domingo, 17 de febrero de 2013
Crisis sivilizatoria – ni accidental ni transitoria
 El inicio del nuevo año coincide con otro aniversario del triunfo de la revolución Cubana,  faro del mundo de los libres.
Su referencia implica recordar a José Marti (las ideas Martianas) por sintetizar  a una larga legión de pensadores actuando decididamente en un siglo signado por  acontecimientos e ideas revolucionarias, en  particular del proceso independentista Cubano,  continuación de la proeza continental  iniciada al comienzo del  siglo XX con Bolívar, San Martín, Artigas, junto otros  pares.
Sobresalen  entre sus   virtudes,  el  haber creado  una fuerza revolucionaria en el pueblo hermano, destacándose además, por ser un  verdadero batallador, buscando en los marcos políticos, sociales e ideológicos de la época, las formas practicas para hacer realidad los más amplios consensos  y la unidad de las fuerzas empeñadas en lograr en  Cuba como en los   demás pueblos  del continente, la  liberación de las garras del imperio.
El pensamiento Martiano humanista en lo esencial y su articulación con el ideario socialista, adquiere una renovada vigencia por representar lo máximo de un legado cultural, social, político y filosófico, orientado a favor de los intereses de los desposeídos del planeta,  transformándose por ello,  en  punto de referencia para afrontar los problemas actuales.
 Sin dudas la revolución Cubana con Fidel, el Che, acompañados por originales  de la misma estirpe, siguiendo el ejemplo Martiano, rompió la monotonía de los pueblos explotados y oprimidos  del continente,  constituyendo una bisagra, un punto de inflexión en la vida de estos, en su disposición para avanzar hacia  una segunda y definitiva independencia.
Un abrazo  solidario a  los  hermanos Cubanos. 
La insistencia como necesidad
Suele haber ocasiones  donde es necesario insistir sobre algunos temas a fin de seguir incorporándolos  al pensamiento y acción de los propulsores de  un mundo más igualitario. 
La marcha de los acontecimientos insinúa, en muchos casos,  un insuficiente análisis   de las posibles salidas  a situaciones reales,  en momentos en que  el régimen asume una etapa de pesimismo sin límites, con la degradación del área imperial y los   intentos de   pervertir  al resto del mundo. Tal desanimo, aparece como prolongación  de posiciones asumidas no hace mucho tiempo  a nivel mundial, pero en esta oportunidad  adecuadas  a las nuevas situaciones. 
La aparición  del neoliberalismo, impulso  a los  propagandistas  adeptos a tratar de demostrar   sus bondades desde diferentes ángulos, cubriendo y embelleciendo la nueva fase,  mientras imponían   conceptos  particulares,  entre ellos, “no se puede hacer nada contra un régimen cada vez mas potente  implantándose a escala global” y su correlato mas popular  “no se puede  perder el tren de la historia,  pasa una sola vez” solo  queda  adaptarse  tomar el tren, implementando así, el famoso  discurso único,  orientado a dar una sensación de fin de la historia y las ideologías,  utilizándolo  como  un grandioso instrumento ideológico, diagramado  para  varios siglos de vigencia,  sin embargo duro unas pocas décadas.
Ante las crisis civilizatoria  y los intentos de  trasladarla al conjunto de los   estamentos sociales, repiten nuevamente, nada se puede hacer ante fenómenos universales, generados  por fuerzas poderosas. Ayer no se podía hacer nada, hoy tampoco, lo común es el concepto de  adaptación, opuesto a la más mínima  posibilidad  de enfrentar al régimen, mientras  siguen avanzando con los planteos de  fuerzas superiores  actuando por encima de lo “insignificante” del ser.
En ese majestuoso  camino, tan necesario para el capital financiero, se ocuparon de   imponer una serie de fantasías,  entre ellas “las crisis son portadoras de nuevas oportunidades” ejemplificándolo con el llamado “milagro Japonés” potenciando al país a primera potencia  mundial en  corto plazo, los hechos han demostrado lo contrario - en esa misma línea de pensamiento presentan las épocas de mayores penurias  como provisorias y preparatorias de un salto a tiempos mejores, es decir a lo inexistente en los marcos estructurales actuales.
 En el contexto citado la idea de “oportunidad” se esgrime de modo parcial,  porque  estas se dan  en  los sectores del capital financiero transnacional y sus socios en  los gobiernos  a costa de liquidar  competidores,  sin embargo,  en los sectores populares  destruyen lo poco levantado,  siempre con  sacrificios -  a la miseria existente se les suma mayor  miseria  a lo precario de  la educación  mayor precariedad. 
La falta de  fuentes de trabajo, el hambre de importantes segmentos poblacionales y  la inexistencia de  educación a tono con las exigencias de los tiempos, en  favor de los pueblos (entre otra serie de circunstancias) son  una muestra de los estragos causados.  Para las mayorías nunca fueron “oportunidades” aunque  pueden darse circunstancias demostrativas de  la existencia del fenómeno dentro de algún segmento de los desposeídos, pero no pasan de ser parciales, aisladas  a pesar  de la  gran cobertura publicitaria.
Algunos elementos básicos del desarrollo del régimen
 El régimen preponderante  el “capitalista” con  su esencia  la propiedad privada de los medios de producción trae  como  consecuencia la explotación del hombre por el hombre, la lucha de clases junto al  sometimiento de los  pueblos. Conforma   un organismo en desarrollo en permanente movimiento y cambios, demostrando una asombrosa capacidad de adecuación a las condiciones dadas en cada coyuntura  en función de lograr reproducirse.
Con una larga trayectoria de vida a conformado la  historia de la civilización burguesa, con periodos  de gestación, ascenso y decadencia, tema a seguir indagando en función de encontrar de modo conjunto  las  alternativas  en  favor de los pobres del mundo.
Vale  mencionar entonces,  la conquista de América lanzada por Europa  a finales del siglo XV y principios del XVI  junto al  saqueo  con la cruz y la espada  de  todas las riquezas imaginables, brindándole  a esas sociedades un  nuevo oxigeno económico, como así también   a  la propia burguesía tratando de imponer sus principios.
Avanzando en los  objetivos, continúo con la destrucción  sin miramientos de todos  los impedimentos para la expansión  pre capitalista. Aparecieron así, los primeros embriones sólidos del  estado, la ciencia moderna y los núcleos capitalistas emergentes, semejante experiencia tuvo su expresión, de una u otra manera,  en la  crisis del siglo XVII.
Dichas sociedades se preparaban para transitar un nuevo momento a través del  capitalismo, cumpliendo dicha  meta en el  siglo XVIII.   Su despegue  se dio en los marcos de una crisis de mediana duración entre fines del siglo XVIII y principio del XIX  al compás de la revolución Inglesa, Francesa, las guerras napoleónicas y la independencia de los Estados Unidos, transitando todo el siglo XIX imponiendo el colonialismo  junto a las transformaciones industriales y políticas,  logrando  establecerse  como sistema imperial a nivel planetario, con centro en occidente,  en el siglo XIX.
 Con  la primera guerra mundial llega  el  fin de su juventud  ligado  al  inicio de una nueva crisis de mediana duración entre los años 1914 – 1945  época de la aparición   del denominado campo socialista con la  Unión Soviética y China.
Superando  la etapa juvenil,  inicia un periodo de madurez signado por  las guerras,  fuertes depresiones y una prosperidad de mediana duración. La corta recomposición  desemboca  entre los años 1940 - 1960  en una nueva  crisis, atrapando a los países   socialistas existentes, prolongándose hasta el presente.   Dicho  tramo,  con  más de cuatro décadas de duración,  se caracteriza  por el descenso  persistente de las tasas globales de crecimiento, en primer lugar de EE.UU. junto  al  avance  del parasitismo financiero.
 Los años 70 lo encuentra debatiéndose consigo mismo. El fin del patrón oro y su reemplazo por el dólar, la guerra de Vietnam  junto a otros  eventos marcan el ingreso a  su vejez, derivando en su actual senilidad.
 El  crepúsculo,  arranca con las turbulencias de los años 2007-2008 al estallar una multiplicidad de crisis (crisis sistémica).  Los acontecimientos del  año 2008,  no se dieron porque si, fueron  el resultado de un proceso iniciado en el año 1960 y principios de 1970  cuando la mayor crisis del capitalismo en la historia,  no siguió el camino clásico  transitado en el siglo XIX y la mitad del siglo XX caracterizados por gigantescos derrumbes empresariales acompañados por  una gran desocupación. En esta oportunidad fue controlada con la utilización del poderoso instrumento de la intervención estatal, coordinada con la reingeniería tecnológica- financiera-  de los grupos económicos preponderantes.
