No dejarse
engañar
Juan Alberto Remedi
La desaceleración económica a nivel global, inevitablemente conduce a
la profundización de la resecion y el estancamiento, reflejándose  en la taza de desempleo regional,  7.4% en el año 2015 y 8.6% en el 2016. En nuestro
país, la desocupación, en relación a la población en condiciones de ingresar al
proceso productivo,  en el segundo
trimestre   abril -  junio-  fue de un 9.3% y un 8.5% en el  tercer trimestre,  julio – septiembre.
En dicho contexto el gobierno de Macri y sus socios, incluso en el
movimiento obrero, avanza con la flexibilización laboral, esgrimiendo acuerdos
paritarios  de actualización salarial,
basados   en  las mejoras de la productividad. No es algo
para el futuro, se  implementa hoy   en  el
gremio  petrolero. 
Se repiten  y profundizan  experiencias pasadas donde,  siguen ganado los grandes sectores de la
especulación financiera, y, el hambre deja de ser una sensación o un
fantasma,   transformándose en una cruda
realidad del  día a día.
Los posibles bonos de fin de año  para 
trabajadores privados en blanco, 
empleados públicos, y las migajas a repartir entre los movimientos
sociales,  no solucionan las carencias
del próximo mes de enero. La existencia de  inmensos bolsones de pobres,   en cada provincia y localidad, no
encuadrados en las categorías anteriormente expuestas están presentes en cada
acontecer.   Sigue sin tenerse  en cuenta a una inmensa población, continuando
  en algunos casos y comenzado  en otros,  a vivir con el estomago vació o semi vació.
 No se trata únicamente de llegar
a acuerdos entre las centrales sindicales y de estas con los movimientos
sociales (sin quitarle  importancia a
dicho acto) sino de visualizar las condiciones  de los trabajadores, desocupados y  demás sectores  populares en 
conjunto.
Cuando el hambre y la desocupación, como ahora, golpea insistentemente
las puertas de los desposeídos,  no alcanza
con adjudicarse una representación, ni los acuerdos tejidos fuera del país en
nombre de los excluidos.  Se debe   accionar en concreto contra esos  flagelos,  dejando de lado, aunque sea por un momento,
los mezquinos intereses expuestos como humanos  en  nombre del pueblo,  en su lugar se debiera  impulsar  sin cálculos alguno,  la organización y  coordinación de los no visibilizados. 
Daría la sensación  que algunos de
los autodenominados “dirigentes de organizaciones sociales” y de la propia CGT,
 vivieran  en otro planeta, solo repiten consignas,  propagandizando  su intermediación en algunos logros,  pensando en las próximas elecciones, aunque
traten de esconderlo. 
Se dedican a dar clases de quien pierde y quien gana al impulsar la
protesta (algunos  las están frenando)
tal vez solo tal vez,  por sus
experiencias, no estén en la mejores condiciones para hacerlo y menos de
adjudicarse la  representación del  conjunto de seres  humanos sin la posibilidad de lograr  los nutrientes indispensables para vivir. Convengamos
su actuación parcialmente reñida con los intereses populares, sin tener en
cuenta un  “pequeño detalle”   el
hambre y la desocupación en avance  más allá
de las fiestas. 
Las  promesas hacia fin de
año,  orientadas a  parcialidades 
sociales, no son un regalo,  si
algo se logra,  es consecuencias  de las movilizaciones a cara descubierta y de
la valentía expuesta por los interesados 
por encima de las negociaciones  a
costa de sus sufrimientos.
En la misma línea reflexiva, ese segmento de la población, sin posesiones
para mostrar, debiera  ir dando  pasos en forma independiente hacia  su propia organización, no pensando únicamente,
 en  la magra comida a recibir, sino  en un  futuro  sin incertidumbres  económicas, entre otras. Casi nadie les dará
una mano de modo gratuito,  ni tal
siquiera los mas “leídos y pre claros”. 
Hacerlo  depende   de cada
 uno.
Soy un convencido que los avances 
en este sentido tienen  sus
particularidades,  espacios,  tiempos y ritmos de ejecución propios  donde, ante situaciones inéditas,  se queman  los papeles de lo anteriormente aprendido,  por una multiplicidad de causas, muchas veces
de difícil discernimiento y para muchos desconocidas.
Los acontecimientos, con una línea de matices comunes, tienen
originalidades  diferentes en cada provincia,
localidad, barrios y  en (algunos casos)
en cada  manzana.  Si bien hay cuestiones   generales inherentes a todos, lo singular  como producto de las diferentes
materialidades,  ocupa  un espacio a ser identificado   evitando  contraposición.  
No son tiempos de recetas, del te acordas, sino de creatividad popular,
lo  hasta ayer  en lo politico social,  plasmado   como acertado, quizás hoy,  en algunos aspectos,  no lo sea. 
Estar atentos al fluir del devenir, implica presencia  en las protestas (en las generales quienes
puedan hacerlo) pero en lo esencial en las cotidianas,  en cada realidad concreta de cada lugar
concreto
En el contexto citado, no nos equivocamos al impulsar la movilización en
defensa de los propios intereses y contra los de una minoría con posibilidades
de seguir chupándole la sangre al pueblo y coptar  algunas mentes.
- Por la organización y coordinación de
las protestas -  Tan solo los trabajadores
y diferentes sectores populares en unidad,  conducirán su propia salvación.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario