Enfrentamiento  por los mercados y el espacio vital
Juan Alberto
Remedi                    Paraná (Entre
Ríos)                       Marzo 2022
Entre  múltiples miradas    sobre
la  guerra hibrida  desatada, 
  un elemento vital  es su característica de intercapitalista o interimperialista,  no visualizarlo   conduce
y conducirá  a erróneas   apreciaciones.
Es consecuencia directa  de  los cambios dinamizados en el mundo  acelerados desde hace una década por  el declive  
hegemónico    
Estadounidense,   acompañado 
por    la irresuelta crisis del
año (2008)  la radicalización neo
liberal  junto a  realineamientos políticos, económicos y
militares impredecibles, en los marcos de agudización competitiva   por los
mercados mundiales  y  conquistas imperiales de los denominados
“espacios vitales”.  
Su  desarrollo 
 imperceptible  se dio   delante de nuestros ojos sin haberlo notado, cuando  la mente llego  a percatarlos   ya
habían ocurrido,  reflejando una
insuficiencia perceptiva  más que de
observación,  en un contexto singular
donde  la Casa Blanca pierde terreno  ante los acuerdos  acentuados   (no sin contradicciones) de  la Federación Rusa, el país más grande del
mundo con 17075400 Km cuadrados y una población de 145,3 millones de habitantes
y la República Popular China con 9561000 Km cuadrados y 1350 millones de
habitantes. 
La reunión de los presidentes
  el
día 4 de febrero (2022) con   la declaración conjunta sobre seguridad
internacional, bajo el concepto de “indivisibilidad de la seguridad” la  voluntad de salvaguardar la paz y la seguridad
de la Región Asia –Pacifico, opuesta    al
avance   de la organización del Atlántico Norte (OTAN)
hacia las fronteras con Rusia (pasando en 30 años de 16 miembros a 30) rechazando
 la actitud guerrerista de Washington  y el nuevo bloque agresivo Indo pacifico,  conformado por Estados Unidos, Reino Unido y
Australia (AUKUS)  confirmando al unísono
  las
 relaciones de  amistad y asociación estratégica    sin  precedentes, posibilitando  el    anuncio
público  del paso a una nueva era de  relaciones internacionales,   avanzando hacia    fines del mes de marzo en   el
establecimiento de   las reglas del nuevo sistema económico
financiero,  teniendo como moneda
predominante al Yuan Chino y la participación de  la comunidad Europea Euroasiática (Bielorrusia,
Kazajistán, Rusia, Tayikistán y Armenia).
Nos es sensato analizar
los aconteceres  como la extensión de la
vieja guerra fría o la locura de un presidente dispuesto a revivir un nuevo
imperio comunista, por ser  el relato
armado por el amo del norte en función de la defensa de los propios  intereses e 
cualquier parte del mundo, sin dejar de reconocer  las propias apetencias del  presidente Ruso.   Lo vivido y  observado supera  los límites de una invasión militar,  por la implicancias globales de  abastecimientos de energía y alimentos, constituyendo
 el primer movimiento del conflicto
sistémico   en  un
lapso de  la historia humana
acontecido  en siglos,  siendo  continuidad de la declaración conjunta del día
4 de febrero,    anunciando la caída del viejo sistema mundo  dirigiendo el  planeta en los últimos 530 años  tras la primera globalización con la conquista
de las Américas (1492) y el comienzo de la puesta en práctica de la protección
de los intereses Euroasiáticos de soberanía estatal e integridad territorial
sin interferencias externas, donde la pandemia jugo un  papel  catalizador de la  gran batalla entre un agonizante viejo mundo
edificado a sangre y fuego y el surgimiento de un nuevo sistema mundo multipolar.
Entonces  el 24 de febrero  (2022) cuando la mayor parte del planeta  salía de los efectos pandémicos   (estancamiento
económico de por medio)  y  tres semanas después del acuerdo firmado por
lo Rusia y China, las bombas ocupan el lugar de la peste, sobresaliendo    la 
enorme diferencia en favor de  occidente  en los manejos del conjunto de
desinformaciones relacionadas al fenómeno desatado. 
Luego de una larga
preparación conjunta de  20 años,    sorprendieron  a los   rivales  por las acciones desatadas  desde 
Eurasia hacia la periferia y no al revés como siempre había  sucedido. En este aspecto y no como cuestión
menor,  el lapso de tiempo trascurrido (20
a 21 años)  antes de la reacción de  Rusia   a los atropellos y amenazas occidentales,
manifiestan  una  relación directa con   la  necesidad de completar la abrupta transición
hacia el capitalismo,  recuperar  el control interno del país tras el derrumbe
de la (URSS)  y  la  no
disposición  a pagar un inmenso costo de
una guerra abierta  con Estados Unidos y
sus aliados, antes de que estos se encontraran   debilitados como  en el presente, aunque  sin haber perdido nada de su peligrosidad.
Una primera apreciación
se relaciona  a  la historia,  en lo fundamental no cambiando  su curso,   manteniendo
como base el  núcleo central  “la propiedad privada de los medios de
producción” en todo caso,  los sucesos  podrán tomar una velocidad inusitada,  entendidos    desde una perspectiva histórica  con  la
primera guerra  mundial (1914) la
revolución de octubre (1917) la segunda guerra mundial (1939) la disolución de
la Unión Soviética   (1991) e imposición
del neo liberalismo (mundialización de la economía,  finanzas y un mundo unipolar)   el avance de la (OTAN) cercando a Rusia,   aumento de 
la venta de armas por el  complejo
militar industrial Estadounidense a Ucrania,  concentración de grupos mercenarios neonazis
internacionales    incorporándolos  al ejército regular y la existencia, en la
geografía citada,  de programas
biológicos militares   desarrollados por Estados Unidos a pesar de la
prohibición  de las Naciones Unidas (ONU)   sumándole   la
posibilidad  de autodestrucción  del planeta 
por el permanente ataque a la naturaleza. 
Este aspecto,  planteado en espacios y tiempos adecuados
adquirirá  en el futuro una importancia
mayor,     renovando
   en los   debates mundiales  la carencia de límites  de un sistema en su etapa de senilidad, ante
lo cual,   algunos permanecemos    en movimientos  contra la vigorosidad  de un régimen económico social arcaico de
destrucción de la humanidad y autodestrucción 
y  otros alentados  por  la
mutación vivida,  seguirán avanzando   en la  versión del capitalismo “humanizado” dentro de
un menú más amplio de opciones. 
Una segunda consideración,
 se relaciona al carácter defensivo  u ofensivo de la invasión en curso. Todo
pareciera  definir  por el cerco  a  Rusia,
    una  acción    carácter defensivo,   apreciación  parcial por cierto, pues considerando   los
acuerdos en ciernes  para   suplantar 
la unipolaridad  imponiendo   la
multipolaridad en las relaciones internacionales y su  expresión concreta   en  el primer
movimiento   publico mundial vinculando  dicha postura con  Ucrania,   lo
identifica  como de  carácter ofensivo.  Se vislumbra   un
entrecruzamiento entre  límites   defensivos  y ofensivos,  no todo es blanco o negro,  reflejando  un conjunto de acciones  consecuencias directas del tipo de
enfrentamiento  puesto en práctica  (la primer gran guerra hibrida mundial)  demandando  a quienes tenemos opiniones formadas y  otras en formación en base a la praxis
generada,   la imperiosa necesidad de seguir aportando   a  las posibilidades  de diferentes segmentos  sociales  que, por sus propias condiciones de existencia
portan algunas limitaciones en el ejercicio   del
manejo practico  de por lo menos dos ideas
distintas simultáneamente, cooperando en la medida de lo posible en la  profundización 
de sus niveles de aprendizaje en la praxis diaria. 
Una tercera consideración
es la certeza de la evitabilidad   del conflicto,  no lográndose 
 por la primacía de un régimen
donde la desigualdad y guerras  le son
inherentes, por el incumplimiento de    los acuerdos 
prexistentes violados permanentemente por Ucrania con la complicidad de
la (0TAN) por órdenes expresas de Estados Unidos, participando  en la guerra de modo indirecto   poniendo
a  disposición la red de servicios de
informaciones occidentales e introduciendo directamente a Ucrania grupos neo
fascistas,   mercenarios, enviando armas modernas,
 drones,  asistencia financiera, mientras refuerzan    las tropas de la (OTAN) en la frontera.
Los mismos generadores
del conflicto en medio de Europa (EE.UU y la OTAN)  ocupan 
ilegales  nuestras islas Malvinas.
 Son los  pueblos quienes pagan las locuras imperiales,  no tratándose de  mirar únicamente los movimientos geopolíticos
por arriba, sino centrar la atención en el accionar obrero popular por abajo,  en lucha por sus reivindicaciones especificas
en los marcos nacionales,  demandando  mismo tiempo un horizonte  de  salida negociada del  conflicto.
www.remedijuanalberto.blogspot.com
 
 
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