Sin embargo las causas de la depresión se potenciaron, desatando una ola de parasitismo y saqueo de los recursos naturales globales, incorporando al estancamiento productivo como tendencia de larga duración. El  complejo fenómeno de decadencia toma cuerpo, reflejándose actualmente en el volumen de la masa financiera planetaria  equivalente a 20 veces del producto bruto  mundial (PBM)
La crisis de sobreproducción controlada genero  una crisis de subproduccion  donde  el sistema choca con  barreras físicas para lograr la reproducción ampliada de las fuerzas productivas  auto bloqueándolas,  convirtiéndose en   prisionero de un sistema tecnológico dinámico, basado en la explotación salvaje del hombre y la naturaleza.
El crac  financiero irrumpió triunfante a fines del siglo XIX y principios del XX  obteniendo el control absoluto 7 u 8 décadas después, aunque su desarrollo había comenzado varios siglos antes,  al compás del  financiamiento de los estados imperiales y la  expansión de las burocracias civiles – militares,  al ritmo de las aventuras coloniales, comerciales e industriales cada vez mas concentradas.
 
Su ingreso a  la  decadencia acelerada marca la incapacidad   de reproducirse a si mismo, planteado de otra manera,  no es capaz de seguir creando fuentes de trabajo, al contrario, se ha transformado en una aceitada maquina de expulsión de mano de obra asalariada, lo cual  le exige  centrar sus actividades en  todas las  líneas de trabajos orientadas al control planetario de las  poblaciones  a supervisar  lo logrado y prever  posibles rupturas en su seno e incentivar las industrias de la muerte.
Por lo mismo, el declive  general es mucho mas que una crisis clásica, porque  el fenómeno incluye a las dos conformaciones básicas del sistema - elites imperialistas ricas y periferias subdesarrolladas, pobres y sumergidas- incorpora  a toda una civilización  con sus jerarquías y mecanismos de reproducción simbólica, nadie queda al margen de dicha realidad.   
 la autodestrucción, aparece por lo tanto,  como culminación de la decadencia, abarcando  al conjunto, no como fenómeno estructural sino, como una totalidad histórica con sus herencias a cuestas, culturales, militares, productivas, institucionales, religiosas, tecnológicas , morales, etc. se trata de la decadencia de un prolongado proceso  con un auge de mas de 200 años.
 Las elites dominantes han demostrado la perdida de capacidad para resolver sus actuales complejidades sistémicas, cada paso dado por las potencias centrales hacia  la superación, constituye   un nuevo empujón hacia el abismo.
Así, los subsidios otorgados a los grupos financieros abultaron las deudas de los pueblos, sin haber logrado una recomposición durable de las  economías, al intentar frenar dicho endeudamiento restringen  los gastos estatales y  bajan los salarios  con el objetivo de mejorar las ganancias empresariales, agravando el estancamiento,  convirtiéndolo en recesión. 
Se debe sumar a lo planteado, que alrededor del 60% de la población mundial económicamente activa trabaja en condiciones de informalidad, en la calle sin ninguna protección, sin sindicatos, sin obras sociales, sin aportes jubilatorios, viviendo peor que en épocas pasadas, trabajando mayor cantidad de  horas y obteniendo menos  ganancias.
Es interesante  observar  como frente al desastre  se levantan las voces de los liberales moderados, semi Keynesianos, regulacionistas,   exigiendo suavizar el ajuste, alentando la inversión y el consumo (es decir  el aumento de las deudas publicas y privadas) hasta lograr la recomposición de un supuesto circulo virtuoso de crecimiento, encargado de  reestablecer la prosperidad, mientras los neoliberales  responden  que  los estados, empresas y consumidores se encuentran saturados de deudas,  el viejo camino de la exuberancia consumista alegan,  ha dejado de ser transitable. 
Ambos bandos dan a conocer  sus razones, sin embargo, ni los ajustes ni los repartos de fondos son admisibles a mediano plazo, la realidad es algo mas dura, encargándose  de mostrar   a un sistema  inviable por encima de cualquier otra consideración,  dejando  al descubierto un aspecto esencial del imperialismo del siglo XXI mutando hacia una dinámica de degradación general de alcance planetario.
Otro hecho de peso en el contexto mencionado,  es la contrarrevolución ideológica dominante, pos guerra fría, con la preeminencia de un marxismo conservador encargado de reducir  la teoría de la crisis de Marx a una sucesión infinita de “crisis cíclicas” de las cuales el capitalismo salía siempre airoso gracias a la explotación de los trabajadores y la periferia, pero la historia se encargo de demostrar su no repetición idéntica. Lograr entenderlas requiere su inclusión  en el recorrido temporal del capitalismo, en su gran y único súper ciclo que permite distinguir las crisis cíclicas del crecimiento juvenil del siglo XIX de las crisis seniles de fines del siglo XX y principios del XXI.
