sábado, 26 de octubre de 2013
El bloqueo aéreo a Venezuela
Simón Andrés Zúñiga
ALAI AMLATINA, 25/10/2013.- Al presidente venezolano Cipriano Castro lo 
bloquearon buques de las grandes potencias, al presidente Nicolás Maduro 
lo bloquean los aviones de las grandes compañías aéreas.
En ambos casos, la acción bélica era justificada por reclamos de pagos 
de deudas y reclamaciones pendientes. En ambos casos, en realidad la 
acción no era contra los presidentes Castro y Maduro, sino contra los 
pueblos y la soberanía nacional. Cipriano Castro pudo haber sido un 
caudillo con suficientes defectos para pasar al olvido histórico, pero 
su imagen fue inmortalizada por aquella frase que se le atribuyó: “La 
planta insolente del Extranjero ha profanado el sagrado suelo de la 
Patria…”
Lo que vienen haciendo las compañías aéreas debe motivar una 
investigación por parte de los poderes que tienen que defender la 
soberanía, es decir al pueblo. ¿Qué están haciendo las compañías aéreas? 
¿Cuál es el modus operandi de estos corsarios?¿Qué autoridad nacional le 
dio la patente de corso?
En primer lugar han decretado un bloqueo tácito. No se pueden comprar 
boletos, desde Venezuela, que tengan un origen en otro país. Una gran 
victoria que obtuvieron las líneas aéreas en esta batalla, fue que 
impidieron la celebración del VI Foro Internacional de Filosofía que se 
debía celebrar el pasado mes de septiembre. El Ministerio de la Cultura 
no pudo comprar los pasajes de los invitados. Si una institución quiere 
traer del exterior a un docente o a un investigador, para que participe 
en un evento, las líneas no le venden el pasaje desde hace más de 6 meses.
En segundo lugar, ordenaron a sus operadores locales a cobrar la tarifa 
máxima de los pasajes. Mucha gente no sabe, que los boletos tienen 
tarifas para un mismo pasaje (tanto en clase turística como en clases 
ejecutiva) que van de los más barato a los más caro. Dependiendo de la 
temporada y de su propia estrategia de mercadeo, la línea puede jugar 
con estos precios. Pues ellos, con la complicidad de la autoridad que 
debía aprobar este aumento, están cobrando la tarifa máxima para todas 
las rutas. Ir a Bogotá puede costar cerca a los 2.500 dólares, al cambio 
oficial.
En tercer lugar, participan activamente en la guerra económica, 
manipulando, chantajeando y mintiendo. Desde principios de año vienen 
diciendo que sólo están cumpliendo con una resolución de CADIVI. Lo cual 
se demostró que era mentira. Pero cumplieron con su objetivo, que es el 
objetivo de la oposición: lograr que el malestar de todos se descargue 
contra el Gobierno.
Mientras los diputados, militantes del PSUV y demás burócratas se 
concentran en la próxima elección, se lleva a cabo una de las acciones 
de sabotaje económico internacional más importante desde que el Cabito 
tuvo los cojones de enfrentar a aquellos corsarios.
Todavía los historiadores discuten si fue un bloqueo o una acción de guerra…
La profesora Carmen Bohórquez, tuvo la dignidad de denunciar esta acción 
calificándola en su justa medida: bloqueo de guerra. Su apreciación fue 
pedagógica: “Sin duda que esto forma parte de la guerra económica y del 
intento de aislamiento que la burguesía internacional, siguiendo 
instrucciones del Norte, ha desatado contra el proceso bolivariano”
La denuncia la hizo una de las intelectuales con que cuenta la 
revolución, la defensora histórica de Miranda. A esta denuncia, le 
siguió un estruendoso silencio del resto del Gobierno y de los poderes 
encargados de velar por la institucionalidad patria.
No puede pasar impune esta grave acción. La Asamblea Nacional debe 
iniciar una investigación. Este no es un asunto de un solitario Samán.
Una simple auditoria demostraría cómo las compañías aéreas, que reclaman 
dólares, han obtenido ganancias extraordinarias estos últimos años, 
aprovechándose que, hasta principios de este año, reinó una 
irresponsable conducción en el control del cambio.
Las agencias de viajes, unos de los sectores afectados están dispuestos 
–y deben- colaborar con la investigación.
Se debe determinar quiénes son los responsables, dentro de la burocracia 
pública, que permitieron –por negligencia o por complicidad- este abuso.
Es una oportunidad por parte del Gobierno de unir a parte de la 
población, que actualmente le adversa, en contra de un enemigo común.
- Simón Andrés Zúñiga es Economista Venezolano, Sociedad de Economía 
Política Crítica
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario