En el camino de…
Ante las inquietudes manifiestas e interrogantes sin respuestas, brindo
algunas ideas parciales interrelacionadas a fin de aportar a la toma de  posiciones anticapitalistas e
antiimperialistas con toda claridad y contundencia.
Uno de los elementos a tener presente,  publicado en el trabajo “de la modernidad económica
a la no polaridad” de septiembre de 2014, se vincula con la característica
principal de las relaciones internacionales del siglo XXI,   dada por la no polaridad: es decir un mundo
dominado no por uno, dos o incluso varios estados, sino por docenas de actores
que tienen  y ejercen diversos tipo de
poder. Si bien el imperialismo y sus socios, es decir del régimen capitalista,
mantienen la hegemonía mundial, en ese mismo espacio y tiempo,  se desarrolla el fenómeno de la no polaridad
como una tendencia en avance. Esto representa un cambio trascendente frente al
pasado.
En dicho contexto, prevalece la inédita crisis del capitalismo mundial
(crisis civilizatoria)  donde Estados
Unidos, como única respuesta, sigue lanzándose  decididamente a la guerra,  arrastrando al 
 precipicio  a sus socios subordinados.
 Otro de los factores  importantes,  es la noción de que  el ciclo progresista en A. Latina ha
terminado. La dificultad radica en encontrar los caminos adecuados de aquí en
mas,  desde el punto de vista de la
defensa de los intereses de los trabajadores, sectores marginales,  en definitiva de las sociedades agredidas por
el sistema reinante.
El ciclo comenzado en febrero del año 1989 con el Caracazo, pudo haber
concluido en junio de 2013 con las grandes movilizaciones en el hermano pueblo
Brasileño. Lo plateo de esta manera porque, los inicios  y  
fines de los procesos no son decretados  por unos u otros, sino  consecuencias de materialidades  concretas. Quizás aun no se expresen con la
claridad necesaria el conjunto de elementos definitorios.
El proceso mencionado,  se
caracterizo por ser un periodo de resistencias y búsquedas de alternativas al
neoliberalismo, teniendo como factor dinámico a las sociedades en permanente
movimiento y cambios. Situación analizada en el trabajo publicado  en junio del año 2003 “en el camino de la
búsqueda, algunas ideas, propuestas e interrogantes”. 
En la actualidad el progresismo se encuentra a la defensiva, aunque
siga ganando elecciones, en este aspecto se dieron dos hechos de alguna manera
parecidos y diferentes a la vez,  1) la
segunda vuelta de las elecciones en Brasil y la incertidumbre acerca de su
resultado  2) la reelección de evo
Morales en Bolivia.
Es necesario entender el cambio de etapa, del viraje producido,  donde nada volverá a ser  igual, porque “llego a su fin”  el consenso pasivo de las clases explotadas y
marginadas.
Es innegable la  tamaña
experiencia, donde  los pueblos impulsados
por fuerzas en lo aparente invisibles provenientes de las bases sociales,
impusieron a gobernantes con diferentes particularidades, experiencias,
culturas e ideologías,  orientados por
una política de unicidad con un lenguaje antiimperialista y resonancias
anticapitalistas, resumidas en la noción de “Unión Latinoamericana”.
Así aparecieron equipos gobernantes asumiendo la estrategia del
“socialismo del siglo XXI”, y junto a ellos, quienes vieron la oportunidad de
obtener un respaldo político  cobijándose
bajo el paraguas de la “patria Grande”.  Sin
embargo en el  medio quedaron multitudes
en transito y sin brújulas, los  gobiernos no fueron capases de llegar a ellas con
orientaciones adecuadas a la época y cada realidad. Al unísono  y a partir de las deficiencias  relacionadas con la defensa de los intereses
obreros y populares de la urbanidad y el campo, acompañadas  por las 
degradaciones de cúpulas 
gobernantes,  las fuerzas
conservadoras se aglutinaron,  recibiendo 
 el apoyo  de  los
cetros imperiales.
A pesar de los avances logrados,  la desigualdad 
en general  creció. Los gobiernos más
vacilantes son   presa  de un doble juego de fuerzas - por un  lado,  la presencia de la  crisis sistémica (civilizatoria) - por otro,  las respuestas de diferentes sectores obreros
y populares (en las calles) frustrados por la falta de soluciones a sus
elementales demandas. Ese juego de pinzas amenaza a los gobiernos oportunistas  y plantea una contradicción a resolver - o se
radicalizan  las protestas y junto a ello
las medidas de los gobiernos  contra los
defensores del capital o de lo contrario,  se plantea la posibilidad de la  victoria política de la derecha
conservadora  pro imperialista   respaldada por significativas franjas  poblacionales, incluso de un sector de los
trabajadores,  desocupados y clases
medias bajas.
Es evidente la eficacia de la ideología burguesa y sus representantes
en la utilización de las debilidades ideológicas de los trabajadores y sus
aparatos sindicales y más en general de los sectores populares. Los encuentros
resientes de la fundación libertad (neo fascistas) en nuestro país,  demuestran como la internacional parda sigue
generando hechos,  haciendo centro en una
coincidencia fundamental “la defensa a ultranza del régimen capitalista”,
mientras la social democracia y el social cristianismo alimentan dicha hoguera.
En definitiva se da una disputa por la dirección de los acontecimientos  entre las ideas revolucionarias y las
contrarrevolucionarias. 
También en el  país el ciclo
termino, y,  de aquí en adelante e
independientemente de las elecciones, si no 
se dan las respuestas requeridas para frenar la desocupación y la
inflación descontrolada, entre otros elementos, 
(manifestaciones de dicotomías más profundas no resueltas)  los sectores minoritarios y reaccionarios seguirán
acumulando fuerzas.
La realidad demanda  como cuestión
primordial  la  urgente investigación de la deuda externa a
fin de pagar lo que se debe realmente y no 
los robos   implementados  por los entes legales de las transnacionales llámense
como se llamen, por los representantes del capital financiero internacional
concentrado, apoyándose en sus socios autóctonos, diseminados en  diferentes parcialidades políticas,
gobiernos, cámaras empresariales, bancos y cúpulas de fuerzas Armadas, de
seguridad y eclesiásticas, junto a otros sectores afines.
Atrás  quedaron las confusas
consignas del  gobierno,  “pagamos la deuda externa,” “ahora somos
independientes” sumándole  el actual
concepto de deuda soberana (naturalmente sin investigar). También quedaron en
el pasado  los insultos, infundíos  y denigraciones contra  quienes mantuvimos contra viento y marea la
certeza de la investigación y no pago de la deuda. Pero en fin, la vida
continúa y las luchas también.
Los diferentes países de la región, si se orientan a  la defensa de  los intereses  mayoritarios, inexorablemente deberán revisar
e investigar sus deudas externas 
(nuevamente en el centro del debate) de lo contrario los sectores más
conservadores seguirán  avanzando en
sus  planteos y acciones  elitistas. 
Juan Alberto Remedi                                             
www.remedijuanalberto.blospot.com                                   
                                                                                                   Paraná
octubre 2014-
 
 
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