jueves, 30 de abril de 2009

Visión parcial sobre la clase obrera

Hace un tiempo, fui invitado por obreros de la construcción a participar en una protesta por ellos realizada en la plaza principal. No fue una invitación del gremio, ni de la masa trabajadora, sino de algunos obreros. Compartir esos momentos me brindo la posibilidad de seguir reafirmando algunas ideas, atesorando algunas enseñanzas.
En realidad había un trasfondo relacionado con una disputa interna, volcada a la calle, mezclada con las consignas de estabilidad laboral, mayores normas de seguridad y aumentos de salarios. La concurrencia no fue demasiado numerosa pero no deja de ser algo concreto.

Algunos pocos vestían ropas de trabajo, aunque portaban cascos, la gran mayoría lucían atuendos no vinculados a su actividad, no se divisaba a ninguno con los calzados de seguridad brindados o exigidos en ocasiones por las empresas, marchaban con sus bicicletas a cuestas, aunque lo predominante en vehículos (sin ser una gran cantidad) eran las motos importadas. Se manifestaban ordenados, sin exaltaciones como paseando por el centro de la ciudad, coreando consignas acerca de sus exigencias sin mucho ímpetu.
Este acontecimiento (reflejando tan solo una parte de la realidad) constituye una demostración más de los cambios producidos en las expresiones de los jóvenes trabajadores, de sus formas de pensar, actuar y manifestarse en relación a los obreros tradicionales, a pesar de ser por igual superexplotados. No es una cuestión casual, los tiempos varían, al unísono lo hacen las formas y metodologías utilizadas por diferentes actores.

A pesar de su limitación, la experiencia reafirma planteos anteriores vinculados con la necesidad de superar en todos los terrenos los dogmatismos de cualquier índole, las posiciones estrechas, las verdades únicas o la simplificación de las realidades a tal punto de seguir brindando respuestas simples a situaciones complejas.
La vida sigue demostrando un permanente movimiento y cambios. Ese avance en forma espiralada hace dejar atrás algunos saberes y a la ves tenerlos en cuenta en el abordaje de nuevas situaciones, siendo participes esenciales de dichos procesos.

Brindo estas opiniones sin olvidar las consecuencias del neoliberalismo, de mayor dependencia y desocupación atroz, del atraso en relación a los denominados países desarrollados o abismos por ahora infranqueables entre quienes más tienen y los carentes incluso de su propia dignidad. Elementos agudizadores al extremo de la pauperización del sector.
Entendiendo además que, la conciencia de la crisis en nuestro tiempo, se encuentra presente en la mayor parte de las meditaciones contemporáneas y reafirmando el convencimiento que la actual no es la tradicional crisis cíclica, tan solo financiera o económica, sino la crisis total, general del régimen.


Miradas contrapuestas

Con diferentes dinámicas se debate a nivel mundial la participación de la clase obrera en los procesos de cada país. Los sectores marxistas revolucionarios les adjudicamos un papel medular hacia emancipación, la liberación nacional y social, en la senda de conquistar un nuevo tipo de poder anticapitalista.

El social cristianismo posee su propia visión y objetivos orientados al sector, tratando de crear confusión para hacerla jugar un papel en defensa del régimen a través de su seuda filosofía del “capitalismo humanizado”.

La social democracia y sus representantes tienen planes similares, propagandizando la tercera vía en función de neutralizarla y así evitar el cumplimiento de un rol preponderante en defensa de sus propios derechos como del conjunto de la sociedad.

Dicha situación, confirma la competencia entre intereses confrontados a través del tiempo, por la ocupación de espacios en los imaginarios simbólicos, donde se desarrollan principios, ideas y afectos.
De alguna manera y en diferentes dimensiones somos influidos por los valores objetivos y subjetivos de la clase burguesa, tratando por todos los medios de imponernos sus miradas universales, sus agendas y prioridades. Persiguiendo con ello un objetivo central: acabar con la memoria rebelde de la clase obrera y los pueblos.
Este es uno de los escenarios de la multifacética batalla de ideas lanzada a nivel mundial, al cual, necesariamente debemos abordar.

En los marcos de la incertidumbre vivida en el planeta, el estudio de todo lo relacionado con la venta de la mercancía fuerza de trabajo (por parte de los explotados y oprimidos) presenta algunas deficiencias en si y en la retrasmisión de síntesis o conclusiones que nos permitan profundizar un debate impostergable.
Esto se evidencia en la carencia de trabajos de elaboración relacionados con las transformaciones sufridas en su seno durante las últimas décadas en el mundo, por lo tanto en nuestras cercanías, Sud America o nuestro país.
Es posible que dicha realidad tenga un estrecho vínculo con el triunfo ideológico de los que ostentan el poder real dentro del régimen vigente. Dichos sectores, en cambio, son conocedores de la actual situación, la han estudiado, saben donde pisan y utilizan los conocimientos a su conveniencia.

