalista emancipadora.
En momentos de
inestabilidad hegemónica del amo del Norte signada por la presencia del covid 19 y el actual conflicto en Ucrania, cabalgando sobre la crisis sivilizatoria sin precedentes
(manifestándose bajo
forma de crisis de legitimidad) la famosa tesis de la “carrera hacia el abismo”
concibiendo a la internacionalización como creadora de barreras insuperables para la movilización obrera, conlleva la particularidad de ignorar que el régimen, por intermedio de permanentes transformaciones de la organización productiva
mundial, crea una clase obrera en consonancia con las realidades siempre cambiantes. Cuestión
demostrada de alguna manera con el desplazamiento de la producción hacia el
continente Asiático en especial China, con la configuración de dos situaciones – 1) relocalización del capital en busca de mayores
ganancias con la obtención de una mano de obra dócil, disciplinada, barata y
la aparición de múltiples contradicciones – 2) creación de una nueva clase obrera al son del emerger de la contradicción originaria
entre capital y trabajo, confirmando una vez más que “donde
hay capitalismo hay conflictos”.
A pesar de ello, se
asiste a un despliegue de protestas obreras,
de trabajadores en general en
gran parte mundo y el país tendiendo puentes, en algunos casos solidarizándose con la lucha
general de los demás sectores movilizados contra las políticas del capital trasnacionalizado,
aportando al surgimiento de un proceso que
debiera ser capaz de guiarnos por fuera del campo distintivo del régimen
capitalista, hacia un mundo donde la igualdad (adquiriendo
mayor valor que las ganancias) y la no
explotación se impongan sobre la propiedad privada de los medios de producción
colectivos.
En nuestro país, es una
ocasión para reiterar el fortalecimiento
de la unidad en la acción y la coordinación con los diferentes sectores
dispuestos a lograr un cambio estructural en favor de los
desposeídos – as, siendo necesario
abordar un camino creativo y dinámico de ruptura colectiva en lo político, económico,
ideológico, metodológico, gremial y
cultural orientado a cerrarle el paso a
quienes por principios utilizando
diferentes artilugios e
independientemente de la pertenencia política, gremial o social,
demuestran en la práctica su alineamiento con el imperio y los socios
internos, avanzando con inusitada velocidad en nombre de la democracia, la república,
el pueblo y los pobres hacia la
imposición de sus preceptos elitistas, anti obreros- as y antipopulares, escondiendo sus verdaderos
objetivos de sumisión al capital trasnacional
y sus dictados en todos los órdenes sociales.
Avanzar en esta senda , no de rosas sino de entrega y
audacias con todas las consecuencias
adyacentes, se presenta como algo
primordial orientar las miradas no
únicamente hacia arriba, hacia quienes gobiernan (oficialismo y la llamada
oposición) defensores del régimen, sino centrarse en las condiciones de vida de las bases sociales
explotadas, denigradas,
basureadas, hambrientas y nuestras propias limitaciones en la
concreción de aportes colectivos hacia la búsquedas de caminos superadores y
liberadores, sin ningún tipo de esquemas alegados de la vida real, con el objetivo de conquistar una sociedad
sin la propiedad privada y explotación como
núcleo. Junto a los combates por las reivindicaciones inmediatas, creación de fuentes de trabajo, salarios
dignos y contra la inflación, se debe tomar posición contra las guerras y por la paz,
única conducta necesaria y coherente
desde el punto de vista de clases.
Saludos camaradas,
compañeros-as, amigos-as trabajadores, as
en nuestro día, nos seguimos encontrando.
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