Los avances de los sectores hegemónicos tuvieron como respuestas heroicas resistencias, como  las  jornadas   de la Comuna de Paris, con un desarrollo limitado a Europa,  de corta duración del (18 de marzo al 28 de mayo del año 1871) tan potente, enérgica y llena de razones que hasta hoy es reivindicada en el mundo entero.
Mas adelante la revolución Rusa inauguro en el año 1917, una serie de rupturas, pero esta vez a nivel mundial, amenazando con erradicar al capitalismo como sistema universal. El despegue insurreccional se apoyaba en la realidad de una crisis profunda y prolongada entre los años 1914- 1945 cuyas secuelas se extendieron mas allá de ese periodo, lo cual fue  interpretado   como el principio del fin del sistema, pero este a pesar de la existencia del  socialismo, la proliferación de rebeldías y algunas  experiencias nacionalistas en la periferia, logro recomponerse.
Las revoluciones socialistas marcaron  un nuevo  momento en las  luchas. Miradas desde el punto de vista histórico, conformaron  pequeños movimientos,  no están  agotadas,   quizás se debiera  tener mas  presente sus intenciones de  no repetir el modelo capitalista (si lo lograron o no es una cuestión en debate)  se orientaron a la dignificación del ser humano  a la  potencializacion de  la solidaridad y el espíritu colectivo  por sobre lo estrictamente económico, “todo  lo opuesto al  capitalismo”.
Anteriormente expuse en algunos trabajos la necesidad de concretar los cambios de fondo como algo primordial, sin darle demasiada importancia al nombre de  dicho proceso, algunos lo llaman socialismo. Sin ser una cuestión central mantengo dicha opinión dejándola abierta al debate, teniendo en cuenta por sobre todo lo demás la esencia del mismo. 
Los  componentes manifestados,   primarios  por cierto, requieren  la atención de cada uno para  ser ampliados,  profundizados,  meditados, y, expuestos en una dimensión superior.
En la actualidad, la contratara positiva de la decadencia se puede sintetizar como la combinación de resistencias y ofensivas de todo tipo operando como fenómenos globales,  actuando de modo disperso, expresando una gran diversidad de culturas y formas de luchas.
 La humanidad sumergida en expansión, se convierte en el sujeto central de la insurgencia, la dinámica de la marginación y explotación  empuja a las  rebeliones como alternativa a la degradación extrema, en un proceso donde el proletariado moderno dejo de ser el  portador de la antorcha del progreso construido por la modernidad, reafirmándolo como  negador absoluto del régimen,  en la medida en que se destruyan  las posiciones enemigas, estará participando acoplado a otros estrados  en la construcción  de una cultura libertaria.
La aparición  universal del sujeto revolucionario es lenta, por la existencia de  vallas  de ilusiones  encargada  de bloquear  las rebeldías, porque la  autodestrucción se encuentra e sus  inicios y la   hegemonía sivilizatoria aun es muy fuerte.
Revolucionar el actual estado de cosas conlleva a construir una nueva sociedad, respondiendo al bien común  en concordancia con  los actuales niveles de desarrollo, considerando al ser humano como un  todo. La refundación de la humanidad supone cambiar el curso de la historia, al compás de los cambios de cada ser humano,  dos conceptos amalgamados
Lo vital del enfoque en las actividades
Seguramente la idea del no derrumbe capitalista por si solo, sino  que requiere ser derribado,  es común para muchos y no se falta  a la verdad. 
Otro aspecto a balancear es la posible subestimación de fenómenos sobre determinantes en su funcionamiento como: la hegemonía  del parasitismo financiero,  catástrofes  ecológicas  en curso,  declinación de los recursos naturales y  las  incapacidades  de las economías mundiales para seguir creciendo. 