Quizás sea interesante analizar como, a partir de la aplicación de las ideas neoliberales a nivel universal (coincidentes con el ascenso de Ronald Riagan en el gobierno Estadounidense y de Margaret Thatcher en Inglaterra) el movimiento obrero comenzó a retroceder perdiendo históricas conquistas, sufriendo bajas en sus niveles de vidas.

O su propio debilitamiento estructural y organizativo donde se conjugan: los niveles de súper explotación a través de la denominada flexibilización laboral, con una creciente identificación de las organizaciones sindicales y de algunas estructuras políticas denominadas de izquierda con sus respectivos estados, centrando sus accionares en los aspectos “competitivos de los mercados” y en la “gobernabilidad” ambas cuestiones implican mayor explotación y mayores ganancias capitalistas.
Las direcciones sindicales firmaron convenios salariales por debajo de los niveles de pobreza, no oponiéndose a los despidos masivos a cambio de mantener sus privilegios burocráticos. Hecho transformado en un factor medular permitiendo comprender porque, junto al agravamiento de las desigualdades sociales, se produjeron avances en los procesos caracterizados por la falta de democracia en el sector.



Con el mismo criterio y como un todo único, debiéramos reflejar las transformaciones operadas en el régimen y las medidas orientadas hacia la reorganización de sus formas de dominación de las sociedades. Este ha mantenido a través del tiempo su esencia: la propiedad privada y su consecuencia, la explotación de seres humanos, poniéndose a tono con cada situación en función de cumplir su objetivo central: la recreación del capital.

No dejan de tener importancia algunos acontecimientos como la disminución del peso específico del proletariado industrial y el incremento de los trabajadores relacionados con las áreas de servicios.
En las ultimas décadas en los países desarrollados como dependiente, se vienen dando experiencias donde se destacan hechos centrales como los “cambios cuantitativos” a partir de la reducción de obreros tradicionales. De modo simultaneo, se producen “cambios cualitativos” a través de una mayor calificación en ramas particulares, por ejemplo la automotriz, junto a una intensa descalificación de otras como la minería o la metalurgia.
Elementos que sumados a otros, muestran las profundas alteraciones sufridas en su estructura, ante todo, por el número de parados y la falta de mecanismos sociales o sindicales entre trabajadores ocupados y desocupados. Dando así lugar, a la primera gran fractura de clase.

Un detalle particular a enfocar es, la acumulación de inmensas fortunas (por parte del capitalismo) a través de la especulación financiera, obteniendo así, ganancias no solo con la explotación de mano de obra asalariada.
Aquí vislumbra una idea de cierta complejidad merecedora de un análisis más profundo y colectivo ya que, las consecuencias de dicha política se reflejan en la actual crisis sistémica.



Política Neoliberal y clase obrera en Sud America

Los lineamientos neoliberales mostraron en Sud America métodos represivos más violentos que en los países desarrollados.
El gendarme del mundo (EE.UU.) apoyándose en los sectores más reaccionarios de las burguesías locales oriento sus baterías a la liquidación de gobiernos nacionalistas, populistas o de izquierdas, mediante la instauración de sangrientas dictaduras fascistas.
Con el pretexto de la lucha contra el comunismo internacional primero, y, luego contra el terrorismo, aplicaron medidas políticas - económicas orientadas a afectar de modo negativo los intereses de los trabajadores y pueblos, a saber: mayor endeudamiento externo de los países, dependencia total de los mercados mundiales, privatización de las empresas estatales.

Junto a ello, prohibieron y debilitaron los sindicatos e hicieron desaparecer o acecinaron a las vanguardias más esclarecidas y combativas.
En nuestro país a partir del año1974 se inicia un nuevo proceso de terrorismo de Estado, aplicado con más fuerza a partir del año 1976 con las consecuencias por todos conocidas. El golpe sufrido fue duro, según algunas fuentes, del conjunto de militantes desaparecidos un 60% aproximadamente eran jóvenes obreros, muchos ocupando responsabilidades en las direcciones de los sindicatos o siendo delegados de base. Algo similar ocurrió en Chile, Uruguay, Colombia y otros países de la región.


Ahora bien teniendo presente lo expuesto se hace necesario (en el país) seguir dando pasos en el delineamiento de las actividades, generando respuestas concretas en los marcos de las nuevas condiciones de venta de la fuerza de trabajo. Esto nos lleva a señalar la existencia de un doble movimiento en términos de su composición relacionado con el mercado de trabajo.
Desde lo estructural (partiendo de la fractura mencionada) se percibe una relativa tendencia a la homogenización, un acercamiento de los trabajadores entre si a causa de su empobrecimiento.
En el plano del trabajo, se desarrolla una importante fragmentación por la existencia de trabajadores efectivos, contratados, pasantes, terciarizados, en negro y otros.
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Dentro del actual contexto, no es una cuestión menor la actitud de muchos sectores, incluidos algunos de la propia clase, intentando pasar por alto una cuestión medular, demostrativa que, tanto la dictadura militar como los sucesivos gobiernos llamados democráticos, el Alfonsín, Menen, De La Rua y el presente, mantienen un hilo conductor, los une un objetivo común: la recreación del capital en nombre de los trabajadores y los desposeídos. Si no fuese así, como explican porque en el año 1971 la participación de los trabajadores en el producto bruto interno (PBI) era de más del 40%, y en el 2008 del 22% aproximadamente.

En el trayecto sinuoso de ponernos a tono con las nuevas situaciones, no se puede desconocer la repetición de algunos hechos objetivos (dados en el pasado) en tiempos y espacios actuales.
Me refiero de manera especifica a la realidad de muchos jóvenes ingresantes al proceso productivo, no provenientes de familias de origen obrero, sino de las denominadas (por algunos) capas medias, pequeña burguesía o (para otros) burguesía baja, cuestión de significativa importancia por el traslado de sus ideas, modos de actuar, costumbres, pertenencias, pautas culturales, sentimientos, en definitiva su natural formación ideológica a un sector no afín.

Sus necesidades económicas elementales, en el camino de transformarse en hombres y mujeres – mujeres y hombres socialmente necesarios, los arrastran, obligándolos a convertirse en obreros, situación motivadora en lo más intimo, de un sentimiento de rechazo y de amoldamiento al nuevo estado de modo simultáneo.
Dicho fenómeno produce (en primera instancia) admiración por los oficiantes de patrones, tratan de imitarlos, sueñan con llegar a ser como ellos, acceder a una vida confortable, plena de posibilidades y objetivos cumplibles. Los resultados de estos comportamientos se reflejan en la pausada maduración de conciencia de clases. Por otro lado, en la marcha hacen sus experiencias, revelándose acorde a los niveles de entendimientos alcanzados.


Clase obrera, movimientos sociales, combinación de luchas

Siguen las diferencias de opiniones a cerca de quienes debieran jugar el rol de vanguardia revolucionaria. Mas concretamente que sectores o actores sociales puede cumplir de modo eficaz con la misión de hegemonizar la liberación del yugo capitalista y la creación de un nuevo régimen económico social sin explotados.

Los portadores de las ideas de Marx, Engels, o sus continuadores, Lenin, Rosa Luxemburgo, Gramsci, Fidel Castro, el Che Guevara entre tantos otros notables, reflexionamos, planteamos, discutimos a cerca de la necesidad que las ideas mencionadas hegemonizen los procesos libertarios de cada país.
Pero estas son puestas en práctica por diferentes sujetos sociales. Algunos opinamos que es la clase obrera (por el lugar ocupado en la producción y por lo tanto en la sociedad) quien se encuentra en mejores condiciones de potenciar las luchas llevándola hasta un final triunfante.

Sin embargo en una situación tan cambiante como dinámica, no es aconsejable atarse a esquemas alejados de cada una de las realidades, y digo de cada una, porque no todas son iguales y en ocasiones ni tan siquiera similares.
Hoy por ejemplo, quienes debieran cavar la tumba del capitalismo ya no están solos en dicha misión. El proletariado industrial es acompañado en la puesta en dudas de los fundamentos del régimen, por diversos sectores.
Las luchas obreras se mezclan con las protestas sociales desatadas a causa de la opresión del capital: explotación, racismo, discriminación, ambientalismo, lo cual deja al descubierto numerosos sujetos dispuestos al enfrentamiento con el régimen, pero además y (esto es central) ascensos en las luchas políticos sociales. La combinación de protestas entre los asalariados explotados y los oprimidos por el capital, se transforma en algo común.
No se trata de contraponer las experiencias sino de complementarlas a fin de potenciarlas, la práctica sigue demostrando la no existencia de contradicciones fundamentales.

Debiéramos hacer centro en un concepto particular: “son las ideas revolucionarias quienes deben hegemonizar los procesos de cambios”.
Ser vanguardia no se declama, se logra, se conquista con acciones concretas. Por lo mismo quienes opinamos que debe ser la clase obrera (sin dejar de reconocer la existencia de otros sectores en el enfrentamiento) debemos mejorar y optimizar nuestros esfuerzos orientados al sector. Por lo general, los dedicados a dichas actividades carecen de los brillos deslumbrantes tan vitales para la burguesía. Priman los grises en el hermoso camino de tomar el cielo por asalto.