No se puede perder de vista  el ingreso a una nueva era marcada por la reproducción ampliada negativa  de las fuerzas productivas de la civilización burguesa  amenazando a largo  plazo la supervivencia de la mayor parte de la especie humana. Para el  régimen más de la mitad de la población mundial esta de más, los beneficios de la revolución científico técnica no se orientan al conjunto, son  aprovechados  por una minoría, mientras las  guerras y el trafico de drogas se convirtieron en elementos esenciales,  por solventar  con las grandes ganancias obtenidas a las instituciones legales responsables de  marcar  el rumbo de la economía mundial-
El desafió para quienes batallamos en la practica,  día a día,  por un mundo mas igual sigue siendo avanzar en el manejo de por lo menos dos ideas simultaneas, en este caso particular,  al régimen hay que derribarlo y esto se consigue luchando, la otra cara son  sus propias limitaciones,  existen, se manifiestan, no se pueden  ignorar  o subestimar, dos ideas en lo aparente opuestas, partes  de un todo único  complementándose.
Sigue siendo sustancial la profundización  de las contradicciones, lugar por lugar, abordándolas con los fundamentos teóricos prácticos disponibles. 
Los hechos no se producen mágicamente, requieren (entre otros aspectos) perderle el miedo a las equivocaciones, constituyen parte de las herencias negativas del pasado,  al igual que los súper  revolucionarios que sin haber hecho  ninguna revolución   daban clases de cómo hacerlas, con respuestas para todo, esquemas inamovibles e inequívocos. A  la distancia se puede observar  que   en realidad   nunca existieron como tales,  seguramente fueron  otra cosa alimentando ilusiones, esta opinión no significa desconocer el sacrificio, la entrega y todo lo positivo surgido de las actividades pasadas.
Se trata hoy, de  suplantar tales  ilusiones  por miles y miles de realidades en desarrollo, haciendo sus propios caminos,  superando  los vericuetos e ir tejiendo las mantas sociales amortiguadoras de los golpes  siempre presentes. 
Así mismo, los hechos demuestran (en algunos casos) lo vano de las discusiones sobre la existencia de  una u otra supuesta vanguardia  al margen de la vida, ha traído  en lo fundamental, tal vez, por el modo de llevarlas a cabo, mayores divisiones entre luchadores y revolucionarios.  Sin dudas lo  positivo es el debate,  no así los resultados. 
En la actualidad siguen  generándose   interesantes practicas  causantes de  sorpresas, entusiasmos e interrogantes  a cerca de quienes son sus impulsores, sin llegar a ser  suficientemente comprendidas por ser  diferentes   a  lo  impuesto - son algo así como “colectivos en permanente contacto, dialogo y discusión con las  realidades, jugando  o tratando de  jugar un papel de vanguardia”.  
Junto a un grupo de militantes hemos  impulsado en los lugares naturales de ocupación  este tipo accionares, soy partidario de profundizarlos y ampliarlos  por ser superadores de los supuestos, y,  tal vez, solo tal vez, lleguen  a ser un aporte identificatorio para  quienes aspiran  a tomar el cielo por asalto,  combinando las reivindicaciones especificas con las generales a nivel nacional, regional y mundial.
La reiteración de algunas opiniones, es un intento mas de brindar  respuestas a  disyuntivas presentes,  girando en las  conciencias  y  corazones de quienes hacen    esfuerzos para prever el  futuro a partir de las realidades presentes. Inmenso objetivo,  demasiado grande para ser abordados por pequeños grupos, en todo caso debieran ser tomados por el conjunto de los  dispuestos a cambiar de raíz la  actual situación.
 Dentro de  la hermosa ambición por  edificar  un  futuro más igualitario,  suele hacerse  el centro en asuntos  concretos, hechos, acciones, balances, reflexiones en voz alta, en ocasiones,  sin las suficientes motivaciones para efectivizarlos.
Seria interesante por ello,  seguir ahondando sobre la no contradicción del pensamiento con los sueños,  porque solo el ensueño surgido  de esperanzas genuinas y datos fehacientes puede encender el pensamiento,  enardeciéndolo de audacia, ubicándolo  en la búsqueda del horizonte planeado. 
Es necesario haber soñado anticipadamente todo el hacer – haciéndolo – sabiendo que las grandes empresas requieren la cuota necesaria de pasión y  audacia,  la nuestra es cambiar la historia. 
Sigamos soñando entonces,  mientras accionamos con los elementos disponibles, sin olvidar esos momentos tan particulares,  cuando mirábamos para todos lados buscando un aliento (muchas veces sin encontrarlo) donde en mas de una oportunidad,  junto a las convicciones necesarias los  sueños de un mundo mejor fueron  un aliento imprescindible.
Juan Alberto Remedi  -- integrante del movimiento Bolivariano de Entre Ríos
                                                                                                                             Paraná: enero de 2013
WWW. Remedijuanalberto.blogspot.com
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