Fueron las protestas obreras, campesinas y populares contra el Neoliberalismo las causantes del derrocamiento de gobiernos Neoliberales. En el año 2000 cayo el gobierno de Jalil Mahuad (Ecuador) en el 2001 De La Rua (Argentina) año 2003 Sánchez de Lozada (Bolivia).
Al mismo tiempo surgían o se consolidaban procesos como los del Bolivarismo en Venezuela, Lula en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay, Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, Lugo en Paraguay, Funes en el Salvador.
Cada uno de estos triunfos significó golpes parciales al Neoliberalismo y una posibilidad de seguir avanzando por intermedio de la movilización por el camino antiimperialista y anticapitalista. Estoy hablando tan solo de una posibilidad, lo central sigue siendo la movilización obrera y popular.


Recuperación de su actividad

Se puede plantear que a partir de los 90 comienza el transito de una lenta recuperación, con diferencias evidentes en cada país. Hecho coincidente con la irrupción de los movimientos sociales tanto rurales como urbanos - por ejemplo:

El surgimiento en Brasil del Movimiento de los trabajadores sin tierra (MST) en los 80. En ese mismo periodo se funda la Central Única de Trabajadores (CUT)

La aparición en México en el año 1994 del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)

Crecimiento en Ecuador de diversas comunidades indígenas aglutinadas en la Coordinadora Nacional de Indígenas del Ecuador (CONAIE)

En Bolivia a partir de las privatizaciones de la minería y los despidos realizados, obligaron a los obreros a trasladarse a la región del Chapare, donde muchos se dedicaron al cultivo de coca, allí organizaron los sindicatos cocaleros.

La puesta en marcha en Paraguay de la Mesa Coordinadora Nacional de organizaciones Campesinas (MCNOC) y la Federación Nacional Campesina (FNC).

En nuestro país surge la Central De Trabajadores Argentinos (CTA) con posterioridad los Movimientos Piqueteros y de Trabajadores Desocupados, Asambleas Barriales,
Autoconvocados como en nuestro caso (de San Agustín) diferentes Movimientos Ambientalistas entre ellos, los de nuestra provincia oponiéndose a la instalación y funcionamiento de la celulosa Botnia, ubicada en la hermana Republica Oriental del Uruguay.

La lenta recuperación tiene causas objetivas a saber: bajo índice de afiliación sindical, una mayoría de sindicatos por empresas sin unificación nacional, peso predominante de la burocracia, debilidad y división de los sectores clasistas, también, causas subjetivas relacionadas con las comprensiones y orientaciones unitarias de la actividad. .

Estas expresiones pueden llegar a ser valorables en la medida que se eviten las necedades de pensar y plantear las no existencias de luchas en la clase obrera o su incapacidad para vanguardizar movimientos orientados contra el Imperialismo y el Capitalismo.
Son diversas las opiniones vinculadas al tema, ninguna se brinda porque si, existe un trasfondo ideológico vinculado a lo filosófico entre quienes decimos portar ideas revolucionarias y aquellos dispuestos a seguir imponiendo las ideas Burguesas en el sector abordado.

Bien, para ir terminando con este intento de aporte, en la búsqueda de ubicar las ideas y formas mas aptas hacia la acumulación de fuerzas, se hace imprescindible un reconocimiento al conjunto de actividades desarrolladas a través de los tiempos y a sus impulsores.
Resalto la existencia de un camino recorrido y la abnegación demostrada por muchos militantes en el cumplimiento de cada una de las responsabilidades. Seria demasiada extensa su descripción, por ello, lo simbolizo, recordando la figura consular de Agustín Tosco incansable luchador. Este junto a un conjunto de hombres y mujeres de su misma talla delinearon una senda a transitar.

Todo lo hecho es trascendental, pero no alcanzo ni alcanza para derrotar a las ideas burguesas y sus diferentes expresiones. Los avances son importantes pero aun insuficientes.
El desafío es revertir el actual estado de cosas. Lograrlo depende de las actitudes de todos los coincidentes en aspectos fundamentales, entre ellos (sin ser los únicos) los ideológicos y los relacionados con la unicidad.
Seria auspicioso un Primero de Mayo avanzando en esta dirección.


Tan solo el Pueblo Unido Salvara al Pueblo.

Juan A Remedi Integrante del Movimiento Bolivariano de Entre Ríos

Paraná: Abril de 2009.

www.remedijuanalberto.blogspot.com

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